Recobrar la historia de República Dominicana, devolvernos la gesta de su
fundación en apretadas letras que se presienten como hombres al formar su
ejército; es un desafío mayor del que sale airoso el autor, que cuenta a su favor
con la sensibilidad para sentirse parte de una batalla que aún se percibe en pleno
apogeo. Fluye la memoria en capítulos intensos, es puntual la cronología y una
minuciosa lectura nos permitirá connotar cierto paralelismo con el vía crucis del
Mesías ─El prócer sabe que debe cumplirse su destino y lo acepta─, así
comprenderemos mejor que la luz es un personaje que acompaña o abandona al
desplegarse la trama en el vasto tiempo. Luis Javier, con esmerada escritura.
La Constitución bajo Ataque. Crisis Política: Mas Democracia o Dictadura. es el título que escogí, para trasmitir algunas reflexiones, advertencias y propuestas sobre ciertos procesos arduos y complejos, que por su carácter intangible y sutil, solo merecen la atención debida cuando sobrevienen los riesgos de ingobernabilidad y las amenazas de pérdida del orden institucional y del estado de derecho. Esto suele suceder cuando los antagonismos entre las fuerzas políticas y los poderes fácticos que se disputan el control del Estado se desmadran con fuerza arrasadora, después de intensos procesos de concentración del poder y la riqueza.
Viendo el desmejoramiento físico y mental de Josefa, y preocupado porque la hija pudiera quedar huérfana, Antolín, venciendo las tercas negativas de la mujer, la arrastró hasta el consultorio del médico del pueblo, quien, después de un brevísimo examen, sentenció que si Josefa no descansaba y se alimentaba como era debido enfermería fatalmente, pero ella botó la medicina que el marido le compró y no tomó en cuenta las otras prescripciones médicas, a las que llamó estúpidas, que no era cierto, decía, que aquel médico era un mentiroso y un busca pesos, que ella se sentía saludable y que no era verdad que ella, Josefa Muñoz, permitiría que se pudrieran como basura dentro de la casa. Y todavía cuando la diagnosticaron tísica, siguió al mismo ritmo, como si aquello no fuese con ella.
La obra que el lector tiene en sus manos, revela el mundo interior del personaje marcado por signos diurnos y fantásticos de la vida cotidiana y los seres atormentados de la misma, El relato iniciado desde la voz, persigue de manera insistente al personaje, cobra su forma en la medida que avanza en ritmo, unidad y escritura. El personaje se desenvuelve en sus propias circusntancias. Luz, obscuridad, rumor de sueño y fascinación se reconocen en camino y travesía, lugar de la imaginación y búsqueda narrativa.
Los placeres no tienen fin, tampoco la poesía. Y el fuego los atraviesa a los dos. Aquí, decir fuego es decir vida, deseo... y participar así del goce que los signos intentan recuperar. Lúcida, libidinosa y tierna a la vez, la poesía de Duleidys Rodríguez está cargada de femineidad, de intimidad, de humanidad.