Julia adora a Laura Sparls y, cuando se entera de que la cantante SUPERMEGAFAMOSA va a subastar su diadema de diamantes, decide acudir sí o sí. Sin embargo, durante la subasta, alguien roba la diadema... y, como quien no quiere la cosa, ¡se llevan de paso a Gatson! Estos son los HECHOS: los últimos en tocar la diadema han sido un par de magos que hacían los trucos más malos de la historia. Estas son las PISTAS: no puede ser arte de magia... AQUÍ HUELE A MISTERIO... ¿O NO?
DOS CLASES ENFRENTADAS, AHORA EN EL MISMO EQUIPO. ESTRATEGIAS, MOVIDAS Y BROMAS... EN UN PARQUE DE ATRACCIONES ÉPICAMENTE ALUCINANTE. ¡LA GUERRA MÁS GAMBERRA QUE SE HA LIBRADO JAMÁS!
Si mi vida llegara a ser tan importante que se justificara algún día escribir sobre ella, habría empezado diciendo: Nacio en La Vega, República Dominicana, el 30 de junio de 1909, y volvió a nacer en San Juan Puerto Rico a principios de 1938, cuando la lectura de los originales de Eugenio Maria de Hostos le permitió conocer que fuerzas mueven el alma de un hombre consagrado al servicio de los demás.
Mucho conozco al pueblo dominicano. Abandonado siempre a sus propias fuerzas, ha luchado siempre por su libertad, y siempre sus esfuerzos se han visto coronados por el éxito deseado. Puede por un momento ser dominado por los extraños, porque la sorpresa del acto que cambie su condición política, le embargue los medios de resistencia y acción; más pesado ese primer momento de estupor, se levantará como un solo hombre, obedeciendo a un solo pensamiento, para oponerse a quien pretenda arrebatarle su libertad, su independencia. Tomás Bobadilla
Para que esto se realice creo que, si el capital mejor aconsejado se decidiera a hacer concesiones, a reintegrar hasta cierto punto a los trabajadores en la situación que antes tenían; a hacerlos si no socios, a lo menor participantes en cierto grado de los proventos que recauden; a convenir con la equidad que requieren todos los contratos humanos, sobre todo en aquellos que se desea obtener cooperación enérgica y eficaz en trabajos rudos como son los del campo. Pedro Francisco Bonó