Estampas poéticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como él mismo dice, «la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriático». Esa percepción y ese contrapunto entre imágenes y pensamientos se asociarán para siempre en la mente del lector con el nombre de Venecia.
¿Quién cometió el espantoso crimen?
¿Qué arma utilizó para matar a la víctima?
¿Dónde ocurrió la desgracia?
«Original, divertido y muy adictivo. Imprescindible para todo amante de la novela negra.» CARMEN MOLA
El Detective Lógico está de vuelta en Murdle: Más crímenes por resolver. Estos 100 adictivos rompecabezas, clasificados por niveles, te desafían a descubrir quién cometió los asesinatos, cómo, dónde ocurrieron y por qué. Solo necesitas sacar a relucir tus habilidades de lógica y deducción: examina las pistas, entrevista a los testigos y completa la cuadrícula que acompaña a los acertijos para atar los cabos de cada crimen.
Da un paso, únete a la Murdlemanía y viaja por todo el mundo visitando bosques encantados, descubriendo redes internacionales de espionaje, paseándote por platós de cine de Hollywood y mucho más.
Repleto de ilustraciones, códigos y mapas, Murdle es el juego rebosante de ingenio e intriga que necesita el detective secreto que todos llevamos dentro.
Esta Navidad es el momento de unirse a la Murdlemanía, la colección que necesitas para poner a prueba tu poder de deducción.
El mejor detective de crímenes ganará un viaje a Londres.
Esta Navidad habrá una razón más para unirse al Murdlemanía. El autor ha preparado un caso exclusivo y dificilísimo para esta nueva edición de Murdle: Resuelve el crimen. Si lo resuelves, ¡entrarás en el sorteo de un fabuloso viaje de dos días en Londres para dos personas!
Blanca Varela (Lima, 1926-2009) es una de las voces poéticas más destacadas de América Latina. Ha publicado Ese puerto existe (1959), Luz de día (1963), Valses y otras falsas confesiones (1972), Canto villano (1978), Ejercicios materiales (1993), El libro de barro (1993), Concierto animal (1999) y El falso teclado (2001), todos ellos incluidos en este volumen junto con una serie de poemas dispersos. Por su obra obtuvo el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2006) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007). «Blanca Varela es una poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona.
De noche, sobre los posos del café llora, con la mirada hacia Oriente. La boca inocente y flácida, como una flor monstruosa. En breve la luna joven y sutil sustituirá al alba resplandeciente. ¡Cuántas peinetas y anillos te regalaré! La joven luna entre las ramas no protegerá a nadie. ¡Cuántos brazaletes, cadenas y pendientes te regalaré! ¡Como bajo una pesada crin las brillantes pupilas relucen! ¿Tus acompañantes están celosos? ¡Los caballos purasangre son veloces! a amiga reúne las poesías que Marina Tsvietáieva dedicó a la escritora y crítica de arte Sofía Parnok: un grito embriagado de pasión, lamento y desdén.
Este libro nació de la firme intención de escribir esos poemas que el poeta Antonio Muñoz Quintana, amigo íntimo de la autora, se había dejado en el tintero antes de su prematura muerte, el 24 de octubre de 2014. Al principio, Isabel Bono solo consiguió escribir uno, el que da título al libro, y necesitó algún tiempo más para dar forma a los demás, que llegaron a través del hallazgo y la intuición.
No estamos ante un libro triste ―tampoco celebratorio―: Bono nos entrega unos versos escritos desde la serenidad, desde esa humildad que nos permite admitir con sosiego que somos mortales, desde ese devenir de los días vacíos. Nacer es una oportunidad, morir un deber. Hay que dejar espacio a otros por mucho que nos duela. A veces el dolor acompaña, dice Bono. Y se diría que en esta vida apresurada nadie nos ha enseñado a poner el freno a tiempo. No hay prisa para vivir, no hay prisa para morir, no hay prisa para publicar. Desde 2014, estos poemas han estado reposando, esperando su momento. Y ahora parece que diez años ya son suficientes.