Sobre héroes y tumbas es quizá la obra más conocida de Ernesto Sabato. Publicada en 1961, ésta irrumpe en el panorama de la literatura latinoamericana aglutinando una variedad de elementos que la distinguen entre las ficciones de América del Sur. De este modo, es frecuentemente considerada como una novela total, con rasgos de surrealismo inusitados en la literatura latinoamericana o insertada también en la tradición de la Bildungsroman («novela de formación») de la que se cuentan varios ejemplos en la literatura alemana. Por otro lado, la descripción de una familia retratada a través de un largo lapso temporal con tintes decadentes, emparenta temáticamente esta novela con las ficciones de Faulkner y García Márquez.
«Genial, una de las más asombrosas manifestaciones de nuestro tiempo, uno de los libros del siglo.» Die Welt
«Hechizante, barroca, monumental, un film de Buñuel sobre un guión de Dostoievski» Newsweek
Patty y Walter Berglund son miembros de una nueva y floreciente clase urbana, pioneros en la recuperación de un barrio degradado. Además de madre modélica y esposa perfecta, Patty es la vecina ideal, la que sabe dónde se reciclan las pilas y cómo escoger un colegio adecuado para los niños. Junto con su marido Walter, abogado ecologista y ferviente defensor de la bicicleta, aportan su grano de arena a la construcción de un mundo mejor.
Sin embargo, la llegada del nuevo milenio pone la vida de los Berglund patas arriba. Su hijo quinceañero se instala en casa de los vecinos republicanos, Walter acepta trabajar para una compañía minera, y Richard Katz, antiguo compañero de Walter, rockero extravagante y mujeriego empedernido, cobra un protagonismo insospechado en la pareja. Pero aún más desconcertante es la evolución de Patty, que de ser la figura más activa del barrio se ha transformado en una mujer ensimismada en la búsqueda de su propia felicidad.
Con una efectiva combinación de humor y tragedia, Franzen desgrana las tentaciones y las obligaciones que conlleva la libertad: los placeres de la pasión adolescente, los compromisos despreciados en la madurez, las consecuencias del anhelo desenfrenado de poder y riqueza que arrasa el país. Así, en los aciertos y errores de un grupo de personas que tratan de adaptarse a un mundo confuso y cambiante, Franzen ha pintado un cautivador retablo de nuestra época.
Mircea Cartarescu, autor de las visionarias «Nostalgia» o «Lulu», aborda tres relatos magistrales, cargados de un humor amargo y brutal. El volumen se abre con «Ántrax», que narra, en plena paranoia post-11-S, cómo el autor recibe un sospechoso sobre desde Dinamarca, hecho que moviliza al kafkiano establishment policial rumano. En «Las Bellas Extranjeras», indudable pièce de résistance del volumen, asistimos al delirante viaje del autor en compañía de once escritores rumanos a tierras francesas, un descenso a los infiernos que alcanza, por momentos, la grandeza de lo grotesco. En «El viaje del hambre», un joven Cartarescu aspirante a poeta en la época previa a la caída del comunismo, es invitado por un grupo de escritores de una ciudad de provincias y se ve arrastrado a un sinfín de situaciones absurdas con el estómago vacío y muerto de frío. Un libro magistral por el que desfilan escritores, artistas, policías, estudiantes, funcionarios culturales y hasta fantasmas: tres relatos cargados de un humor que nos lleva de la sonrisa cómplice a la abierta carcajada.
«Elena Poniatowska entiende sus crónicas como un radar de voces que no deben perderse.» (Juan Villoro)
Octubre de 1921. Angelina Beloff, pintora rusa exiliada en París, envía una carta tras otra a su amado Diego Rivera, su compañero desde hace diez años, que la ha dejado abandonada y se ha marchado a México sin ella. Angelina, a quien Diego se dirige con el diminutivo de Quiela, fue la primera esposa del muralista mexicano y una excelente pintora, eclipsada por el genio de su marido. Su relación, marcada por la pobreza y por la tiranía de Rivera, fue tormentosa, y la adoración de Quiele, incondicional. Brutal, ególatra, irresistible, Rivera se nos dibuja como un monstruo que hace su voluntad en el arte y el amor. «Ella me dio todo lo que una mujer puede dar a un hombre», diría Rivera. «En cambio, recibió de mí todo el dolor en el corazón y la miseria que un hombre puede causarle a una mujer.»
Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, firma en "Querido Diego, te abraza Quiela" uno de los más conmovedores, delicados y brutales testimonios de amor y dependencia jamás escritos. Una nouvelle rescatada por Impedimenta en edición especial.
«La voz garciamarquiana alcanza aquí un nivel en el que resulta a la vez clásica y coloquial, opalescente y pura, capaz de alabar y maldecir, de reír y llorar, de fabular y cantar, de despegar y volar cuando es necesario.»
Thomas Pynchcn, The New York Times
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
Nadie, al finalizar la lectura de El ángulo del horror, podrá estar seguro de no encontrarse con que los objetos más habituales, la casa natal, los familiares o amigos han cobrado una apariencia insospechada. Y es que desde la primera línea entramos en un mundo en el que la quietud, el desconcierto, las extrañezas de la vida cotidiana y a ratos un aparente disparate conspiran para dejarnos entrever oscuros mecanismos del alma. Aunque, ¿tiene algo de anormal que a Marcos le guste deambular desnudo por casa arrancando los más tétricos sonidos a su querido helicón ? ¿Parece raro que un niño se crea, por error, el único destinatario del legado del abuelo ? ¿Acaso el clima de tensa expectación que se crea cuando Carlos descubre el terrible ángulo no recuerda algo ya vivido por cualquiera ? Y ¿quién no ha sentido la exasperación de la Flor de España, agobiada por la conversación trivial de una mujer obsesiva ? Nada es alucinación, todo es real. Pero algo se quiebra irremediablemente en algún lugar.
Milan Kundera se sirve a la vez de una novela francesa del siglo XVIII y de una excursión que a él y a su mujer se les antoja hacer a un castillo de Francia convertido en hotel, para ir dando vida a una serie de personajes del pasado y del presente que terminan coincidiendo en un congreso de entomólogos que se celebra en sus salones. Personajes e historias de ayer y de hoy van entrelazándose de tal manera que a nadie sorprendera, por ejemplo, que un hombre enfundado en un casco de motociclista, azorado e impaciente, se aleje en su moto a toda velocidad, mientras otro, con una peluca blanca, adormilado y ensimismado, se sube a una calesa que parece salida de una estampa del pasado : el primero desea sin duda dejar algo tras de sí a toda prisa ; el segundo, en cambio, parece disponerse a rememorar, al paso lento del caballo, la noche que acaba de pasar con la intrigante y seductora Madame de T.
En los veinticuatro relatos que componen este volumen, Murakami introduce elementos fantasticos y oniricos, mezcla con calculada ambigüedad el sueño y la vigilia, se sirve de referentes como el jazz o permite que los cuervos hablen, pero, sobre todo, crea personajes inolvidables, enfrentados al dolor o al amor, o vulnerables y necesitados de afecto. Basta un detalle nimio para que algunos de esos personajes se suman en la melancolia tras atisbar de pronto el lado oscuro que ocultan los actos cotidianos. Unos, como el protagonista de «El septimo hombre», intentan superar, muchos años despues, la perdida de su mejor amigo, acaecida en la infancia; otros sienten el impulso de pasear por el zoologico los dias de fuerte viento. Preparar la comida puede ser la excusa perfecta para desentenderse de los problemas ajenos, como en «El año de los espaguetis», pero a veces la realidad se impone, como en «Hanalei Bay», donde una madre acude a recoger el cadaver de su hijo surfista tras morir atacado por un tiburon. En «Viajero por azar» la casualidad propicia la reconciliacion entre un hermano y una hermana, enemistados durante diez años, y en «El espejo», un vigilante nocturno narra su terrorifica experiencia con un fantasma.