A Morgan y su hija de dieciséis años, Clara, nada les gustaría más que no parecerse. Morgan está decidida a evitar que su hija cometa los mismos errores que ella, pues al quedarse embarazada y casarse demasiado joven, tuvo que dejar en el aire sus propios sueños. Con personalidades muy distintas les resulta cada vez más difícil coexistir. La única persona que puede traer paz al hogar es Chris, marido, padre y el ancla de la familia. Pero esa paz se rompe cuando se ve envuelto en un trágico y extraño accidente con desgarradoras consecuencias para ellas.Mientras lucha por reconstruir todo lo que se derrumbó, Morgan encuentra consuelo en la última persona que esperaba y Clara se vuelve hacia el único chico que le han prohibido ver. Con cada nuevo secreto y malentendido madre e hija se separan cada vez más, así que lo último que imaginan es que para volver a enamorarse se necesitan la una a la otra.
Can Drogo, piloto e hijo del dueño de la empresa aeronáutica High Drogo, es un hombre alto, guapo, adinerado, simpático… Puede elegir a la mujer que desee, y aunque disfruta de esa «magia especial» con la que le ha dotado la vida, en su interior siente que todas lo aburren.
Por su parte, Sonia Beched es la mayor de cuatro hermanas y la propietaria de una empresa de eventos y de una agencia de modelos.
Can ve en ella a una chica divertida, atrevida, sin tabúes, con la que se puede hablar de todo, incluido de sexo, pero poco más, pues considera que no es su tipo. Hasta que un día las sonrisas y las miradas de la joven no van dirigidas a él, y eso, sin saber por qué, comienza a molestarlo.
Sexo. Familia. Diversión. Locura. Todo esto es lo que vas a encontrar en ¿A qué estás esperando?, una novela que te hará ver que, en ocasiones, tu corazón se desboca por quien menos esperas sin que puedas frenarlo.
Así describe el poeta venezolano Rafael Cadenas (1930) el modo vacilante con que llegó al principio a la obra de Rainer Maria Rilke, protagonista absoluto de este libro que es a la vez homenaje, lectura crítica y testimonio de una afinidad electiva -y espiritual- que se ha prolongado durante décadas. La escritura de Cadenas, siempre intensa y austera, se afila todavía más en los poemas que articulan este diálogo conmovedor y lleno de fuerza con el autor de Elegías de Duino, uno de los poetas centrales del siglo xx.