Este es un texto sagrado. Este libro contiene poemas de magia y ceremonias —conjuros y cantos—, y también otros que se sirven del símbolo y la intuición para ofrecer un relato distinto de lo que nos precedió. Aquella otra realidad que quizá se conozca pero aún no ha quedado por escrito, que se intuye existente pero todavía por crear. Poemas desde una tradición que nos habla sobre la posibilidad de la ternura y la vulnerabilidad, y que nos brinda un mensaje dicho tanto con las palabras como con el cuerpo. Esa tradición a la que pertenece Conjuros y cantos apela a la expresión del deseo lesbiano, a la historia —en su profundidad del pasado, en su voluntad del relato— del amor entre mujeres, a los encuentros y las conexiones entre lo pagano y lo sagrado, a un espacio colectivo de vivencia y placer.
Sara Torres abrió con Conjuros y cantos un ciclo de escritura que después completaría con Phantasmagoria y El ritual del baño, ambos publicados por La Bella Varsovia; esta edición revisada por la autora ofrece una versión —y una visión— definitiva de esta obra, que ella considera «la más arriesgada y la más segura de sí». Un libro con el que afirmó el nacimiento de un mundo propio, desarrollado también en su obra narrativa: el de Sara Torres, cuyo lenguaje hipnótico y performativo se busca en su genealogía, alumbra —arte de magia— su propio canon.
En 1996, Allen Ginsberg tenía setenta años, se encontraba muy delicado de salud y le quedaba apenas un año de vida. Impulsado quizá por la urgencia de cantar unas últimas verdades, y a pesar de sus escasas apariciones públicas durante aquel período, el poeta beat se lanzó a un gran proyecto final: el de musicar, en colaboración con Paul McCartney y Philip Glass, una colección de pequeños poemas que acababa de publicar en la revista The Nation: se trataba de la Balada de los esqueletos.
Inspirados en la festividad mexicana del Día de los Muertos, estos esqueletos universales reproducen y padecen los males de nuestra sociedad, ejercen y a la vez sufren el poder, dejándose el cuerpo en ello. Entre todos conforman la danza macabra del sistema de agotamiento, explotación y destrucción en que vivimos. Sus versos, tan radicales como divertidos, azote de la moral estadounidense, mantienen hoy su feroz condición de sátira carnavalesca, cobrando una sorprendente y acaso terrorífica actualidad.
¿Qué significa Dios? ¿Qué relación tiene con el lenguaje? A lo largo de estas páginas descubrimos las claves de su pensamiento y escritura, y, junto a las reflexiones de filósofos y escritores que le han influenciado, nos vuelve partícipes del misterio de la vida, la fe y el arte.
Situado en un barrio londinense de inmigrantes, el inmenso fresco humano que dibuja la autora tiene como epicentro las familias de Archie Jones y Samad Iqbal, dos ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial que vuelven a encontrarse después de treinta años sin verse. Archie está casado con una jamaicana exuberante y Samad con Alsana, bengalí como él, y con las ideas muy claras. Pero lo más preocupante no es estar casados con mujeres jóvenes de carácter endemoniado, ni la falta de dinero, ni las secuelas de la guerra; no, la prueba más dura es la relación con sus hijos, que a la hora de llevar a cabo los proyectos fracasados de sus padres se rebelan: se rebelan contra el racismo británico, contra su propia clase social, incluso contra su barrio, sus orígenes, y su historia. Así, cada uno a su manera, son la prueba viviente de lo difícil que resulta escapar de un destino trazado de antemano.
Profesor universitario en una pequeña ciudad de Nueva Inglaterra, el británico Howard Belsey está pasando, a sus cincuenta y siete años, por uno de sus momentos más bajos: su futuro académico parece definitivamente estancado y, en su casa, las cosas van de mal en peor. Tras treinta años de convivencia con Kiki, una hermosa activista afroamericana que ahora pesa ciento veinte kilos, un desliz amoroso amenaza con hundir su matrimonio. En cuanto a sus tres hijos, se encuentran absortos en sus propias vidas: el enamoradizo y sesudo Jerome se ha convertido al cristianismo; la ingenua y ambiciosa Zora sigue los dictados de su precoz inteligencia, y el quinceañero Levi es un abanderado de la negritud.
Y como si el panorama no fuera lo bastante complejo, el odiado Monty Kipps, especialista en Rembrandt como él y su adversario más acérrimo, ha sido invitado a formar parte del cuerpo académico de la universidad.
Hijas de matrimonios mixtos, Tracey y la narradora se conocen desde la infancia, son amigas íntimas y comparten el sueño de llegar a ser algún día bailarinas. Sin embargo, su entorno familiar tiende a separarlas: el padre de Tracey está en prisión y su madre la colma de regalos y caprichos, mientras que en casa de la narradora se valoran el esfuerzo y la superación personales, urgida por una madre estricta y solícita. Así pues, a medida que las dos chicas emprenden sus propios caminos, las sutiles diferencias de clase y raza van minando todos los vínculos de confianza y lealtad forjados en la niñez.
Cuando los padres de Yusuf, de doce años, le dicen que vivirá con su tío Aziz durante una temporada, el chico se muestra entusiasmado. Pero lo que Yusuf no sabe es que su padre lo ha empeñado para saldar una deuda imposible de pagar, ni tampoco que Aziz no es pariente suyo, sino un rico y acaudalado comerciante con el que viajará por África central y las riberas del Congo en vísperas de la primera guerra mundial.
A través de los ojos de ese chiquillo descubriremos una naturaleza exuberante y hostil, poblada de tribus despiadadas e invasores desalmados, en la que una vida humana vale tanto como unas cuantas gotas de agua.
Imbuida de un claro componente autobiográfico, Suite francesa se inicia en París los días previos a la invasión alemana, en un clima de incertidumbre e incredulidad. Enseguida, tras las primeras bombas, miles de familias se lanzan a las carreteras en coche, en bicicleta o a pie. Némirovsky dibuja con precisión las escenas, unas conmovedoras y otras grotescas, que se suceden en el camino: ricos burgueses angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje, los bombardeos sobre la población indefensa, las artimañas para conseguir agua, comida y gasolina. A medida que los alemanes van tomando posesión del país, se vislumbra un desmoronamiento del orden social imperante y el nacimiento de una nueva época.
La presencia de los invasores despertará odios, pero también historias de amor clandestinas y públicas muestras de colaboracionismo. Concebidacomo una composición en cinco partes -de las cuales la autora sólo alcanzó a escribir dos- Suite francesa combina un retrato intimista de la burguesía ilustrada con una visión implacable de la sociedad francesa durante la ocupación. Con lucidez, pero también con un desasosiego notablemente exento de sentimentalismo, Némirovsky muestra el fiel reflejo de una sociedad que ha perdido su rumbo. El tono realista y distante de Némirovsky le permite componer una radiografía fiel del país que la ha abandonado a su suerte y la ha arrojado en manos de sus verdugos. Estamos pues ante un testimonio profundo y conmovedor de la condición humana, escrito sin la facilidad de la distancia ni la perspectiva del tiempo, por alguien que no llegó a conocer siquiera el final del cataclismo que le tocó vivir.
Con su amable ironía, sus diálogos chispeantes, su desenlace romántico y sus enérgicas heroínas, Orgullo y prejuicio es la novela más popular de Jane Austen. La historia de amor de Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy, que primero se rechazan, luego se desafían y alcabo se cautivan el uno al otro, es también una novela sobre la búsqueda de la felicidad y laa firmación de la identidad en un mundo de estrictas normas sociales, donde una mujer tiene que casarse bien para salir adelante.
El amante de Lady Chatterley una obra maestra imperecedera por su capacidad para retratar la frustración que azota a quienes viven bajo el yugo del puritanismo, incluso si la sociedad sigue avanzando en otros planos. Asimismo, ilustra la oposición entre el vitalismo y el intelectualismo, dos formas antagónicas de ver la vida. El carácter liberador de las energías instintivas en la relación sexual es el catalizador de este conflicto en la novela.