En esta obra, una de las creaciones cumbre de Conrad, relata a un grupo de atentos compañeros la tragedia de Jim, un hombre de mar que en cierto momento de su vida se ve traicionado por un fatal golpe de debilidad moral. A partir de entonces su existencia se convertirá en una despiadada lucha con su pasado, en un intento por alcanzar la redención.
El 21 de noviembre de 1869 un estudiante radical de la Escuela de Agricultura de Moscú, Iván I. Ivánov, era asesinado por cinco de sus compañeros, miembros de la sociedad secreta Justicia Popular, que tramaba una revuelta para el 17 de febrero de 1870 (noveno aniversario de la liberación de la servidumbre). Dostoievski se inspiró en este hecho para Los demonios (1872), tal vez la primera novela sobre una «célula terrorista». Aunque la intencionalidad política es evidente, el caos y la destrucción que recrea surgen de una sátira de costumbres tan hilarante como hiriente que poco a poco se va transformando en una tragedia clásica. La nueva traducción de Fernando Otero recupera en su integridad el gran estilo y la fuerza de atracción de esta obra maestra.
Los mejores libros jamás escritosFiódor Pávlovich Karamázov, un terrateniente borracho, arbitrario y corrompido, tiene cuatro hijos: Dmitri, de carácter violento; Iván, un intelectual frío y materialista; Aliosha, el hijo pequeño, pasivo y religioso; y Smerdiakov, el hijo bastardo y resentido. La novela gira en torno a las relaciones perversas que se establecen entre el padre y los hijos hasta que éste es asesinado y su presunto asesino, Dmitri, juzgado y condenado. Odio, amor, crueldad, compasión, sentimientos radicalmente contrarios y enfrentados...La presente edición de una de las obras más importantes de la literatura universal cuenta con la célebre traducción de José Laín Entralgo. Asimismo, viene acompañada de una introducción de David McDuff, traductor y crítico literario especialista en la obra del autor.«Siempre me parece que cuando entro en algún sitio soy el más miserable de todos y que todos me toman por un bufón: haré, pues, el bufón, porque todos vosotros, hasta el último, sois más estúpidos y miserables que yo.»
Los hijos legítimos de Hedor Pávlovich Karamázov —un «bufón», un «filisteo», un «déspota», solo en última instancia. un padre— se reúnen después de haber sido educados, lejos unos de otros, en distintas partes de Rusia: Dmitri es soldado y —corno su padre— puro «ímpetu», bebedor, derrochador, lujurioso; Iván se ha convertido en un escéptico que duda de la ley, de la conciencia y de la fe (el primer existencialista, según Sartre); Aliosha ha abrazado la religión, todo el inundo lo llama «ángel» y vive en un monasterio. Ineluctablemente, la reunión familiar precipita la disolución y la tragedia.
Los hermanos Karamázov (1878-1880), (que ahora presentamos en una nueva traducción de Fernando Otero y Marta Sánchez-Nieves, la primera en español en casi 50 años), fue la última novela de Dostoievski y sin duda una de esas obras decisivas cuya influencia ha perdurado hasta nuestros días. En ella se encuentra —diría un personaje de Kurt Vonnegut— «todo cuanto hay que saber en la vida»; también —añadiríamos— todo cuanto hay que saber del género narrativo. Con un narrador experto en tender lazos al lector y en crear con él una de las redes más fascinantes y comunicativas de la historia de la literatura, lo que Dostoievski construye no es solo una monumental visión del mundo moral humano (incertidumbre, violencia, perdón) sino un arriesgado y espléndido ensayo sobre la forma de reproducirlo.
Marianela es una joven pobre, deforme y menospreciada por todo el mundo. Sólo encuentra consuelo y un hombro en el que apoyarse en Pablo, el hijo ciego del dueño de las minas de Socartes, a quien la desdichada muchacha hace las veces de lazarillo. Sus paseos y sus conversaciones devienen en un lazo que parece inquebrantable, y Pablo promete a Nela casarse algún día con ella. Sin embargo, la posibilidad de un remedio para su ceguera hará tambalear los cimientos de un amor que trasciende toda apariencia y posición social.
Los mejores libros jamás escritosLa más importante de las obras de Eurípides y uno de los trabajos que mejor representan su concepción de lo trágico, muy distinta a la de Sófocles y EsquiloJasón no solo regresó de la Cólquide con el vellocino de oro, sino que también sedujo a la hija del rey Eetes, Medea. A su vuelta a Yolco, hallan un escenario de traición familiar del que huyen dejando un rastro carmesí. Cuando recalen en Corinto, Medea desplegará una pavorosa venganza contra Jasón al descubrir que pretende a la hija del rey Creonte. Este imperecedero personaje femenino recoge las leyendas que veían a la hechicera como una mujer exótica y salvaje que, por amor, despierta el lado atroz de lo humano. Sus coetáneos decían que Eurípides prefería representar «las cosas como son y no como debieran», y ello quizá sea lo que nos sigue atrayendo de esta princesa extranjera: su cruda realidad, su repulsión natural hacia el perjurio, su asimilación negada, su temible ira, su compromiso con la sangre.La presente edición de Medea cuenta con la versión y la introducción del helenista, escritor y traductor Ramón Irigoyen. Asimismo, los profesores de comunicación audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra Jordi Balló y Xavier Pérez han escrito a cuatro manos el epílogo «La venganza triunfal».«Venga, pues, ármatede valor, corazón mío. ¿Por qué aplazar el perpetrar el terrible y necesario mal?»