Atrapado en Ons, una pequeña isla de la costa atlántica gallega, Roberto Lobeira no tiene posibilidad alguna de llegar a tierra firme ni de comunicarse con el exterior debido a una tormenta que parece ser el preludio de una tragedia. Cuando descubre un fardo que las olas han llevado hasta la orilla, su contenido provoca que los pocos habitantes que viven en la isla den rienda suelta a décadas de rencor, celos, viejas cuentas que saldar y sed de venganza. Y, por si fuera poco, una presencia misteriosa y acechante deja una ofrenda sangrienta en la puerta de su casa, como si se tratara de un enigmático mensaje que no puede comprender. Inmerso en un torbellino de odio, secretos inconfesables y ambición desmedida, Lobeira tendrá que sobrevivir en la isla… hasta que la tormenta pase.
La lucha de un hombre anciano por hacer las paces con su vida.
A Bo se le acaba el tiempo y, a la vez, tiempo es una de las pocas cosas de las que dispone. El cuerpo le falla, su mujer tuvo que ingresar en un centro para personas con demencia y su tranquila existencia solo se ve alterada cuando le visitan sus cuidadoras. Afortunadamente, todavía disfruta de la compañía de su amado perro Sixten.
Cuando su hijo insiste en que el perro debe mudarse, la amenaza de perderlo despierta en el viejo Bo un torbellino de emociones que le hará recordar su vida, replantearse la relación con su hijo y la forma en que expresa su amor.
Cuando llega la noche aparecen la tensión, el miedo y el suspense más oscuro. De eso tratan estas tres novelas cortas, reunidas por primera vez en un libro y que nos hablan de personajes al límite, enfrentados a los peligros y misterios que solo acechan si las sombras salen de sus escondites.
Historia de un crimen perfecto es la confesión en primera persona del asesino Eric Rot. A través de cien páginas redondas —en las que se adivinan ecos de Hitchcock y Poe—, este relato nos habla sobre el peso insoportable de algunos secretos.
En Noche de almas, el lector acompaña a una pareja de mochileros que han medido mal sus fuerzas en una travesía por el desierto. Cuando, al borde de la extenuación, al fin llegan a una antigua casa colonial rodeada por un extraño círculo de piedras, piensan que están a salvo. Sin embargo, será entonces cuando empiece la verdadera pesadilla.
Cuando estamos en medio de la fiesta y han cortado el pastel, en lo más alto, pienso en que este momento no va a durarnos nada. Mientras el anfitrión reparte platos de una tarta grandísima, yo me detengo. Y miro a cada niño, a cada padre, y me veo a mí: nos veo, papá, nos veo. Me detengo a pensar en que hace un rato estábamos soplando tranquilos a las velas y ya nadie se acuerda, supongo que era esto el carpe diem. Otra parte de mí, como un desdoblamiento, me insiste en agarrar mi trozo de tarta y no pensar, entonces cojo la cuchara y muerdo un pedazo y cuando me doy cuenta han pasado diez años y escribo este poema.
El abuelo ha muerto y Ana regresa a su hogar después de diez años de ausencia. De lo que fue el pueblo de su infancia, apenas queda ya nada reconocible. La casa familiar ha quedado aislada entre los ranchos vacíos, y no tardarán en venderse todos los terrenos de cultivo. Volver supone el reencuentro con su madre y su abuela, y también la recomposición de una relación rota. En el proceso de venta de la granja, Ana revive la historia del pueblo y su propio pasado, y se enfrentará a recuerdos con los que debe construir su nueva vida. Durante esos días, la abuela, que anda un poco perdida, le pide ayuda y le confiesa un secreto. Cuando nadie nos nombre es una novela profunda, con una atmósfera y un compás propios, sobre aquellas cosas que olvidamos durante unos años y tiempo después afloran y nos interpelan. Luciana Sousa escribe con palabras que son imágenes y sensaciones y que dan vida a una historia familiar marcada por los silencios.
Durante su tercera misión en Irak, el soldado estadounidense Logan Thibault encuentra la fotografía de una joven sonriente medio enterrada en la arena del desierto.
En la base, nadie la reclama y el acaba guardándola. De repente Logan empieza a tener suerte: gana en las partidas de póker, sobrevive a un ataque que mata a dos de sus compañeros...
De vuelta a EEUU, Logan buscará a la mujer retratada pero desde luego no se espera a la persona fuerte pero vulnerable con la que se topa en Hampton, Carolina del Norte. La atracción que siente por ella le pilla desprevenido así que acaba manteniendo la historia de la fotografía, su amuleto, un secreto.
Un secreto que puede acabar destruyendo la maravillosa historia de amor que acaba de comenzar.
Tras perder a su marido y descubrir un doloroso secreto, Isabelle decide mudarse a París, la ciudad que adora desde que era niña. Lo hace justo antes de cumplir cuarenta años con la esperanza de empezar allí una nueva vida.
Se instala en un piso cerca de su mejor amiga y comienza a trabajar en una preciosa librería inglesa frente al Jardín de Luxemburgo. Envuelta en la atmósfera parisina, Isabelle volverá a ilusionarse y a soñar. También viajará a Londres, donde encontrará no solo nuevas alegrías, sino el camino hacia un nuevo amor.
Entre libros y canciones, y animada por el cariño de sus queridas amigas Marta y Léa y del divertido Thomas, Isabelle descubrirá que hay muchos tipos de relaciones y que allí donde surge el enamoramiento verdadero sobran los prejuicios. Porque el amor real nunca es perfecto.
Se extinguió en lo más crudo del invierno: los arroyos estaban congelados, los aeródromos casi desiertos, y en las plazas la nieve desfiguraba las estatuas; el mercurio se hundió en la boca del día moribundo. Los instrumentos de que disponemos coinciden en decirnos que el día de su muerte fue un día oscuro y frío.
Se extinguió en lo más crudo del invierno: los arroyos estaban congelados, los aeródromos casi desiertos, y en las plazas la nieve desfiguraba las estatuas; el mercurio se hundió en la boca del día moribundo. Los instrumentos de que disponemos coinciden en decirnos que el día de su muerte fue un día oscuro y frío.
El autor de Ser Rojo vuelve con cuatro historias que desdibujan los límites entre realidad y ficción, en la línea de la mejor tradición del cuento argentino.
«Javier Argüello es, sin duda, uno de los escritores actuales más interesantes en nuestra lengua».
Ricardo Martínez Llorca, Zenda
Un antiguo alumno asiste obligado a una reunión en su colegio luego de treinta años, un periodista varado en Ucrania termina encontrándose en Londres con un escritor del siglo XIX, un conferenciante descubre las calles de Pekín de la mano de una íntima desconocida o un escritor que roza la locura siguiendo la pista de un paciente de un manicomio son los avatares que presenta Javier Argüello en estos cuatro relatos que desafían, de manera magistral, la consistencia del mundo que habitamos.