A pesar de que solo vivió cuarenta y seis años, César Vallejo construyó una obra mayúscula y aportó una voz inconfundible a la lírica hispanoamericana del siglo XX. Su influencia solo es comparable a las de Huidobro, Borges, Neruda, Paz o Lezama Lima, y su revolución poética resulta asombrosa si tenemos en cuenta que en poco más de dos décadas se desembaraza de las ligaduras modernistas, da una versión personalísima de la vanguardia de entreguerras y, finalmente, ensancha su voz lírica a partir de un humanismo radical, crítico y de mirada compasiva. La poesía de Vallejo ha ejercido una profunda influencia en sucesivas generaciones a un lado y otro del Atlántico.
La temida Dama Azul, Kitiara, pone en marcha un complot que conducirá a los caballeros solámnicos hasta el límite del glaciar en busca del Orbe de los Dragones, y su rival Laurana inicia un viaje hacia el destino cuando Sturm, Flint, Tasslehoff y ella se unen a los caballeros en su peligrosa misión.
Pero es Kitiara la que afronta un reto crucial. Jura pasar la noche en el lugar más temido de Krynn: el alcázar de Dardaard. Nadie que se haya aventurado en ese sitio pavoroso ha vuelto para contarlo, pero Kit tiene que enfrentarse a Soth o afrontar la muerte a manos de su reina.
En 1821, Johann Christian Woyzeck mata a puñaladas a la viuda Johanna Woost, y es ajusticiado tras una larga controversia en torno a su salud mental. Este crimen inspiraría a Georg Büchner para escribir, en 1836, la que consideramos la primera obra de teatro contemporáneo, Woyzeck. En su celda, mientras la luz recorre las paredes, Woyzeck recuerda: los años, los días, las horas que precedieron a su crisis, alimentada por un amor loco por su amante, la viuda Woost, a la que apuñaló en plena calle, a la vista de todos los transeúntes. Vadeando los torturados recuerdos que se agolpan en su cabeza, el propio asesino encarcelado busca darle sentido a su experiencia en un rompecabezas de locura, deseo, crimen y culpa. Con la Europa de principios del siglo XIX como marco, W. pinta un descarnado y certero autorretrato del hombre moderno que apenas empezaba a dar entonces sus primeros pasos. Un hombre que se esfuerza por poner en pie los acontecimientos de su caótica vida, que se aferra a lo poco que entiende de este mundo tras innumerables traumas y pesadillas.
García Márquez y Vargas Llosa se conocieron en el aeropuerto de Caracas, en agosto de 1967. Con apenas treinta y un años, Vargas Llosa era ya un escritor aclamado por la crítica. García Márquez, cuarenta años cumplidos, encontraba por fin el éxito editorial con Cien años de soledad, publicada ese año en Buenos Aires. Antes de confundirse en un abrazo en el aeropuerto de Caracas que dio inicio formal a la amistad, los dos genios de la literatura se habían escrito cartas y leído mutuamente con admiración. Se hicieron amigos entrañables, vecinos en el barrio de Sarrià en Barcelona y hasta compadres. Vargas Llosa publicó en 1971 un libro en homenaje a García Márquez, titulado Historia de un deicidio. Contra todo pronóstico, la amistad se envenenó y estropeó para siempre. En febrero de 1976, Vargas Llosa le dio una trompada a García Márquez en un teatro en Ciudad de México, derribándolo y dejándolo aturdido, con un ojo morado y la nariz rota, al tiempo que le decía: 'Esto es por lo que le hiciste a Patricia'. ¿Qué le hizo García Márquez a Patricia Llosa, la esposa de Mario? ¿Por qué Vargas Llosa le asestó un puñetazo a García Márquez? ¿Qué circunstancias íntimas corrompieron aquella amistad que parecía inquebrantable? ¿Por qué no volvieron a reunirse ni hablarse durante décadas? ¿Por qué se volvieron enemigos irreconciliables, incapaces de perdonarse, a pesar de los esfuerzos de su agente literaria Carmen Balcells? Los genios, la novela más ambiciosa y fascinante de Jaime Bayly, recrea con formidables bríos narrativos los años gloriosos en que García Márquez y Vargas Llosa fueron grandes amigos y explora, desde las licencias de la ficción, los secretos, las felonías, las delaciones y las iras volcánicas que dinamitaron estruendosamente esa amistad que parecía irrompible.
Nunca había publicado Eloy Sánchez Rosillo un libro sobre la poesía ni sobre su poesía. Por eso creemos que este volumen será de sumo interés para los seguidores de la extraordinaria obra del autor. En él ha recogido sus escritos de poética, junto a una muestra de poemas cuyo tema es la poesía misma y una selección de entrevistas centradas en ella. El conjunto ofrece un amplio y variado fresco del pensamiento poético de Eloy Sánchez Rosillo, que ayudará a lectores y estudiosos a acercarse a su obra conducidos por el propio poeta y a adentrarse en unos textos limpios y clarificadores, ajenos a planteamientos intrincados y embrollados intelectualismos.
Pepe Mujica se inició como joven militante en partidos tradicionales, se volcó al partido comunista y luego a la izquierda armada, primero con torpes intentos de guerrilla urbana con objetivos a la Robin Hood, luego con golpes más ambiciosos. Fue apresado cuatro veces, recibió seis disparos y fue dado por muerto y se escapó dos veces de la cárcel, la segunda de las cuales fue la huida más emblemática de la historia. Estuvo once años preso y aislado, al borde de la locura, y se transformó para volver a la vida civil, luego a la política y finalmente llegar a la presidencia y convertirse en un líder mundial. Pero siempre, desde su infancia y hasta hoy, cultivando flores tal y como le enseñó con su madre.