Una autora que nunca pasa de moda.
Durante un placentero viaje a Oriente Medio, entre las ruinas de Petra, aparece el cuerpo de la matriarca de la poderosa familia Boynton. La pequeña marca de un pinchazo en la muñeca es la única prueba de que ha sido asesinada.
El detective Hércules Poirot deberá enfrentarse, de nuevo, al reto de resolver un asesinato con más sospechosos que pistas; y es que muchos podrían desear la muerte de la tiránica señora Boynton, poseedora de una codiciada fortuna. Poirot, pese a la complejidad del caso, se propone dar con el asesino en menos de veinticuatro horas, iniciando así una investigación que conducirá al desenlace más inesperado.
Todos tenían motivos para desear su muerte, todos son sospechosos.
Durante unas placenteras vacaciones en Egipto, el detective Hércules Poirot coincide con Linnet y Simon, unos conocidos suyos que están de luna de miel en el país de los faraones. El encanto de tan maravillosos días se rompe cuando una mañana, en el transcurso de un crucero por el Nilo, la bella Linnet aparece muerta de un disparo en la cabeza. ¿Será capaz Poirot de encontrar al asesino de la joven esposa? ¿Será capaz de discernir entre imaginación y realidad, aun estando a bordo la ex pareja de Simon, empeñada desde el mismo día de la boda en arruinar su matrimonio con la desafortunada Linnet? El misterio está servido.
Un referente universal. Uno de los casos más famosos de Hércules Poirot.
La novela más popular del mítico detective Hércules Poirot.
En un lugar aislado de la antigua Yugoslavia, en plena madrugada, una fuerte tormenta de nieve obstaculiza la línea férrea por donde circula el Orient Express. Procedente de la exótica Estambul, en él viaja el detective Hércules Poirot, que repentinamente se topa con uno de los casos más desconcertantes de su carrera: en el compartimiento vecino ha sido asesinado Samuel E. Ratchett mientras dormía, pese a que ningún indicio trasluce un móvil concreto. Poirot aprovechará la situación para indagar entre los ocupantes del vagón, que a todas luces deberían ser los únicos posibles autores del crimen.
Una víctima, doce sospechosos y una mente privilegiada en busca de la verdad.
Por un instante, los dos trenes circularon paralelos. En ese preciso momento, Elspeth McGillicuddy presenció un asesinato. Desde su vagón vio con impotencia como en el otro tren un hombre agarraba sin piedad el cuello de una mujer hasta estrangularla. Después el tren se alejó.
No había sospechosos ni testimonios. Tampoco había cadáver. ¿Quién, salvo Jane Marple, se tomaría en serio esta historia?
«Este libro es el ejemplo perfecto de lo que debe ser una historia de detectives; uno regresa continuamente a verificar pistas, ninguna es irrelevante.» The Times (1957)
Cada semana el Club de los Martes celebra una reunión en casa de Miss Marple para discutir crímenes sin resolver. Componen el grupo el joven escritor Raymond West; la artista Joyce Lemprière; el doctor Pender, un clérigo que asegura conocer la cara oculta de los hombres; el abogado Petherick, para quien la lógica es el único criterio válido; sir Henry Clithering, cuya experiencia como comisario en Scotland Yard es su mejor arma; y por supuesto Miss Marple, que gracias a su profundo conocimiento de la naturaleza humana se revelará como una gran rival para el más perspicaz de los investigadores.
Fin de la la trilogía El arco de la Guadaña -compuesta por Siega y Nimbo
Todo cambió hace tres años: fue entonces cuando Anastasia y Lucifer desaparecieron; cuando el segador Goddard llegó al poder; cuando el Nimbo retiró la palabra a toda la humanidad, menos a Grayson Tolliver.
En este impactante desenlace de El arco de la Guadaña, la trilogía que Neal Shusterman comenzó con Siega, se pondrán a prueba las lealtades y reaparecerán viejos amigos. Pero el rugir del trueno siempre es el preludio de la tormenta, y puede que el ruido del cambio ya haya empezado a resonar entre los portadores de la muerte.