En Orlando (1928), Virgina trata temas considerados tabúes en su época, como la sexualidad femenina, la homosexualidad así como el papel de la mujer en la sociedad del momento. Narra la historia de Orlando, un joven noble que, viviendo durante varios siglos, tiene cambios de género pasando de ser hombre a ser mujer.
Como consecuencia de dos artículos leidos a mujeres en 1928, Virginia entró en la dimensión politica feminista. En la lucha contra el rol tradicional de la mujer en la sociedad: la relegación de la mujer era la escena doméstica, la presión que recibe para someterse a las ideas patriarcales y la negación de que tuviese sus propias ganancias y su intimidad. «Si una mujer va a escribir, tiene que disponer de dinero y de una habitación propia».
Desagüe recorre la historia del Valle de México y sus aguas: el asedio de Tenochtitlan, el desarrollo de la capital de la Nueva España, el megaproyecto del Gran Canal del Desagüe en el porfiriato, y la relación de la Caja Colectora con los habitantes de la Ciudad de México contemporánea. Diego Rodríguez Landeros documenta la relación de la capital mexicana y el agua a través de los años; tanto en un sentido histórico, como en uno más íntimo.
Las peleas de pandillas en los Estados Unidos quedan de lado contra un objetivo común: el racismo, la injusticia social y los excesos policiacos, pero, ¿qué tanto podrán Creeds y Bloods dejar su orgullo de lado en pos de una protesta en común? La violencia se desbordó desde los barrios marginados de Los Ángeles en 1992 a consecuencia de los excesos policíacos durante el arresto del afroestadunidense Rodney King. Sofocadas por la Guardia Nacional al cabo de seis días, las protestas arrojaron un saldo de 63 muertos, más de 2,000 heridos, 7,000 mil incendios y daños a 3,100 establecimientos.
A partir de un aparente robo de la cabeza de cera de la Princesa de Lamballe del Museo Grévin, Victor B., fotógrafo del museo, ve una serie de hechos sin sentido desencadenarse en torno a este personaje, asesinado durante la Revolución francesa. París cae sumida ante la incertidumbre y la obsesión, todo esto se refleja en el rodaje de una película sobre esta princesa. Poco a poco el comportamiento de los involucrados se irá tornando más extravagante y enfermo, lo cual resultará en crimen obsesivo y enfermo, en el que la historia de las masacres se repetirá con un sentido distorsionado.
Hilarante sátira de la sociedad y política norteamericanas en torno a su documentada creencia en la presencia de extraterrestres en la Tierra. Apoyándose en la documentada creencia del 80% de la población norteamericana de que su gobierno le ha ocultado, durante largo tiempo, información concerniente a la presencia de extraterrestres en el planeta Tierra, Christopher Buckley realiza una excelente sátira que gira en torno a la estupidez y al tedio vital que permean el American way of life, en la que todos, desde el presidente de los Estados Unidos hasta, por supuesto, sus gobernados, son objeto del escrutinio y burla de su hilarante pluma.
Todo comienza como un relato bellísimo sobre la vida de provincia en un pueblo atemporal, y desemboca en uno de los acercamientos más delirantes sobre la esencia mítica de la literatura italiana. La piedra lunar es la primera novela de Tomaso Landolfi —uno de los autores predilectos de Octavio Paz—, considerada su obra maestra de juventud, y con ella deslumbró al mundo literario de su tiempo. Pocas veces podemos toparnos con una prosa parecida a la de Landolfi: precisa y a la vez evocadora de la esencia misma de lo etéreo. Parece que estuviésemos suspendidos en un tejido onírico que se adentra más y más en la realidad, ese sueño que ha perdido la conciencia de sí mismo. Los personajes van pasando de una cotidianidad que jamás se acepta del todo, hasta estallar en un espacio luminoso de sombras que se mueven al compás de la luna: luz tenue que deja adivinar los deseos y la idiosincrasia de seres que viven entre nosotros pero que no han perdido su vínculo con las potencias primigenias. Landolfi nos muestra el punto de inflexión que une y separa el mundo habitado por seres solares, de vigilia, del mundo lunar, nocturno, y lo hace de tal forma que lo único que el lector obtiene al final de la lectura, es un sabor indefinible de que acaba de presenciar un suceso extraordinario: adentrarse en la esencia misma de la literatura y perderse en ella.