La vida de un militar es, en muchos aspectos, un reflejo de la historia de su país. Freddy Piantini, cuya trayectoria se desarrolló en un periodo tumultuoso de la República Dominicana, es un testimonio viviente de como los destinos de un ser humano puede entrelazarse con los grandes acontecimientos que marcan el rumbo de una nación. Desde sus inicios como cadete en 1957, Piantini se vio involucrado en una serie de eventos que no solo definirían su carrera, sino que también impactarían la anhelada democracia dominicana.
Esta obra es una amplia recreación de la vida armoniosa de nuestros campos, otrora espacios para elevar el culto a la convivencia humana y sobre todo, a grandes principios de que la vida no amerita estar rodeada de grandes fortunas, sino de un ambiente ecológico, moral, ético y mayormente compuesto de patrones conductuales que sirvan de referencia de estilos de vida frugal y llenos de espiritualidad.
Sus capítulos tratan, cuando no, de lecciones sociales, asuntos esotéricos a veces, mejores prácticas de la convivencia en el hogar, la vida matrimonial como un instrumento de ser feliz. Las invocaciones a Dios son frecuentes como referencia de las buenas obras, las experiencias académicas… y un canto de felicidad al evocar la llegada de sus hijos Evangelina, Eva y Rey Martín.
La otra Penélope, de Andrés L. Mateo, es una novela emblemática de la literatura dominicana e hispanoamericana. Además de unos eventos concretos la persecución por razones políticas a los jóvenes ya terminada de la Guerra de Abril, y las tormentosas relaciones amorosas de los personajesla narración realiza un recorrido por la condición humana: el ser, el tiempo, el sentido de la existencia... Recientemente llevada a la pantalla grande bajo la producción de Bladimir Abud, La otra Penélope se ha perpetuado como un texto esencial entre las grandes novelas dominicanas; leerla nos produce el verdadero placer del texto.
No pocas veces los filósofos y los poetas se embarcan en las mismas aventuras del pensamiento y de la intuición. Así, mientras en la dimensión de Homero y de la Ilíada, la flecha de Paris lanzada desde las murallas de Troya recorre una línea de palabras y llega siempre a la pierna de Aquiles, la flecha de Zenón, lanzada en Elea hace 2600 años, atraviesa una línea numérica eternamente divisible por dos y todavía hoy no logra llegar a su imposible destino.
La revolución tecnológica, producto de una insurrección intelectual previa, y derivada en una digitalización vertiginosa y díscola carga sobre sus hombros los fenómenos inherentes a la posmodernidad. El auge del medio digital ha generado el ruido, la grave tormenta de la información degradada en desinformación, de la noticia convertida en falsedad o posverdad, de los poderes democráticos transformados en seudo poderes de la posdemocracia y de las batallas identitarias reducidas a la lucha por el reconocimiento de grupos minoritarios atrapados en la desnaturalización de la sexualidad, el egocentrismo y el género. El conocimiento ha sido vapuleado por la información, cada vez más excesiva e inútil, y el dato se cree sabiduría en sí misma. El selfi ha degradado al retrato y el fitness y la industria del espíritu son rasgos identitarios de las nuevas tribus que, conjugando lo arcaico con lo actual, han dado lugar a la nueva cotidianidad y a los mitos, temores, pesadillas e ilusiones de una ensoñación posmoderna. El porno y la mera sociedad del espectáculo engullen la existencia a una velocidad y superficialidad asombrosas. El fundamentalismo e integrismo identitarios enhiestan el singularismo como una virtud a riesgo de echar a perder el valor de la diversidad, cuando no la singularidad, a riesgo de perder la esencia de lo humano. La pérdida, cuando no sustancial deterioro de los vínculos humanos ha convertido al sapiens en digitalis, diluyéndose con ello el esplendor de los valores humanísticos universales. Sufrimos, con angustia, la decadencia del ser en favor de la efímera y vacía sombra del parecer o el tener. De esos y otros síntomas y temores de los tiempos actuales tratan estos textos que han saltado, para una comprensión más coherente, de las páginas del periódico a la densidad del libro.
El gran mérito de estas novelas estriba, según la tesis desenvuelta por Di Pietro en La novela bíblica y el fin de la Era de Trujillo, en su intrínseco carácter crítico frente al monolítico y devastador poder trujillista: una luenga etapa de la historia dominicana marcada por la ignominia, por el silencio forzoso o la complacencia de los intelectuales, y por la vesania del déspota de San Cristóbal.
Este dispositivo crítico se vale del disfraz de las parábolas cristológicas, de la figura del nazareno y de otros personajes bíblicos, para denunciar las diversas patrañas y fechorías del régimen de Trujillo.
Educar para entender la forma de solucionar los principales problemas ambientales del mundo, en un momento en que la tecnología avanza cada segundo, es un reto para los países que deseen alcanzar el desarrollo sostenible.
“La educación ambiental es la formación programática de individuos conscientes y responsables de su entorno ecológico”.
Digitalización en entornos populares dominicanos» estudia algunos aspectos de la digitalización de poblaciones populares en países de ingreso bajo y medio bajo. Su foco está puesto no en los usos de la tecnología que tienen por objeto a esas poblaciones sino en los usos de los que ellas son sujeto: los que encuentran interesantes e implementan, la medida en que utilizan las posibilidades ofrecidas por otros, y los inconvenientes que encuentran para ir más allá.
El proyecto se centra en cuatro aspectos fundamentales: comunicación, educación, mypimes y legislación; y se desarrolló en varias localidades dominicanas: el barrio Santo Domingo Savio, de Santo Domingo, como zona popular; el pueblo Los Cacaos, San Cristóbal, como zona popular rural; y la ciudad de Dajabón, como zona fronteriza.
Durante los inicios de la pandemia, el vertedero de Duquesa fue incendiado misteriosamente. Las autoridades, al poco tiempo, perdieron el interés por investigar este lamentable suceso alegando que era prácticamente imposible saber quién o quiénes lo habían provocado. Ante esto, aparece un vagabundo muy extraño que se hace llamar el detective Jimmy Smith. Este vagabundo, que cuenta con un súper olfato se propone a encontrar quien o quienes son los responsables de incendiar el vertedero, a pesar de que la mayoría de las personas no creen que éste pueda lograrlo.
En la narrativa de Rafael Peralta Romero los personajes parecen emanar de la atmósfera bajo la cual actúan, y sus características, incluso los nombres, se corresponden con el rol que desempeñan en la narración. Se trata de un narrador probado que ha demostrado oficio y garra, mediante diez libros de cuentos y seis novelas publicados. En Cuentos libres, el autor exhibe su indudable destreza narrativa, fruto de la experiencia y constancia en el oficio. Además de la adecuada atmósfera de cada historia, merece destacarse el estilo depurado y la capacidad para involucrar al lector en el ámbito de lo narrado. El realismo, el subjetivismo y lo mítico concurren en estos veinticuatro cuentos para proporcionar argumentos repletos de vitalidad y gracia. Esta obra permite reiterar lo escrito por José Rafael Lantigua, crítico y académico, respecto de Rafael Peralta Romero. Ha opinado el destacado intelectual que se trata de “...un narrador viripotente, sensible, sagaz, con un muy particular dominio del oficio”.