El volumen incluye, junto a la edición anotada del texto, un ensayo de Francisco Rico titulado Un canto de frontera: «La gesta de Mio Cid el de Bivar» y estudios de Alberto Montaner que abordan cuestiones como
la composición de la obra, el poema épico y su contexto, la constitución interna del Cantar y la historia del texto.
La épica consiste, como ya definía Aristóteles, en la representación de un héroe esforzado mediante una narración poética. En el caso del Cantar de Mio Cid tal presentación resulta perfectamente ajustada a su contenido y refleja lo que podría considerarse la línea maestra de su construcción interna.
La antología redescubre la faceta más desconocida de un autor que cantó el amor desde sus primeros hasta sus últimos poemas.
Al margen de su popularidad, Antonio Gala fue un autor extremadamente versátil y polifacético cuyo éxito en otros géneros –el teatro, el artículo, la novela, el ensayo e, incluso, la televisión y el cine– ha ocultado su temprana y valiosa dedicación a la poesía, reconocida pero desplazada en favor de los perfiles más difundidos de su obra. Tanto ese éxito como su propio pudor a la hora de publicar, que lo llevó a dosificar las apariciones líricas posteriores a su brillante estreno literario con el libro Enemigo íntimo, accésit al premio Adonáis de 1959, han hecho olvidar que Gala era sobre todo y ante todo poeta, condición que queda clara en cualquiera de sus páginas. Editada por Luis Cárdenas García y Pedro J. Plaza González, responsables del rescate de sus poemas de juventud, la antología Cantaré mañana todavía ofrece una visión panorámica de toda la obra poética de Gala, incluyendo los títulos menos difundidos y algunas composiciones inéditas. El conjunto permite resituar al poeta como uno de los nombres más relevantes del núcleo andaluz –tantas veces obviado– de la llamada Generación del 50, redescubriendo a un poeta imprescindible y, paradójicamente, casi desconocido que cantó, como pocos, el amor desde sus primeros hasta sus últimos poemas.
El presente volumen de la Biblioteca Clásica RAE ofrece la breve pero extraordinaria obra poética de San Juan de la Cruz, encabezada por el Cántico espiritual, cima absoluta de la poesía mística y amatoria en lengua española, acompañado de la «declaración» o comentario que el propio autor escribió para esclarecer la dimensión y el sentido de sus versos.
Canto a México envuelve al lector en los maravillosos orígenes del pueblo mesoamericano con cantos sobre Nezahualcóyotl, Tlamatinimes y Quetzalcóatl. Gracias a su deseo de encontrar y observar las raíces que atraviesan la posibilidad de ser olvidadas, conjuga la grandeza de los tronos mesoamericanos, simbólicos y literales, con la delicadeza de las flores y colores y con el diálogo poético. Debido a su conocimiento teológico y a su pensamiento revolucionario, el autor transmite la vida fantástica de los pueblos antiguos con una deconstrucción representativa de imágenes y nostalgias, enaltecedoras y místicas.
Himno telúrico a los elementos naturales del continente americano, ascensión hacia la redención del propio ser desde el deshumanizador mundo masificado hasta la comunión con un pasado que es un paisaje a la vez humano, arqueológico y orográfico, Canto general es quizá, por encima de todo, un poema a la vez épico y moral. Se trata de un texto en la gran tradición de la poesía a un tiempo civil, histórica y metafísica de los poetas románticos, a la que ha sido incorporada la herencia expresiva de las vanguardias de nuestro siglo, y la capacidad desmitificadora y satírica del cronista crítico del presente.
Esta monumental biografía de un continente es también la biografía de un hombre, el propio Neruda, errante y clandestino al redactarla, y un canto a sus compatriotas anónimos, a la fraternidad con los oprimidos y humildes y a la vastedad silenciosa y solemne del gran océano inmemorial que lo circunda todo. Este impresionante canto a América es una de las obras maestras de Neruda y de la literatura en lengua española del siglo xx.
Primero llegan la tormenta y el rayo y la muerte de Domènec, el campesino poeta. Luego, Dolceta, que no puede parar de reír mientras cuenta las historias de las cuatro mujeres a las que colgaron por brujas. Sió, que tiene que criar sola a Mia e Hilari ahí arriba en Matavaques. Y las trompetas de los muertos, que, con su sombrero negro y apetitoso, anuncian la inmutabilidad del ciclo de la vida.
Canto yo y la montaña baila es una novela en la que toman la palabra mujeres y hombres, fantasmas y mujeres de agua, nubes y setas, perros y corzos que habitan entre Camprodon y Prats de Molló, en los Pirineos. Una zona de alta montaña y de frontera que, más allá de la leyenda, conserva la memoria de siglos de lucha por la supervivencia, de persecuciones guiadas por la ignorancia y el fanatismo, de guerras fratricidas, pero que encarna también una belleza a la que no le hacen falta muchos adjetivos. Un terreno fértil para liberar la imaginación y el pensamiento, las ganas de hablar y de contar historias. Un lugar, quizás, para empezar de nuevo y encontrar cierta redención.
La figura de la primera poeta del mundo occidental está envuelta en un misterio que ha suscitado curiosidad, admiración y rechazo a lo largo de los siglos. Su poesía pertenece a un conjunto de artes que los griegos llamaban mousike ("el arte de las Musas") y fue creada para ser cantada, acompañada de música y a veces de danza. En sus poemas se ocupa principalmente del amor y la belleza, y su estilo, natural y elegante, resulta asombrosamente actual. Cada epoca ha creído descubrir "su verdad" sobre Safo, pero el hecho de que conservemos su obra solo en forma de fragmentos hace que no deje de ser todavía un enigma.
Para Charmian Clift, Grecia era la Tierra Prometida. En 1954, ella y su marido, el famoso reportero George Johnston, abandonaron el gris Londres de posguerra y partieron hacia el mar Egeo con dos máquinas de escribir y dos hijos pequeños. Planeaban pasar allí un año, pero acabarían quedándose una década. Cantos de sirena es la crónica de su accidentada aclimatación a Kálimnos, una pequeña isla poblada por taciturnos pescadores de esponjas y mujeres fuertes y supersticiosas. En sus páginas, llenas de personajes inolvidables con su fiel escudero local, Manolis, y su inflexible asistenta doméstica, Sevasti, a la cabeza y paisajes de una belleza casi milagrosa, la perplejidad ante una sociedad primitiva y patriarcal convive con el descubrimiento de un modo de vida puro, sencillo y libre, previo a la invasión del turismo de masas.