Encontrar un modo de llegar al infierno y, una vez allí, llevarse un alma. Un plan sencillo, si no fuera porque la gente que realiza este peculiar viaje rara vez consigue volver y porque nunca se sabe qué huella puede dejar en una persona haber estado en un lugar como ese. Pero Galaxy «Alex» Stern está decidida a rescatar a Darlington, incluso si eso supone renunciar a su futuro en Yale.
Como les han prohibido rescatarlo, Alex y Dawes no pueden pedir ayuda a la Novena Casa, así que reúnen a un equipo de dudosos aliados para la misión. Juntos deberán recorrer un laberinto de textos arcanos y artefactos extraños para desvelar los secretos mejor guardados del campus. Pero cuando varios profesores comienzan a morir, Alex sabe que no se trata de meros accidentes. Algo mortal merodea por New Haven, y si quiere sobrevivir a lo que quiera que sea, deberá enfrentarse a los monstruos de su pasado y a la oscuridad oculta tras los muros de la universidad.
Con una historia que atrapa y los giros de guion propios de Bardugo, La huella del infierno extiende ante nosotros un mundo lleno de magia, violencia y monstruos muy reales.
El patriarca de la dinastía Garren está en el lecho de muerte. Para los hermanos de la familia ha llegado la hora de volver a su ciudad natal y reunirse en el hogar de su infancia. Sin embargo, enseguida descubren que su único nexo de unión es la figura del padre y se preguntan entonces si su muerte significará el final de la familia.
Con un formidable despliegue de recursos técnicos, Sándor Márai nos guía de forma magistral a través de los pensamientos y emociones de sus personajes y disecciona la complejidad de las relaciones familiares en el escenario político y social de la Europa de entreguerras, marcada por la desintegración del imperio austrohúngaro, que dejó al país sin parte de su territorio y a una clase social, la burguesía, condenada a la extinción.
Una novela espléndida, algo finalmente nuevo en nuestra literatura de hoy, algo pensado y al mismo tiempo lleno de libre invención». Italo Calvino La divina floresta (1969) es una sugestiva historia naturalis interpretada en clave lucreciana o, incluso, kiplinesca, y ambientada en una remota Sicilia en los albores de la creación. El protagonista es la vida misma o, mejor dicho, un ente vivo y pensante, primero indeterminado en su forma larvaria, que, tras una breve temporada vivida vegetativamente, toma la forma definitiva de un ave: un buitre filosófico que no tiene nada de la bajeza que su figura pudiera evocar, sino que, por el contrario, se nutre de la sabiduría clásica. El arco de su aventura que lo empujará hasta la extenuación en busca de un mensaje más allá de los confines de la isla, más allá de los océanos y hacia la luna inalcanzable no hace sino hablarnos de nuestra humana inquietud ante las incógnitas de la existencia. «Estoy realmente contento de este resultado, por ti y por la literatura italiana, que recupera lo que era su vocación específica en sus primeros siglos: literatura como “filosofía natural”. Espero que la crítica comprenda que tu libro es diferente de los muchos que se publican, pero, aunque no lo comprenda de inmediato, no importa, tu libro es de los que quedan».
La mayoría de las escuelas ansían ser las mejores, pero, ¿esta escuela? Esta ansía ser la peor. La Academia Calder es el lugar al que van los paranormales rebeldes, los que rompen las reglas o pierden el control. Y cuando se llena de vampiros, hombres lobo, brujas y faes, se vuelve bastante aterradora.
Yo lo sé mejor que nadie. Porque estoy atrapada aquí.
Toda chica de diecisiete años piensa que su madre es una tirana. Pero resulta que la mía dirige la Academia Calder, cosa que me ha convertido en una gran diana. La única manera que tengo de conseguir sobrevivir en estos oscuros pasillos es evitando las cosas (y los niños) que aparecen en mitad de la noche.
Especialmente Jude Abernathy.
Pero cuando una extraña tormenta azota nuestra recóndita isla, me quedo encerrada sin un plan B. No hay energía, todas las luces se han apagado… Y nuestras peores pesadillas de repente se han vuelto reales y están sedientas de sangre. Ahora, si quiero sobrevivir, debo aliarme con un mal para evitar otro peor, y, ¿qué puede ser peor que la idea de acercarme a Jude? Que en realidad y en secreto, amo cada minuto que paso con él.
En una cálida noche de primavera, una joven camina por la carretera. Está desnuda y cubierta de sangre. Horas más tarde, el hallazgo de su cuerpo sin vida revelará su identidad: Clara Salvemini, la primogénita de la familia más influyente de la zona. Se habla de suicidio, pero ¿qué ocurrió realmente? ¿Qué la vinculaba a los turbios negocios de su padre? Y la relación con sus hermanos, sobre todo con Michele, el hijo bastardo, ¿tendrá algo que ver con su muerte?
Entre mansiones de la rica periferia de Bari, baches en un rápido ascenso social, un elenco de personajes inolvidables y las tensiones de una familia al borde de la desgracia, Nicola Lagioia –ganador del prestigioso Premio Strega y autor de La ciudad de los vivos– desmenuza y define nuestra despiadada contemporaneidad y teje una trama que explora la ferocidad latente en cada individuo, atrapando al lector en un laberinto de secretos y mentiras.
La Florencia del siglo XVI requiere habilidad, discreción, lealtad, sensibilidad artística y comprensión política. Europa es un polvorín. Italia es el campo de batalla donde chocan Francia y España, las dos grandes potencias. El duque de Florencia, Cosme de Médici, no solo tiene que lidiar con la reina de Francia, su prima Catalina de Médici y aliada de su viejo enemigo, el republicano Piero Strozzi, sino también con el influjo de un Papa que es un inquisidor de la peor calaña, el que instituyó la prohibición de libros y obras de arte considerados inmorales. Y para complicarlo todo, ahora el viejo pintor Pontormo acaba de ser asesinado al pie de los frescos en los que trabajaba desde hacía once años. En la escena del crimen se descubre un cuadro obsceno de María de Médici, una de las hijas del duque. El gran Vasari, secuaz del duque, pintor e historiador del arte, se tiene que encargar de la investigación. ¿Quién es el asesino y quién el caricaturista? ¿Cuál es el móvil del asesinato y del crimen de lesa majestad?