Borges y Bioy Casares compartieron cincuenta años de amistad literaria, buena parte de los cuales los pasaron encerrados, escribiendo juntos. Eran el mismo otro: un tercer escritor, inasimilable a uno tanto como al otro, profundamente excéntrico. De ahí que Bustos Domecq y Suárez Lynch -los alias con que formalizan la existencia del Tercer Escritor- sean algo más que seudónimos. Son escritores de derecho, tan autores como los autores que los inventaron. En ese otro llamado Bustos Domecq o Suárez Lynch descubrieron la posibilidad prematura, y por eso doblemente fascinante, de esa experiencia de balbuceo, inestabilidad y desequilibrio que Adorno llamó "estilo tardío", y que los artistas, según él, sólo alcanzaban una vez que eran dueños absolutos de sus medios artísticos. El estilo tardío es el malestar hecho estilo, una suerte de implosión que sacude la obra y la vuelve contra sí misma, al precio incluso de liquidarla. Esa obra maestra enferma, irreconocible para sí misma, Adorno decía que sólo podía aparecer al final de algo. Con la obra del Tercer Escritor, Borges y Bioy demostraron que también podía aparecer en el medio, en una zona de pasaje, que la pasión política podía ser su motor activo, el chiste al cuadrado su lógica de vértigo y la risa su signo, su huella digital y su música.
«¿Qué es lo evidente?, te preguntarás. Lo evidente es que todo forma parte de un plan maestro para que las almas se encuentren».
Así comienza el enigmático manuscrito que el hombre de las gafas redondas entrega a Ruth en el momento más desconcertante de su vida. Entre sus páginas, ella encontrará un hilo del que tirar para deshacer su madeja de disfraces y mentiras.
¿Quién es ese desconocido que aparece y se desvanece como por arte de magia en las noches más locas de Madrid? ¿Por qué se tropieza siempre con él en esas madrugadas de polvos blancos y pastillas del amor? ¿Pueden dos almas sincronizarse con un choque de pupilas?
Christine Prusik es la jefa de la unidad forense del FBI en Chicago y se encuentra con un misterioso caso entre las manos: un asesino en serie que mata a mujeres jóvenes y se deshace de sus cuerpos en los barrancos del sur de Indiana.
En cada víctima, el asesino deja su particular firma: vacía el cuerpo de órganos y coloca en la tráquea una figura de piedra esculpida de la misma manera que las que se encuentran entre las tribus primitivas de Papua Nueva Guinea, las mismas tribus de las que escapó Prusik hace una década mientras realizaba una investigación de campo.
La coincidencia es particularmente inquietante, y más aún, cuando Prusik todavía tiene marcas de las cicatrices del ataque que sufrió por parte de los miembros de la tribu. ¿es posible que exista una conexión entre ambos sucesos? Prusik ya no sabe diferenciar ente realidad e ilusión y pronto se verá inmersa en su peor pesadilla.
Desaparecerán las incómodas obras que han llenado de agujeros las calles. En su casa, es posible que pueda cerrarse la grieta que separa a sus padres desde hace tiempo, provocada por los problemas económicos y el desamor. Y será un día en el que ella, por fin, pueda ser la protagonista. Sin embargo, unos meses antes, en enero de 2005, todo a su alrededor se viene abajo. Una muerte y un abandono dejan a esa niña y a su madre a la intemperie en el instante en que se abr e un socavón que engulle parte del barrio y cambia para siempre la historia del Carmelo.
Tejiendo realidad y ficción, Maria Roig nos ofrece un emocionante relato que es al tiempo personal y colectivo, íntimo y político.
Los misterios del deseo femenino. Catherine Millet aborda la vida y obra de D. H. Lawrence.
Los misterios del deseo femenino. Catherine Millet aborda la vida y obra de D. H. Lawrence.
Catherine Millet, autora de la escandalosaLa vida sexual de Catherine M., se adentra en la obra de D. H. Lawrence, autor de las en su día escandalosasMujeres enamoradas yEl amante de Lady Chatterley. ¿Por qué Lawrence? Porque el escritor británico exploró como pocos el tema del deseo femenino, cuestionó la moral de su época y fue un literato transgresor. He aquí el nexo de unión con la autora francesa y el porqué de su interés en él y su obra.
Millet ha dedicado dos años a leer no solo las novelas de Lawrence sino también su poesía, sus relatos y su epistolario. Y ha analizado las varias biografías escritas sobre el personaje y los testimonios de diversas mujeres que estuvieron relacionadas con él. El estudio en profundidad de todo este material le ha servido para abordar la visión de la sexualidad del escritor, su vida como utopista y nómada, sus exploraciones de lo prohibido, su ideario político y las relaciones amorosas que mantuvo a lo largo de su vida.
Este volumen contiene siete novelas –Cosmética del enemigo, Antichrista, Ácido sulfúrico, Diario de Golondrina, Viaje de invierno, Matar al padre, Pétronille– unidas por el carácter oscuro y perverso de sus tramas y personajes. Son narraciones que exploran las vulnerabilidades, dependencias emocionales y retorcidas fantasías que anidan en los recovecos de la mente humana. Y lo hacen con la aplaudida agudeza, cáustico humor y vivaz estilo de Amélie Nothomb.
Un hombre que espera en un aeropuerto entabla a regañadientes conversación con un desconocido que le empieza a contar una atroz historia criminal; la amistad entre dos chicas se convierte en una tortuosa relación de manipulación y dominio; un programa de telerrealidad somete a sus concursantes a situaciones inimaginables que el público contempla embobado y encantado; un individuo trata de recuperar el deseo a través del crimen; una novelista de éxito aquejada de un peculiar autismo escribe bajo los cuidados de su agente; un mago establece un vínculo paternofilial de consecuencias incontrolables con un discípulo; una novelista consagrada y su nueva y joven amiga comparten andanzas etílicas llenas de diversión y riesgo…