Destruimos nuestro futuro y olvidamos que lo habíamos hecho.» En un futuro cercano, el mundo sigue siendo tal como lo conocemos. Pero no será así por mucho tiempo. Unos pocos elegidos conocen el futuro que nos aguarda y se están preparando para afrontarlo. Están a punto de conducirnos hacia un camino que nos llevará a la destrucción y nos condenará a vivir bajo tierra. La historia del silo está a punto de ser escrita. Nuestro futuro está a punto de empezar.
Una nueva celebración literaria del mundo felino por la premiada autora de Crónicas del gato viajero, vendido en doce países y proclamado como «el mejor libro del otoño» por The Times.
Con el cambio de estaciones en Japón como telón de fondo, siete gatos y sus humanos protagonizan este delicioso libro de relatos: el pequeño Spin enseña al hombre que lo ha rescatado a lidiar con su reciente paternidad y hacerse cargo de su pequeña familia; una colonia de gatos salvajes en una isla japonesa muestra a un niño que no debe interponerse en el camino de la naturaleza; el anciano Kota trama un plan para convertirse en espíritu antes de irse al otro mundo y que así su humano no le eche nunca de menos; una familia queda perpleja ante la devoción de su nueva mascota por el distante y frío padre de familia...
Dotado de un talento increíble para contar historias, Ferdinand von Schirach se ha convertido en uno de los escritores más queridos de la literatura europea actual. Desde la aparición de Crímenes y Culpa, dos colecciones de relatos que provocaron una fuerte sacudida en el panorama editorial, todas sus novedades son saludadas con elogios fervientes por parte de lectores y críticos. En Café y cigarrillos, su obra más personal y emotiva, un Von Schirach pletórico se mueve como pez en el agua entre los sinuosos pliegues que anudan la realidad con la ficción.
Ingeniosa combinación de revelaciones autobiográficas y perspicaces detalles sobre la realidad circundante, las cuarenta y ocho piezas breves de Café y cigarrillos, con una rica variedad de temas y enfoques narrativos, forman un auténtico mosaico literario en el que lo privado y lo público se entrelazan y reflejan mutuamente. Entre bocanadas de humo reales o imaginadas, Ferdinand von Schirach aborda, con altas dosis de ironía y humor, experiencias y encuentros formativos, fugaces momentos de dicha, soledad y melancolía, desarraigo y añoranza del hogar, así como agudas apostillas sobre el arte, la cultura, la sociedad… y, por supuesto, el tabaco. Y todo eso sin dejar de lado su máxima peculiaridad: su condición de hombre jurídico, construida a partir de reflexiones teóricas --lo mismo sobre la idea del derecho y la dignidad del hombre que sobre los logros y el legado de la Ilustración-- y abundantes vivencias, un universo que forma el meollo de su creación y que ha hecho de él un escritor inimitable en el panorama literario mundial.
La carrera de Nora Mackenzie está en manos de Derek Pender, estrella de la NFL y, casualmente, su ex. Lo cierto es que Nora no dejó la relación con tanta elegancia como podría haberlo hecho, y ahora el karma ha hecho que Derek sea su primer cliente como agente.
El plan de Derek es sencillo: piensa hacerle la vida imposible a la primera chica que le rompió el corazón. Sin embargo, con lo que ninguno contaba era con despertarse después de una noche loca en Las Vegas en la misma cama... y casados. Ahora que han roto todas las normas que habían impuesto entre ellos, ¿será este el accidente que salve sus carreras o el inicio del amor de sus vidas?
En los momentos cruciales de su infancia, la niña siempre tenía a mano una naranja: la agarraba, la pelaba y la comía como si esa pieza de fruta fuera a consolarla de todos sus males. Más tarde descubrió una fruta distinta, más sabrosa, que había que comer a escondidas, lejos de las habladurías de la gente y de la mirada inquisidora de su madre; era una fruta prohibida, pero valía la pena correr el riesgo y disfrutar de aquella delicia.
Adoptada por un matrimonio evangélico de una pequeña ciudad industrial inglesa, la niña creció a la sombra del fervor religioso de toda una comunidad. Los primeros años de su vida fueron un ir y venir entre feligreses seducidos por los sermones y las palabras de la Biblia, pero cuando tenía poco más de diez años la niña supo que ella era distinta y que las leyes de su cuerpo la llevarían a descubrir otra forma de amar.
¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?», preguntó la señora Winterson a su hija Jeanette cuando ella, recién cumplidos los dieciséis años, le confesó haberse enamorado de otra chica. Curiosa pregunta, pero poco más podía esperarse de una mujer que había adoptado a una niña para hacer de ella una aliada en su misión religiosa, y en cambio se las tuvo que ver con un ser extraño que pedía a gritos su porción de felicidad.
Armada con dos juegos de dentadura postiza y una pistola escondida bajo los trapos de cocina, la señora Winterson hizo lo que pudo para disciplinar a Jeanette: en casa los libros estaban prohibidos, las amistades eran mal vistas, los besos y abrazos eran gestos extravagantes y cualquier falta se castigaba con noches enteras al raso, pero de nada sirvió. Esa chica pelirroja que parecía hija del mismísimo diablo se rebeló, para buscar el placer en la piel de otras mujeres y encontrar en la biblioteca del barrio novelas y poemas que la ayudaran a crecer.