En lenguaje musical se entiende por «suite» una composición integrada por movimientos variados que, no obstante, encuentran su apoyo en la misma tonalidad. Las suites de Federico García Lorca parten de la misma idea, aplicada esta vez a la lírica: establecer series de poemas formalmente heterogéneos que giren alrededor de un tema común. Sin embargo, su temprana muerte truncó el que había de ser un ambicioso proyecto en el que se recogían obras inéditas o ya publicadas, escritas todas ellas entre 1920 y 1923, bajo el signo de una nueva armonía.
En Cordero negro y halcón gris, Rebecca West viaja por los Balcanes de entreguerras junto con su marido, y analiza con gran profundidad y perspicacia las fuerzas en juego en esa zona desde tiempos inmemoriales. La intensidad de los nacionalismos y los odios mantenidos con vida a lo largo de siglos, que se manifestarían de nuevo durante la Segunda Guerra Mundial, si bien subsumidos por el conflicto general, y que estallarían en toda su crudeza y violencia en la sangrienta Guerra de los Balcanes de 1991-2001. Pero describe también maravillosamente toda la belleza de los territorios recorridos, así como los muchos tipos de seres humanos y acontecimientos, llenos de grandeza o miseria, con los que se encuentra, en una cultura muy alejada de la de Europa Occidental, que en esos momentos empieza a vivir el auge del nazismo.
La figura de Federico García Lorca abarca, tanto en España como en el exterior, mucho más que su literatura. Su poesía, traducida a infinidad de lenguas, recorre paisajes, hurga en tradiciones y denuncia injusticias con la maestría de quien ha sabido utilizar la pluma como pocos, y sus libros continúan leyéndose sin atender al paso del tiempo ni a las arbitrariedades de la moda.