De vacaciones en la localidad bretona de Crozon, la joven editora Delphine y su marido, escritor, visitan una peculiar biblioteca que alberga los libros rechazados por las editoriales. Allí encuentran una obra maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal Henri Pick, fallecido dos años antes. Pick regentaba una pizzería junto a su viuda, Madeleine, y según ella nuna leyó un solo libro y mucho menos escribió nada que no fuera la lista de la compra. ¿Tenía el autor una vida secreta?
Un cajón exclusivo en el armario. La copia de una llave. Un te amo dicho a tiempo. Un mensaje agradeciendo una cena. Gestos de amor y muestras de interés que construyen los cimientos de cualquier pareja. Aunque muchas veces todo esto queda relegado por un muro que no puede atravesarse. El egoísmo, el hastío, la pereza e incluso el maltrato se entrometen en la relación y el desenlace final se vuelve inevitable, si es que antes no clausuraron la posibilidad de un verdadero comienzo.
Claire Keegan observa y escribe con la sensibilidad justa para convertir la típica historia de amor en un relato tan conmovedor como atrapante, y avanza sobre zonas incómodas de la intimidad de una pareja como la falta de generosidad o incluso el desamor. Bien tarde en el día confirma la agudeza de su estilo y se vuelve un reflejo de la imposibilidad del amor en los tiempos que corren, aunque también una vía de escape.
Yeongju ha pasado toda su vida haciendo lo que se esperaba de ella: estudiar, casarse y tener un trabajo respetable. Hasta que un día, cansada, abandona su trabajo de oficina para perseguir su sueño: abrir una librería en un barrio tranquilo y encantador de Seúl. Allí, rodeados de libros, Yeongju y sus clientes se cobijan del mundo. Del barista solitario a la vendedora de café infelizmente casada, todos han vivido decepciones en el pasado. La librería Hyunam-Dong se convertirá en el lugar donde todos ellos aprenden a disfrutar de la vida.
Una tierna historia sobre la importancia de encontrar paz y aceptación en la vida, y sobre el poder curativo de los libros.
Billy Summers es un asesino a sueldo y el mejor en lo suyo, pero tiene una norma: solo acepta un encargo si su objetivo es realmente mala persona.
Ahora Billy quiere dejarlo, pero todavía le queda un último golpe. Y siendo uno de los mejores francotiradores del mundo, un veterano condecorado de la guerra de Irak, un auténtico Houdini cuando toca desaparecer después de finiquitar un trabajo, ¿qué podría salirle mal?
Un estuche único con las dos primeras novelas de Javier Castillo: El día que se perdió la cordura y El día que se perdió el amor.
El día que se perdió la cordura
«A veces el destino nos pone a prueba para que sepamos que existe.»
Centro de Boston, 24 de diciembre, un hombre camina desnudo con la cabeza decapitada de una joven. El doctor Jenkins, director del centro psiquiátrico de la ciudad, y Stella Hyden, agente de perfiles del FBI, se adentrarán en una investigación que pondrá en juego sus vidas, su concepción de la cordura y que los llevará hasta unos sucesos fortuitos ocurridos en el misterioso pueblo de Salt Lake diecisiete años atrás.
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El día que se perdió el amor
«A veces el amor te pone en el camino equivocado para que sepas cuánto duele.»
A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.
De la amplia obra de Stefan Zweig, cele- brada por generaciones de lectores alrede- dor del mundo, quizá sus biografías son las que mejor dan muestra de la destreza del escritor para el retrato, de su agudeza psicológica y de la profunda comprensión del alma humana. Este volumen las reúne todas, tanto aquellas dedicadas a persona- jes insignes de la historia—Erasmo de Ró- terdam, Fernando de Magallanes, María Es- tuardo, María Antonieta, Joseph Fouche, Honore de Balzac y Marceline Desbordes- Valmore—, como las que retratan a algu- nos destacados contemporáneos y amigos del autor, como Émile Verhaeren y Romain Rolland. La reunión de estas obras ofrece al lector cinco siglos de historia en Occidente a traves de algunos de sus conspicuos protagonistas, además de una clave incomparable para entender la singularísima perspectiva de uno de los observadores más sagaces y sensibles del siglo xx.