«-Anda,niña: dinos quién fue. Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certerom como a una mariposa cuya sentencia estaba escrita desde siempre.-»
Esta edición recupera la recopilación que el propio Hemingway hiciera de todos sus cuentos en 1938, conocida como Los cuarenta y nueve primeros cuentos, donde se encuentran relatos tan magistrales como «Los asesinos», «Las nieves del Kilimanjaro» o «Padres e hijos».
El mundo estético y moral de Hemingway se encuentra aquí destilado, seco, sobrio, cegador, latente. La caza, la pesca, el boxeo, la guerra, el alcohol, el deseo o la derrota son algunos de los materiales con que se construye esta obra cuyo aliento perdura con un vigor insospechado.
La tímida fascinación de un joven por una chica que se desliza por el hielo; la nostalgia que despiertan unas caricias al atardecer; la historia de un beso furtivo y otro vengativo y burlón. Éstas son algunas de las historias de amor que se recogen en estos cuentos.
El lector disfrutará con estas ingenuas y melancólicas reflexiones sobre los ardores y las aflicciones amorosas, y sobre dulces recompensas que deparan. Todos los relatos destacan por la sensibilidad romántica de Hesse, que refleja en el lirismo con que describe la naturaleza la inquietud que inspira el amor, tanto en la juventud, como en el desencanto de la madurez.
Aunque no tan conocidos como sus emblemáticas Siddharta (1922) o El lobo estepario (1927), estos Cuentos de amor constituyen un ejemplo de la prosa vital y deslumbrante que ha hecho de Hermann Hesse uno de los autores más leídos del siglo XX, y más populares entre el público joven.
Estambul, 1918: esta historia comienza en la corte del último sultán del Imperio otomano. La princesa Selma tiene siete años cuando ve cómo se desmorona su mundo. Condenada al exilio, la familia del sultán se traslada a Líbano. Éste será el principio del complicado viaje que Selma hará a lo largo de su azarosa vida, un camino que la conducirá a la India y a París en el que encontrará al amor de su vida... y lo perderá para siempre. De parte de la princesa muerta es una novela inolvidable que ha cautivado a millones de lectores de todo el mundo.
Un compendio de los temas centrales de la obra del autor: la confrontación entre el neocolonialismo y la clase trabajadora, y su reflejo en la cultura africana.
Descolonizar la mente es una referencia ineludible en el debate lingüístico que tiene lugar en el marco de los estudios poscoloniales. Reºne cuatro conferencias que el autor realizó entre 1981 y 1985, cuyo hilo conductor no es solo una reflexión sobre el papel de la lengua en la construcción de la identidad nacional, cultural, social e histórica, y su función en la descolonización, sino tambien sobre los acontecimientos vitales que han contribuido a elaborar el pensamiento del autor. En ºltima instancia, Ngugi wa Thiong'o -escritor, pensador, humanista y exiliado- concibe este libro como una declaración de intenciones: en la medida en que la lengua materna es un aspecto crucial de la propia identidad, cree necesario despedirse del ingles y utilizar el kikuyu como su principal lengua de creación literaria.
La presente edición contiene un prólogo de Marta Sofía López Rodríguez, reputada especialista en literatura africana y estudios postcoloniales.
Aquellos que son asesinados en la carretera, a la entrada del pueblo minero de Desesperación, son los más afortunados, porque para los que sobrevivan y crucen el cartel de bienvenida, Desesperación se convertirá en el escenario de sus más angustiantes pesadillas... En la interestatal 50, en el desértico y solitario tramo que atraviesa Nevada, un gato muerto ensartado en un cartel da la bienvenida al pequeño pueblo minero de Desesperación. Allí, un policía local poseído por un perverso ser se ha erigido en autoridad suprema y sanguinaria, y elige sus víctimas entre los escasos vehículos que circulan por la carretera. Aquellos que mueren rápidamente son el realidad los más afortunados, ya que para los supervivientes Desesperación se convertirá en el escenario de una horrenda pesadilla.