Un nuevo integrante de la colección Minotauro Asiático.
Pese a su corta edad, Kisa está acostumbrada a luchar. Vive en un mundo infestado de monstruos, donde las personas se refugian tras fortificaciones repartidas en diferentes comunidades, cada una de ellas con una función diferente. Kisa pertenece a la de los «hábitos esmeralda», los únicos capaces de aniquilar las bestias que campan a sus anchas en el exterior. Sin embargo, sus compañeros la desprecian porque es incapaz de dominar su poder y la usan de señuelo.
Pero todo cambiará cuando conozca a Ikuro durante un enfrentamiento con los monstruos: el muchacho la salvará del peligro y juntos descubrirán que tienen mucho en común, como las burlas de sus vecinos. ¿Podrán cambiar su destino?
Veintidós relatos, todos encantadores. Desde historias de pequeñas ciudades, naves espaciales, e incluso serpientes marinas, Bradbury conjura poderosas imágenes para asombrarnos, algunos con giros asombrosos, otros no, pero todos y cada uno poseen cierto encanto. Desde el primer relato el lector es transportado al universo ilimitado de Bradbury; no en una realidad mundana, sino en fantásticos viajes a través del tiempo y del espacio.
Esta particular colección fue originalmente realizada en 1953, y sigue manteniendo su actualidad; y es aquí donde reside lo maravilloso de este libro, que trata sobre la gente y los sentimientos.
Para los nobles de Pern, Lessa no es más que una sirvienta andrajosa. Ignoran que es la única superviviente de la familia que gobernaba el fuerte de Ruatha, oculta a la espera de poder vengar a sus familiares asesinados. Y por fin se acerca ese día...
Todo cambia cuando hasta Ruatha llegan los jinetes de dragones, y una antigua amenaza reaparece. Porque entonces dos caminos se abren ante Lessa: continuar como siempre o irse con ellos e introducirse en un nuevo y apasionante mundo.
Ningún lord había sido nunca jinete de dragones. Pero Jaxom, el joven señor de Ruatha, no es cualquier persona. Y cuando encontró un huevo más pequeño de lo normal, casi abandonado, y lo llevó a la sala de eclosión, selló su destino.
Nunca en la historia de Pern ha habido un dragón como Ruth. Pequeño y de un purísimo color blanco, es inteligente, valiente y leal. Sin embargo, debido a su tamaño, el resto de dragones lo desprecian, ya que no se le considera apto para pelear contra las hebras.
Ahora que han averiguado cómo combatir las mortales hebras, los valientes jinetes de dragón han recuperado el lustre de antaño, surcando el aire a lomos de sus dragones y dispuestos a destruir aquello que amenaza su planeta.
Pero F'lar y Lessa saben que tienen que encontrar una manera mejor de proteger a la población y las tierras de Pern para evitar que algo se descontrole. Y deben hallarla antes de que los antiguos puedan generar más altercados entre sus compañeros.
Y cuando creen que por fin han dominado los problemas, la tensión aumenta cada vez más, tradición y novedad se enfrentan... y las hebras vuelven a aparecer, aún más peligrosas que antes.
En la cumbre de su fama como pianista, Z. se dirige en tren a Florencia invitado por el gobierno italiano para dar un concierto. Poco antes de cruzar la frontera se siente indispuesto y, tras su actuación, debe ser ingresado en un hospital florentino aquejado de una rara enfermedad vírica.
Allí, mientras se debate entre la vida y la muerte, tendrá lugar un diálogo intenso y decisivo con el médico que lo atiende, una indagación sin concesiones sobre el precario equilibrio entre el poder curativo de la ciencia y el espíritu de lucha del paciente.
Durante el transcurso de una noche, Kristóf asumirá el doble papel de acusado y testigo de la confesión de Greiner, que al desgranar la historia de su matrimonio evidenciará el abismo que separa a los dos hombres: por un lado, el burgués que renunció a la emoción de lo desconocido para perpetuar los sólidos valores de una clase social asentada y autocomplaciente, y por otro, el joven advenedizo que, por conquistar a una mujer que le estaba vedada, se entregó a una existencia erigida sobre la impostura y encorsetada en unos cánones ajenos a su persona.
Rodeado del bullicio de las numerosas familias que veranean en el concurrido Hotel Argentina, en Dubrovnik, Viktor Askenasi, respetado profesor del Instituto de Estudios Orientales de París, soporta a duras penas la asfixiante canícula de la costa dálmata. Cercano a la cincuentena, el profesor ha emprendido un viaje en solitario por el Mediterráneo movido por una inquietud que lo perturba desde siempre y que lo llevó, unos meses antes, a dar un vuelco radical a su vida. Pese a que ha descubierto un reducto de libertad, y está dispuesto a asumir las consecuencias de sus actos como un paso ineludible en el camino hacia la plenitud, Viktor constata que esa libertad tiene una cara imprevista que lo sume en el desconcierto.
Paul Valéry es uno de los grandes poetas y pensadores del siglo xx. Reconocido como el representante de la llamada poesía pura, se alejó del debate alegando su desconfianza sobre esta denominación, «solo había querido hacer alusión a la poesía que resultase de la supresión progresiva de los elementos prosaicos que pueda haber en un poema; es decir, de todo lo que siendo historia, leyenda, anécdota, moralidad, inclusive filosofía, existe por sí mismo, sin el concurso necesario del canto». Se consideraba poeta del conocimiento, alejado del poeta intelectual. En este libro, editado cinco años después de su muerte, de poemas, notas, aforismos, cuentos, queda en evidencia que a Valéry no le interesaban las cosas del intelecto, sino la inteligencia misma.