Hace años tenía compañeros de armas y una causa en la que creer, pero ahora el hombre que se hace llamar Nómada solo conoce la vida a la fuga. Obligado a saltar de un mundo a otro en el Cosmere cada vez que la implacable Brigada Nocturna le gana demasiado terreno, Nómada acaba en un nuevo planeta y de inmediato se ve implicado en la trifulca entre un tirano y los rebeldes que solo pretenden evitar que los conviertan en esclavos sin mente. Y todo bajo la amenaza constante de un amanecer cuyo calor derrite la misma piedra. Incapaz de comprender su idioma, ¿sabrá navegar el conflicto y obtener el suficiente poder para saltar fuera del planeta antes de que su mente o su cuerpo paguen el precio definitivo?
Vivimos en cambio constante,
con miedo a decir «te quiero»
por las consecuencias que podría traer.
Pero debemos arriesgarnos,
tenemos que perdernos para poder
encontrarnos, aprender del daño
y seguir soñando.
Quiere, quiere mucho. Pero nunca te
olvides de quererte a ti.
Años cincuenta, Irlanda rural. Un tipo solitario se encuentra con un coche misteriosamente vacío en medio de un campo. Sabe que no debe acercarse, pero es incapaz de evitarlo y pronto se ve envuelto en un inquietante caso de desaparición: un hombre asegura que su esposa podría haberse arrojado al mar.
Llamado desde Dublín para investigar, el inspector Strafford recurre rápidamente a su viejo aliado, el brillante e imperfecto doctor Quirke, un hombre con quien está vinculado de maneras cada vez más complejas. A medida que avanzan en la investigación, el pasado vuelve con fuerza, amenazando con cambiar la vida de todos y cada uno de ellos.
Julia escucha en un bar a una vieja que la abordó en la calle y dice ser su abuela. Siempre tuvo dudas sobre su propio origen, y Griselda ahora le revela su verdadera historia. Muy pronto entenderá que detrás de esa apacible anciana hay más de lo que dice. Los lectores, con ella, empezarán una inmersión sin pausa en un territorio de horror multiforme que, en la repetición de la tortura y la muerte, replica los gestos sangrientos de la dictadura militar argentina. Una trama labrada con excelencia que repasa los años sesenta y setenta con los recursos del terror y del gore y que deslumbra con su maestría y agudeza.
Ser el hijo del sanguinario rey de Picas nunca ha sido fácil, y eso el príncipe Edmund lo sabe muy bien. Tras ser exiliado de su propio reino, su amigo Ben, heredero al trono de Corazones, le ofrece refugio en su corte. Allí Edmund descubrirá un mundo de bailes, lujos y riquezas. Pero Thyra, una bruja de Tréboles, vendrá a alterar la paz que creía haber conseguido…
Edmund ha crecido odiando la magia, por lo que, cuando Thyra empieza a estar cada vez más presente en la vida de Ben, la relación entre los tres se tambaleará a la vez que el destino de Maravillas.
El capitán Hastings, el fiel amigo del singular detective Hércules Poirot, relata una serie de casos resueltos gracias al método deductivo del detective belga, quien aprovecha cualquier incidente sin relación aparente con la investigación para descubrir siempre la verdad. Su secreto: el poder de las células grises de su privilegiado cerebro.
Por las páginas de esta obra desfilan misterios de los más variopinto: primero fue el misterio de una estrella de cine y un diamante, un suicidio que en realidad fue un asesinato, un misterioso piso absurdamente barato, una muerte sospechosa en una sala de armas cerrada, el robo de bonos por un millón de dólares, la maldición de la tumba de un faraón, un robo de joyas junto al mar y hasta el secuestro de un Primer Ministro.
La hermosa y joven Elinor Carlisle se encuentra en el banquillo de los acusados, está siendo juzgada por el posible asesinato de su prima Mary Gerrard. Las pruebas son abrumadoras: solo Elinor tenía el motivo, la oportunidad y los medios para administrar el fatal veneno.
Sin embargo, dentro de la hostil sala del tribunal, solo un hombre aún cree que Elinor es inocente hasta que se demuestre lo contrario: Hércules Poirot es lo único que se interpone entre Elinor y la horca.
El 19 de noviembre de 1942, en el gueto de Dorhóbych, el pequeño pueblo austrohúngaro, hoy ucraniano, del que apenas había salido desde su nacimiento en 1892, muere asesinado por un SS Bruno Schulz, hoy considerado uno de los mayores escritores del siglo XX por la densidad poética de su prosa, la forma en que convierte el lenguaje en un acto de magia y, sobre todo, por la experiencia sin retorno de leerlo o de entrar en el universo lúgubre de sus dibujos.
En 1917, Yeats (1865-1939) compró una fortaleza normanda a pocos kilómetros de Galway. La convirtió en su residencia de verano e hizo de ella un símbolo, un monumento del alma a su propio esplendor al que le dedicó La torre (1928), el primer libro de poemas que escribió tras recibir el Premio Nobel en 1923. La torre es un otero desde el que contemplar, reflexionar y cantar con ironía y lucidez sobre un paisaje que es a la vez simbólico y real, interior y exterior, y, sobre todo, donde el pasado tiene el mismo peso que el futuro y donde el presente llegaba a llamar con la culata de un fusil a la misma puerta de la fortaleza: tras el estallido de la Primera Guerra Mundial se produjeron el Alzamiento de Pascua y la guerra civil irlandesa que daría lugar al Estado Libre de Irlanda, del que el poeta llegó a ser senador.