La hipocresía era, y así lo denunció Twain en su obra, la base de una sociedad pervertida y a su vez pervertidora. Con un chico como Huck, de la clase social más baja en la Norteamérica de aquel tiempo, podía el escritor mostrar cómo el hombre estaba equivocado en sus concepciones morales. El muchacho ha de decidir si sigue lo que la sociedad dicta como bueno o lo que su corazón le sugiere, aunque esto sea precisamente lo contrario de lo que la moral predica como correcto.
Mientras crecía en una ciudad poco corriente de dos mil habitantes, Twain fue un muchacho travieso, un poco el prototipo de su propio personaje, Tom Sawyer. Aunque su salud se vio perjudicada desde una edad temprana, a los nueve años era un pilluelo fumador que dirigía una pequeña pandilla de gamberros y que, por encima de todo, detestaba la escuela. Su popularidad como escritor se disparó con Las aventuras de Tom Sawyer (1876), Príncipe y mendigo (1882) y Las aventuras de Huckleberry Finn (1885). En aquellos momentos, ya era considerado como uno de los grandes escritores de personajes en la comunidad literaria.
Mark Twain alcanzó la popularidad gracias a sus ingeniosas y a menudo satíricas observaciones sobre su época y su entorno, pero esta obra le abrió las puertas de la historia de la literatura.
La emotiva evocación de la infancia del propio autor a orillas del río Misisipi convierte esta novela en uno de los relatos más bellos y vitalistas jamás escritos sobre lo que significa ser un niño, las ilusiones y la rebeldía que preceden a la edad adulta.
Ésta es la historia de Undine Spragg, a quién su padre obliga a marchar a Nueva York tras su escandalosa fuga y matrimonio con el joven Elmer Moffatt. Divorciada de él, pronto empezará su escala de ambiciones casándose con Ralph Marvell pero los conflictos matrimoniales no tardarán en aparecer. Después de dar a luz a un hijo de Marvell, Undine viaja a Paris. Allí conocerá al conde Raymond de Chelles y pronto le pedirá a su marido que pague la anulación papal a cambio de quedarse él con el hijo de ambos. Al no poder reunir el dinero, Marvell se suicida y Undine se casa con el conde, de quien también se divorciará. Undine volverá a casarse con su primer marido, Elmer Moffatt, ahora enriquecido, pero el hecho de ser una divorciada norteamericana impedirá que Moffat pueda acceder nunca a un cargo diplomático y hará que Undine vea el final de sus ambiciones.
Peggy y Molly son las hijas, y modelos, de Thomas Gainsborough, uno de los retratistas ingleses más famosos del siglo XVIII. Ellas, además de hermanas, son muy buenas amigas. Sus juegos favoritos son espiar a su padre en su estudio y sacar de quicio a su madre, preocupada desde muy pronto por cómo presentar a sus hijas en sociedad. Pero su universo infantil se quiebra cuando Molly empieza a sufrir unos extraños ataques en los que pierde conciencia de la realidad. Peggy asume en secreto el cuidado de su hermana, pues sabe que, si se descubre su enfermedad, será internada en un manicomio. Así crecen las dos, hasta el día en que Peggy se enamora de un amigo de su padre, el encantador compositor Johann Fischer. Su romance con Johann desencadena una amarga traición y obliga a Peggy a cuestionarse el vínculo tan estrecho que tenía con su hermana.
Las hijas del pintor es una novela tierna y oscura sobre dos jóvenes que se desviven por asemejarse a la imagen idealizada de ellas que su padre enseña al mundo en sus retratos. Es la lucha de dos hermanas por entender la historia de un pasado familiar que les ha sido escamoteado.
Esta obra magistral recopila la trilogía completa de La Orestíada, compuesta por Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides, un testimonio imperecedero de la genialidad de Esquilo y de su habilidad para explorar los recovecos más profundos de la psique humana, a través de una narrativa intensa y cargada de simbolismo, donde la justicia, la venganza y el destino se entrelazan en una danza trágica y eterna. Sus personajes complejos y sus temas profundos, tratados con una frescura que aún resuena hoy, hacen de esta lectura una experiencia inolvidable. Cada página está llena de emoción y tensión, pero también de momentos de reflexión sobre el valor, la justicia y el propósito vital. Las palabras de este genio, repletas de sabiduría, nos desafían a mirar más allá de la superficie de nuestra propia realidad, lo cual es algo casi mágico.