Dicen que Nueva York es la ciudad de los rascacielos y de las grandes avenidas, además del escenario de infinidad de películas. Personalmente añadiría que también es la ciudad de los sueños, esos que todos esperamos cumplir algún día, incluso yo misma, aunque a veces lo olvide cuando otro sueño, mucho más poderoso y que lleva su nombre, llega para ensombrecer este.
Si me quedaré hasta convertirme en la top model que deseo ser es una incógnita para mí; lo que sí tengo claro es que ahora estoy aquí y que voy a dejar mis dientes marcados en esta gran manzana, o al menos a intentarlo. Y mientras lo hago, su mirada, su sonrisa y su recuerdo caminarán a mi lado por las calles de esta metrópoli y del mundo, para recordarme lo que pudimos tener y no tenemos y también quiénes fuimos y quiénes no vamos a ser.
Me llamo Valentina, soy modelo y crecí en La Rioja, rodeada de viñedos, en la finca de mi familia. Siempre imaginé mi futuro allí, con Víctor, trabajando juntos en la bodega, pero una cosa es lo que imaginamos y otra, lo que luego sucede en realidad.
Puede que estés preguntándote quién es Víctor, y para esa cuestión tengo demasiadas respuestas, así que mejor te digo que él lo fue TODO para mí, hasta que nuestros sentimientos nos explotaron en la cara y decidí marcharme tan lejos como pude. Hoy, tres años después, esa noche sigue rompiéndome por dentro.
Mileva Einstein no sólo fue el primer amor, la esposa y la madre de los hijos de Albert Einstein, sino también una de las primeras mujeres europeas en estudiar física. Como científica colaboró en los descubrimientos de su marido principalmente en el campo de las matemáticas, donde sus conocimientos superaban a los de él. Con esta novela basada en hechos reales, Slavenka Drakulic´ traza el sobrecogedor retrato de una mujer que luchó contra sus carencias físicas, que nunca se rindió, pero que no pudo tener una carrera brillante como matemática, aunque sin duda era un talento excepcional. Mileva Einstein, que llegó a Suiza para estudiar ciencias desde el campo, que tenía apoyo entre los científicos, renunció a su carrera por su famoso marido y, más tarde, por sus hijos. La novela sobre Mileva Einstein es una novela de dolor, de cómo afrontar las desgracias de la vida, cómo vivir y sobrevivir, cómo ser mujer y no perder la cordura. Mileva Einstein: Una teoría de la tristeza es una novela en la que la autora sumerge brillantemente al lector en la vida de la protagonista, para identificarnos con sus problemas, sus luchas, sus penas y alegrías.
1968. Gracias a su tesón, Amín ha conseguido convertir sus tierras áridas en una finca floreciente. Ahora pertenece a una nueva burguesía que prospera, organiza fiestas y se divierte: contempla el porvenir con optimismo. A su esposa Mathilde, en cambio, todo ese bienestar material no logra arrancarle la certeza de haber perdido los mejores años de su vida durante la guerra y, luego, cuidando de la casa y de Aicha y Selim, sus hijos. Pero al Marruecos independiente le cuesta consolidar su nueva identidad, a caballo entre el arcaísmo y la ilusoria tentación de la modernidad occidental, entre la obsesión por la imagen que uno da de sí mismo y las heridas de la vergüenza. En ese agitado periodo, que oscila entre la represión y el hedonismo, los jóvenes deberán pronunciarse, hallar su voz y su camino.
«Miré cantidad de veces una película que filmó mi padre en la playa de Miramar [...]. Yo sonreía a la cámara y jugaba con una pelota de goma. La mano de mi madre me acariciaba la espalda».
Engarzadas como pequeñas piedras preciosas, las escenas y los momentos de esta novela arman un delicado rompecabezas que va y viene en el tiempo; es 1972, es 1976, es el Mundial de Fútbol de 1978, es hoy. De fondo, la casa en Miramar, la casa en la playa de una familia que se desintegra. Los hijos, una nena de diez años y su hermano menor, asisten a los desencuentros y reconciliaciones de los padres, jóvenes, hermosos, llenos de furia y de amor.
Pero también ocurre la tragedia. El padre enferma, y la niña asimila el dolor de la despedida a través de un juego privado entre ellos. Su libro favorito en ese momento, Mujercitas, se convierte en el escenario privilegiado donde juegan a cuidarse y a contenerse uno al otro.
En Miramar, Gloria Peirano nos entrega una historia de amor filial y de duelo que no se olvida con el tiempo; al contrario, se agranda con el recuerdo. Una novela que emociona y nos vincula con las pérdidas inevitables de la vida.
Juan Manuel de Prada une su descomunal talento para la narrativa con el conocimiento en profundidad del panorama intelectual, artístico y, sobre todo, literario de la España de la primera mitad del siglo XX. El resultado es un proyecto literario memorable de extraordinaria calidad en la gran tradición barroca y esperpéntica española: Quevedo, Valle-Inclán o Ramón Gómez de la Serna.
El autor se centra en la comunidad de artistas españoles que tras la Guerra Civil recaló en el París ocupado por los alemanes, donde las condiciones de vida eran especialmente difíciles y donde debieron de utilizar cualquier recurso a su alcance para sobrevivir, aunque ello les pusiera frente a unos dilemas morales de muy difícil resolución.
Junio de 2086. Un virus ha terminado con la humanidad y no quedan más que dos personas en todo el planeta: un joven y un anciano que pronto dejará de existir. Estos dos últimos supervivientes contemplan las ruinas de la humanidad. Las guerras han terminado, ya no hay hambre en el mundo y las bestias creadas por el hombre fueron desapareciendo. ¿Hacía falta una gran destrucción para que alguien se emocione de nuevo ante una puesta de sol? ¿Hará falta que desaparezca el hombre para ser conscientes de lo que llegó a ser?
Amigorena firma una novela de gran carga poética y nos sitúa cara a cara con un futuro cada vez más cercano mientras se pregunta por los errores del hombre que podrían acabar con la humanidad.
«Me había jurado no volver a comer tierra y ahora me quema la lengua y me ruge el estómago reclamándola. La tierra está llena de secretos pero no para mí».
Cometierra ha elegido dos cosas: un barrio nuevo y no volver a usar su poder adivinatorio nunca más. Rodeada de desconocidos, va saliendo poco a poco de su encierro y aprende a manejarse en su nuevo entorno, al tiempo que aguarda el nacimiento de su sobrino, hijo de su hermano Walter y de la novia de este, Miseria. Es precisamente esta última quien, al ver en el don de Cometierra un lucrativo potencial económico, la anima a recuperar las visiones que le permitían encontrar a gente desaparecida. Para ello, tendrá que resolver casos recientes y antiguos, desvelar secretos de su historia familiar y poner su vida en las manos de una bruja más poderosa que ella.
«Una novela redonda en la que Reyes vuelve a ofrecernos una prosa visceral y poética, unas imágenes bellas y desgarradoras, una literatura comprometida con la comunidad».
Misery Chastain ha muerto. Paul Sheldon la ha matado. Con alivio y hasta con alegría. Misery lo ha hecho rico. Porque Misery es la heroína que ha protagonizado sus exitosos libros.
Paul quiere volver a escribir. Algo diferente, algo auténtico. Pero entonces sufre un accidente y despierta inmóvil y atravesado por el dolor en una cama que no es la suya, tampoco la de un hospital.
Annie Wilkes lo ha recogido y lo ha traído a su remota casa de la montaña. La buena noticia es que Annie había sido enfermera y tiene medicamentos analgésicos. La mala es que ha sido durante mucho tiempo la fan número uno de Paul. Y cuando descubre lo que le ha hecho a Misery Chastain, no le gusta. No le gusta en absoluto. Antes, Paul Sheldon escribía para ganarse la vida. Ahora, Paul Sheldon escribe para sobrevivir.