Obligada a un período de descanso forzoso, la comisaria Isabelle Bonnet, directora del grupo antiterrorista de París, regresa a Fragolin, un idílico pueblecito en el sur de Francia donde pasó su infancia. Situado en el interior de la Provenza y envuelto en campos de lavanda, Fragolin es un enclave tranquilo en el que nunca pasa nada, hasta que aparece el cadáver de una mujer en una villa, cuyo propietario, un joven inglés, ha desaparecido sin dejar rastro. La historia no llama mucho la atención de Isabelle: en su vida ha visto cosas mucho peores y está decidida a descansar. Pero a los pocos días, su superior le encomienda la investigación y le confía como ayudante a Jacobert Apollinaire, un torpe agente de la policía local cuya ocupación ha sido hasta el momento el archivo municipal y nunca ha participado en una investigación sobre el terreno. A pesar de todo, la pareja investigadora cambiará muy pronto de opinión: como comprobarán, el caso de la mujer asesinada y el inglés desaparecido no es, para nada, un simple crimen de provincias.
Tras haber huido con su familia de los estragos de una guerra que desintegró a su país y luego de vivir en Perú durante varias décadas, Vera aún conserva intacta la imagen de todo aquello que dejó atrás. Acorralada por la soledad, revive sus primeros años junto a su hermano Alex y su amiga Misha. En medio de las bombas, los tres niños, como en un juego infantil, emprenden la formación de su propio ejército con la ilusión de salvarse de una guerra mayor. ¿Qué parte de Vera se quedó en su lugar de origen? ¿Qué busca recuperar al volver la vista atrás? Su historia, como la de muchos exiliados, está signada por una mezcla de renuncias y sacrificios, pero también por una fuerza que, silenciosamente, arrastra una corriente de esperanza capaz de resurgir en el momento menos pensado.
Contada en dos tiempos que encauzan la experiencia dividida de su protagonista, Casi todo desaparece reproduce, con notable dominio narrativo, el emocionante devenir de una memoria de heridas abiertas y valientes desafíos.
Franz Kafka quería reunir las narraciones La condena, El fogonero y La transformación en un único volumen, pero su editor no aceptó pese a que la cohesión temática aportaba otra perspectiva de lectura. Existe en estos textos, decía Kafka, «una relación manifiesta y aún más una secreta, a cuya expresión, mediante su reunión en un libro titulado, por ejemplo, Los hijos, no querría renunciar». El volumen nunca se publicaría en vida del autor, y no fue hasta 1989 que salió a la luz en alemán. La unidad de estos sobrecogedores relatos expone el rechazo que sentía Kafka hacia las figuras autoritarias y dominantes, la angustia ante un futuro incierto y el papel sufriente del hijo con tormentosas consecuencias, tales como la expulsión del hogar o la metamorfosis de uno mismo en la pesadilla de la casa. Así, la presente edición cumple por fin en español la aspiración del gran escritor de Praga.
Jana, una azafata de sonrisa perenne, no se ha quedado corta en asegurar que, si alguna vez se cruza con Ulises González, el actor de películas románticas más famoso del país, le pedirá matrimonio.
Así que cuando su compañera de vuelo le revela que su amor platónico está nada más ni nada menos que en el avión, no le queda otra que aceptar su apuesta y cumplir su palabra.
Siempre se ha dicho que hay que tener cuidado con lo que deseas porque puede volverse realidad.
Pero lo que ella no sabe es que el actor viene de la enésima reunión con su representante, que no deja de insistirle en que debe darle algo de «salseo» a la prensa y echarse una novia..., aunque sea falsa.
Heather conoció a Sean a la edad de cinco años. Se convirtió en su mejor amigo, hasta que Sean tuvo que mudarse a otra ciudad.
Ahora, después de siete años, Sean ha regresado, pero las cosas son distintas y, como era de esperar, Heather también.
El tiempo la ha cambiado, pero Sean está dispuesto a ayudarla, a juntar todas esas piezas en las que Heather dice haberse convertido.
Descubre lo fuerte que puede llegar a ser el amor de dos personas que están destinadas a ser el refugio del otro.
Once hermanos intercambian mensajes acerca de la situación de su padre, que en la ancianidad establece vínculos escandalosos y ostenta conductas que no solo ponen a prueba el afecto de sus numerosos hijos, sino que también activan los recuerdos y obstinaciones de cada cual, dando paso a la manifestación -enfática, divertida, exasperante- de las diferencias que tienen, las deudas y los rencores que se guardan.
Cruzando voces y cambiando de perspectiva con destreza, Rafael Gumucio ofrece con Los parientes pobres una novela donde el fresco que viene construyendo hace tres décadas sobre los modos chilenos de establecer relaciones encuentra uno de sus puntos más altos. La historia de un patriarca caído que es también el relato de generaciones desencontradas, una comedia que es también un drama, una competencia de voces que se confunden y se distancian, que se buscan y se burlan hasta encontrarse o alejarse para siempre.