El descampado es una tierra sin memoria, sin pasado o sin futuro. Es el presente rotundo de las personas que lo habitaron en todo su esplendor. Como las ruinas de un tiempo preterito, no se acaba de destruir del todo y permanece eterno en su decrepitud. Es un lugar fuera del tiempo, abandonado, libre, como un paraíso perdido. Descampados es un relato sobre los confines de la ciudad: son las afueras de Argel donde Camus jugaba al fútbol de niño; el lugar donde apareció muerto Pasolini; es la imborrable cicatriz abierta por el Muro de Berlín o el extrarradio de nuestro desarrollismo que poblaron seres anónimos. Pero, sobre todo, es una crónica sobre la construcción de un territorio moral.
Este libro, Alemania, impresiones de un español fue publicado hace más un siglo, en 1916, y no es más que un puñado de crónicas periodísticas sobre la Alemania de 1912, aunque también sea mucho más. La Alemania que retrató Camba ya no existe, en realidad ni siquiera existía ya cuando se publicó el libro en plena Primera Guerra Mundial, pero es la Alemania de Camba, el primer gran periodista del siglo xx. Sus brevísimos y acerados artículos conspiran unánimemente contra la solemnidad y el lugar común y son un prodigio de observación y naturalidad, además de encerrar siempre una inmensa carga humorística de raíz hondamente galaica.
¿Cuánto de nosotros se borra con el paso del tiempo? ¿Cuánto se queda en los lugares amados? ¿Puede uno regresar a un sitio que nunca existió más allá de su mente? En Homo irrealis, André Aciman nos invita a acompañarlo al territorio de sus recuerdos en un viaje por lugares queridos como Alejandría, Roma, París, San Petersburgo o Nueva York, habitados por las presencias fantasmales de artistas y escritores admirados. Dela mano de Proust, Freud, Cavafis, Pessoa, Rohmer, Sebald y muchos más, el autor explora el tiempo irrealis: el del hombre que podría haber sido y no fue, todo lo que podría haber pasado y no pasó, pero que aún podría pasar y está en un limbo entre la fantasía y la realidad. Unas memorias en forma de ensayos en las que el autor de Lejos de Egipto y de Llámame por tu nombre se enfrenta al pasado y al presente, al anhelo y al deseo, en un intento de comprender la veta nostálgica que se cierne sobre su persona y sobre casi toda su obra.
La magia existe... pero no conviene fiarse de ella. Eso lo sabe muy bien Lizbeth Rose, una joven mercenaria que se gana la vida como puede entre los restos de lo que antaño fueron los Estados Unidos. Lizbeth acaba de aceptar una oferta de trabajo de un par de magos rusos para ser su guía y guardaespaldas. Juntos van a buscar, por los pueblos cercanos a la frontera con México, al último descendiente de Rasputín, un practicante de la magia de bajo nivel llamado Oleg Karkarov... porque su sangre podría ser lo único capaz de salvarle la vida al joven zar. Cuando los tres emprenden su viaje, poderosos enemigos parecen estar empeñados en impedir que cumplan con su misión. Dependerá de Lizbeth que tanto sus clientes como ella misma consigan sobrevivir.
Un relato bellísimo y melancólico sobre el amor y el valor de la libertad personal.
El 2 de setiembre de 1939, el día después de la invasión de Polonia por el ejército alemán, dos amantes se separan en París. Olga, una exiliada rusa, se despide de Einar, que regresa a Suecia con la esperanza de que pronto volverán a reunirse. Einar le dice que espera que ella vaya a Estocolmo, que podrían ir juntos a Brasil o viajar a Rusia… Ni se imaginan la magnitud de la guerra que está a punto de estallar ni las dificultades a las que deberán enfrentarse. ¿Sobrevivirá este amor?
«Lo único real era esa fuerza que nosseparaba. Ahora estás aquí, conmigo, ahora estamos juntos. Pero dentro de una hora ya no estarás aquí, estarás solo, y yo estaré sola. No quedará nada de lo que nos unió, salvo quizás los pensamientos: los míos sobre ti y los tuyos sobre mí.»
"Me enorgullecí siempre de no llamarle papá, de ser capaz de no hacerlo".
Creo que siempre esperé la muerte de mi padre como la prueba definitiva para comprobar si le quería o no. Porque, en el fondo, no me perdoné nunca el quererle. Tampoco me perdonaba el no quererle.
Solo sabía que cuando él muriera, yo, probablemente, podría empezar a quererle en paz.
Nacida a principios de los años setenta, Sibila, la autora de esta novela y la protagonista de esta historia, es una “niña nadie”, como muchos de los hijos de aquella generación de padres “progres” y ateos. Una cría infeliz, a menudo maltratada, que crece a la intemperie entre un padre dominante y alcohólico, pero también culto y sensible, y una madre ausente.
Pasados ya los cuarenta y a raíz del inesperado dolor por la muerte del padre, la autora va desgranando su complicada relación con él, desde su niñez a la vida adulta, en lo que quiere ser un ejercicio sobre las infancias perdidas, lo absurdo y vital de los lazos familiares y la necesidad de querer y ser queridos.