Los Escorpiones es una novela de novelas: una obra narrativa titánica y misteriosa. Los protagonistas, Sara y Thomas, se ven envueltos en el entramado de una teoría de la conspiración dirigida por los poderes políticos y económicos, que pretenden controlar a los individuos a través de la hipnosis y los mensajes subliminales en libros, videojuegos y música para inducirlos al suicidio. Ambos llevan a cuestas desequilibrios emocionales y, mientras se teje entre ellos una relación inclasificable y poderosa, deciden investigar sobre esta secta cuyo nombre es el de una de las pocas especies animales que prefiere matarse antes que seguir soportando el dolor.
Desde la Italia de los años veinte, pasando por el sur profundo de Estados Unidos en los ochenta, hasta llegar a la época actual en Madrid, Bilbao, un pueblo perdido de la España rural y Nueva York, esta es una historia sobre la angustia existencial, la soledad y la necesidad de creer en algo, sea lo que sea, para encontrar el sentido a la vida.
La increíble historia de Caterina, una niña nacida en la meseta caucásica. Su lengua era la más antigua del mundo y ella estaba destinada a ser una guerrera como sus ancestros, pero un día se vio arrastrada violentamente a la historia. Capturada en Tana, la última colonia veneciana en la desembocadura del Don emprende un asombroso viaje por el Mar Negro y el Mediterráneo para llegar a Florencia en pleno esplendor del Renacimiento. Convertida en esclava por unos mercaderes, tuvo varios hijos ilegítimos, pero a uno de ellos, fruto de su unión con un ilustre notario florentino, lo amó por encima de todos, aunque él nunca pudiera llamarla madre por su condición de esclava. Aquél niño al que ella transmitió todos sus conocimientos sobre las criaturas y la naturaleza, se llamaba Leonardo da Vinci.
Clitemnestra es una princesa de Esparta, es fuerte, apasionada y con carácter. Su matrimonio con el rey Tántalo, de quien admira su inteligencia y curiosidad, pronto es bendecido con un hijo. Viven en paz hasta que Agamenón, el hermano del rey Menelao y esposo de su hermana Helena, se encapricha de Clitemnestra y decide asesinar al rey Tándalo y al bebé para poder casarse con ella. Rota por el dolor, durante años Clitemnestra soñará con la venganza, un sentimiento que crecerá alimentado por el horror y la impotencia cuando Agamenón, tras consultar al oráculo de Delfos, ofrezca a los dioses en sacrificio a su hija Ifigenia. Hasta la llegada de Egisto, nacido del incesto y de la violencia, que se convertirá en el amante de Clitemnestra y juntos pondrán fin a la vida de Agamenón.
La obra de Samuel Beckett (Dublín, 1906-París, 1989) constituye una de las más interesantes e incisivas del pasado siglo. Su extraordinaria capacidad para exponer los intersticios de la existencia social de los seres humanos, a través del absurdo, el humor y los juegos de lenguaje, imprimió en la literatura una huella indeleble y extendió sus fronteras conceptuales hasta límites nuevos. "Watt" es una novela experimental, filosófica, cómica e inclasificable que, entre otras cosas, constituye un enorme ejercicio de metaficción. En ella, su homónimo protagonista (Watt), un desharrapado del que apenas llegamos a saber nada, pasa dos años como criado en la casa del señor Knott, un enigmático y caprichoso terrateniente cuyo servicio vive en un ambiente de tensión opresiva. ¿Qué ocurre exactamente en casa del señor Knott? No lo sabemos, y sin embargo, como lectores, asistimos a la inquietante transformación que a causa de ello sufre el personaje principal, cuyos esquemas mentales se resquebrajan por completo.
No amaba a Catherine Barkley, ni se le ocurría que pudiera amarla. Aquello era como el bridge, un juego donde te largas a hablar en vez de manejar las cartas. Eso pensaba el teniente americano Frederic Henry, conductor de ambulancias en el frente italiano durante la Primera Guerra Mundial, al poco de conocer a esta bella enfermera británica. Lo que parecía un juego se convirtió en pasión intensa, mientras la guerra lo arrasaba todo y los hombres desfilaban bajo la lluvia, agotados y hambrientos, sin pensar más que en huir de la muerte.
Se dice que al visitar África el principal peligro está dentro de uno mismo. El viajero debe asimilar tal cantidad de estímulos, que, si no se toma un descanso, le puede resultar difícil recuperar la tranquilidad. Durante la década del 50, Alan Moorehead realizó cuatro viajes por dicho continente. No hay sitio en el arca es el resultado de todas dichas experiencias, que configuran, en buena medida, un libro de aventuras.
En estas páginas, descubrimos un mundo tan complejo como fascinante. Conocemos, por ejemplo, a los masai, poderosos cazadores que viven de sangre y leche; o a los
turkanas, quienes a pesar de su trato amable y respetuoso, acostumbran a expulsar fuera del pueblo a los enfermos y ancianos, dejándolos morir. Así, cada capítulo se encarga de desmitificar la relación de los habitantes africanos con su entorno. Comprendemos, además, que la mejor manera de acercarnos a este mundo en un auténtico estado salvaje es eliminar el factor humano y observar a los animales interactuando entre ellos mismos y ante la selva.