Este libro nos adentra en el fascinante mundo creativo de uno de los genios más grandes de la humanidad. Aunque Leonardo da Vinci es célebre por sus logros como pintor, inventor y científico, su faceta como escr tor de fabulas y parábolas es un tesoro bastante ocu to que revela la profundidad y amplitud de una curiosidad insaciable y una imaginación sin límites. Este vo umen recopila sus narrativas breves más asombrosas y enriquecedoras. Cada cuento es un microcosmos, una ventana al ingenio de este renacentista, a su amor por los enigmas y la profunda observación de la naturaleza humana y el mundo natural, Estas historias, a menudo salpicadas de humor y siempre iluminadas por una inteligencia aguda, demuestran una creencia inquebrantable en la capacidad del ser humano para superar desafíos a través de la razón, la observación y la creatividad.
Un Madrid a principios de los noventa, convertido en un escenario a la vez muy preciso y fantasmagórico. Una peripecia detectivesca en la que Muñoz Molina otorga un papel preponderante a un registro irónico que convierte a este relato de aventuras y desventuras en una versión actual del Cándido de Voltaire. La misteriosa desaparición del Santo Cristo de la Greña lleva a Lorenzo Quesada a la capital española, en donde se suceden las historias más disparatadas, con los más variopintos personajes y situaciones de lo más descabellado. La conjunción de enérgica inventiva expresiva y honda percepción humana de esta obra personal llena de coherencia, confirmó en Muñoz Molina a uno de nuestros principales escritores.
Los muertos es uno de los relatos más importantes de la Historia de la Literatura. Joyce obliga al lector a seguir a un personaje que vive una fiesta de Navidad. Y en el momento en que la realidad le asalta y le obliga a verse a sí mismo, el lector no tiene escapatoria.
James Joyce:(Dublín,1882-Zurich,1941) es un autor imprescindible para entender la literatura actual. Sus recursos narrativos fueron tan innovadores, que la literatura tomó conciencia de la importancia de la originalidad de sus textos, de la necesidad de encontrar nuevas formas de narrar en cada época.
Este es un libro sobre el ayer perdido vuelto a recuperar con las palabras. La nostalgia de la patria lejana divisada en las brumas de la memoria. Los pasos extranjeros del muchacho nicaragüense que escribe, ensayando su destierro desde niño. Y los pasos perdidos de los exiliados en las calles y plazas ajenas, cargando con su miseria y sus penas. Nómadas, inmigrantes ilegales. Nadies. Expatriados, desterrados, la garra de la lejanía clavada en el corazón. La lenta prisa del que camina en dirección opuesta. La búsqueda sin fin de la identidad perdida, las huellas dactilares borradas de las manos de la madre por la lejía. La carga de los recuerdos que no alivia sino la escritura cuando se toca fondo. ¿Cómo nombrar lo que no tiene nombre? De esta manera, con la poesía, tocando fondo.
«Su apellido figura en la historia médica de cientos de miles de niños y niñas de todo el mundo. Las enciclopedias lo recuerdan como un pediatra reconocido por sus tempranos estudios sobre desórdenes psicológicos en la infancia. Sin embargo, la biografía de Hans Asperger esconde un pasado siniestro: durante el nazismo, fue cómplice del régimen, sumándose con sus diagnósticos a las políticas de exterminio que aplicó el Tercer Reich».
Clarín
La historiadora Edith Sheffer narra de manera sobrecogedora la alineación de un médico a las despiadadas exigencias ideológicas del régimen nazi, que lo llevaron a convertirse en cómplice del asesinato de menores. Los niños de Asperger es mucho más que un recuento sobre los horrores del nazismo; es una obra urgente que nos invita a repensar cómo las sociedades evalúan, etiquetan y tratan a quienes han sido diagnosticados con discapacidad.
En los niños no ven féretros, ganador por unanimidad del Premio de Poesia Hiperión en su XXXVII, convocatoria, el autor, tras las postrimerías de la adolescencia, vuelve la vista atrás para evocar, con cuidada y siempre bien resuelta variedad formal, esa primera vida de la infancia, las primeras experiencias amorosas, la amistad, los primeros tanteos poéticos y el protector regazo familiar. Evocaciones y reflexiones que llenan de contenido unos poemas de línea clara y tono elegíaco, propios de una naciente conciencia de la caducidad.