Un escritor inmerso en un bloqueo creativo decide llevar a cabo una acción desesperada: el tema de su próxima novela será la vida de la primera persona que se encuentre por la calle. Así entra en su vida Madeleine Tricot, una anciana encantadora dispuesta a hablarle de sus secretos y heridas: del matrimonio y la viudedad, de su trabajo como costurera para Chanel durante la epoca dorada de Karl Lagerfeld, de la dispar relación con sus dos hijas. Valerie, la mayor de ellas y que vive en el mismo barrio, duda de las intenciones de este escritor, pero decide que puede ser una buena terapia para su madre. Y no solo eso: para que pueda continuar con su tarea, exige al escritor que la incluya a ella en la historia que está esbozando, así como a todos los miembros de su familia, la familia Martin, atravesada tanto por el amor como por el agotamiento de la rutina.
La nueva novela de la inimitable Marian Keyes. «Las horas que paso entre las páginas de cualquier libro de Marian Keyes son un regalo.»ELÍSABET BENAVENT Los Casey son una familia glamurosa y feliz. Johnny Casey, sus hermanos Ed y Liam, sus preciosas e inteligentes mujeres y todos sus hijos pasan mucho tiempo juntos: fiestas de cumpleaños, aniversarios, fines de semana que comparten fuera... Jessie, la mujer de Johnny, se encarga de organizarlo todo porque no hay nada que desee más que crear recuerdos juntos. Pero ¿qué ocurre cuando esos recuerdos no son lo que esperas? Todas las familias esconden secretos, y lo último que quieren es que salgan a la luz. Justo lo que ocurrirá cuando Cara, la mujer de Ed, se dé un golpe en la cabeza y empiece a desvelar la pequeña red de mentiras en la que se sustenta su aparente perfección familiar.
Dicen que en la cafetería Funikuri Funikura hay una mesa en la que puedes sentarte, pedir un café y viajar al pasado durante el tiempo que tarda este en enfriarse.
Bajo la atenta mirada de la encantadora camarera Kazu, los clientes del café se enfrentarán a los momentos más importantes de sus vidas y descubrirán que la felicidad consiste en saber perdonarse a uno mismo.
Cuatro historias de redención y esperanza llenas de personajes inolvidables, tiernos, contradictorios y sorprendentes que ya habitan en el corazón de más de un millón de lectores.
En una cálida noche de primavera, una joven camina por la carretera. Está desnuda y cubierta de sangre. Horas más tarde, el hallazgo de su cuerpo sin vida revelará su identidad: Clara Salvemini, la primogénita de la familia más influyente de la zona. Se habla de suicidio, pero ¿qué ocurrió realmente? ¿Qué la vinculaba a los turbios negocios de su padre? Y la relación con sus hermanos, sobre todo con Michele, el hijo bastardo, ¿tendrá algo que ver con su muerte?
Entre mansiones de la rica periferia de Bari, baches en un rápido ascenso social, un elenco de personajes inolvidables y las tensiones de una familia al borde de la desgracia, Nicola Lagioia –ganador del prestigioso Premio Strega y autor de La ciudad de los vivos– desmenuza y define nuestra despiadada contemporaneidad y teje una trama que explora la ferocidad latente en cada individuo, atrapando al lector en un laberinto de secretos y mentiras.
Proyectar una luz sobre los problemas más serios y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y, a la vez, evitar todo realismo, así es La fiesta de la insignificancia. Quien conozca las obras anteriores de Kundera sabe que en él no son en absoluto inesperadas las ganas de incorporar en una novela algo «no serio». En esta novela Kundera ve por fin plenamente cumplido su viejo sueño estético, que puede leerse como un sorprendente resumen de toda su obra. Menudo resumen. Menudo epílogo. Menuda risa inspirada en nuestra época, que es cómica porque ha perdido todo su sentido del humor. ¿Qué más puede decirse? Nada. ¡Lean!
¿Por qué regresa Urania Cabral a la isla que juró no volver a pisar?¿Por qué sigue vacía y llena de miedo desde los catorce años?¿Por qué no ha tenido un solo amor? En La Fiesta del Chivo (2000) asistimos a un doble retorno. Mientras Urania visita a su padre en Santo Domingo, volvemos a 1961, cuando la capital dominicana aún se llamaba Ciudad Trujillo. Allí un hombre que no suda tiraniza a tres millones de personas sin saber que se gesta una maquiavélica transición a la democracia. Con un ritmo y una precisión difícilmente superables, este peruano universal muestra que la política puede consistir en abrirse camino entre cadáveres, y que un ser inocente puede convertirse en un regalo truculento.