El viaje de un niño de nueve años a través de la estepa ucraniana, rumbo al instituto en que habrá de cursar sus primeros estudios, dibuja la línea argumental de La estepa (1888), la novela corta que proporcionó a Chéjov reconocimiento y que le convirtió en un escritor de éxito.En El barranco (1900), donde el adulterio alterna con el asesinato y los más variados delitos, una impresión de fluidez conseguida sin forzar en ningún momento el estilo caracteriza el relato de principio a fin.Estas dos narraciones son un magnífico ejemplo del arte de Chéjov, cuya influencia se dejó notar inmediatamente en sus contemporáneos y que aún hoy sigue vigente en modernas tendencias como el minimalismo y el realismo sucio.
1912 es el año correspondiente a este séptimo volumen de los artículos de G.K. Chesterton. Año del hundimiento del Titanic; del setenta aniversario del semanario londinense The Illustrated London News para el que escribió entre 1905 y 1936; año del escándalo Marconi, que puso en jaque a David Lloyd George, Chancellor of the Exchequer (equivalente al ministro de Hacienda, en Inglaterra); año de la publicación de su revitalizadora novela Manalive, así como de la publicación del conjunto de ensayos The Great State de H. G. Wells, con quien continuará sus divertidas, inteligentes y lúcidas discusiones... sin olvidar a un contrincante habitual: el dramaturgo George Bernard Shaw. 1912, el año en que Chesterton funda The Players' Club, una compañía teatral, y cuando comienza a construir su estudio en Beaconsfield.
En 1872 Carlos de Borbón y Austria-Este, llamado Carlos VII por sus adeptos, entró en España para ponerse al frente de las partidas sublevadas contra el rey Amadeo de Saboya, dando inicio a la tercera guerra carlista. Valle-Inclán, de familia carlista y durante muchos años defensor de "la Causa", dedicó a ella entre 1908 y 1910 tres novelas –Los cruzados de la Causa, El resplandor de la guerra y Gerifaltes de antaño– y dos relatos –Una tertulia de antaño y La corte de Estella– en los que volcó su simpatía por el campesinado y su visceral rechazo a la España surgida de la Restauración. Leído hoy, el ciclo de La guerra carlista, que aquí presentamos en una nueva edición a cargo de Ignacio Echevarría, permite establecer un hilo histórico que llega hasta la Guerra Civil y explicar la evolución de los nacionalismos vasco y catalán.
Las fábulas ideadas por Herbert George Wells (1866-1946), uno de los padres, acaso el más notable, de la ciencia ficción, han demostrado a lo largo del tiempo mantener un vigor y tocar unos resortes del inconsciente humano que a menudo las han elevado a iconos del mundo moderno. "La guerra de los mundos" (1898), relato trepidante que narra la invasión de la Tierra por los marcianos y que supuso por primera vez la irrupción de seres de otros planetas en el nuestro, marcó en buena medida la fantasía del siglo XX y abrió un filón (el del contacto de los hombres con seres extraterrestres) que no tardó en convertirse en uno de los más importantes de la ciencia ficción, sirviendo de inspiración a numerosos artistas posteriores en los ámbitos de la radio, el cine, la literatura, el cómic y la televisión.
De la fórmula «poema épico-cómico en prosa» que Fielding eligió para encuadrar Joseph Andrews dentro de la tradición clásica, el elemento más significativo es, sin duda, el adjetivo «cómico». Inspirándose en don Quijote el autor crea un personaje, el vicario Adams, que ha conseguido, gracias a las virtudes que lo adornan, ganarse el afecto de los lectores de todos los tiempos pese a sus excentricidades y a su absurdo comportamiento.
Aunque La historia de las aventuras de Joseph Andrews es una de las mejores introducciones a la Inglaterra del siglo XVIII, su interés no es exclusivamente histórico, pues con el paso del tiempo sigue demostrando cómo Fielding creó en esta novela, iluminándola con su espíritu, un mundo propio que sigue hoy tan vivo como hace más de dos siglos.
Esta comedia frívola para gente seria, o, como tambien la describe Oscar Wilde, "una farsa admirable para el estilo, pero fatal para la escritura", es quizá la obra más conocida y representada del genial autor irlandes. En ella, Wilde se consagra al ingenio del lenguaje y hace del estilo, la cháchara y el sinsentido el núcleo de la pieza. Comedia de enredos que lanza sus dardos al matrimonio, la religión o aquello que nos hace respetables, narra la historia de dos hombres, Jack y Algernon, que emplearán toda clase de engaños para añadir emoción a sus vidas.