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BRISAS DE OTOÑO

De músico, poeta y loco, todos tenemos... ¡MUY POCO! Ser artista es un privilegio que las circunstancias de la vida nos proveen, por lo tanto, gozar de los atributos que se requieren para ser músico o para ser poeta no son nada habituales. Quienes gozan de esas cualidades son seres verdaderamente escasos. Para ser músico es imprescindible, o tener buen oído o por lo menos saber solfear, luego elegir el instrumento con el que expondrá sus virtudes... y sabido es que no todos gozan de esas aptitudes. Para ser poeta es vital la lectura y la constante escritura creativa, acciones no muy usuales en el diario acontecer... no es fácil serlo. Cuando se habla de locura, normalmente se hace referencia a personas anormales (sinónimo de raros, poco común)... Hablamos entonces de seres especiales. Es fácil colegir que son pocos los elegidos que llegan a ser músicos (mucho menos ser buenos); tampoco son frecuentes los poetas (mucho menos ser buenos) y si descubrimos a alguien que posea todas esas condiciones y encima sea médico (y de los buenos), estaremos frente a un espécimen poco común, un bendecido por los dioses... Ahí dejo como ejemplo perfecto al Dr. Jimmy Barranco Ventura (músico, poeta, poco común y galeno de primera).
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BUENAS NOCHES, DINOSAURIO

Este pequeño dinosaurio está listo para vivir dulces aventuras mientras retumba por el bos-que. A los más pequeños les encantará esta versión de la clásica canción infantil Estrellita, ¿dónde estás?
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BUFFALO FLUFFALO

I’m the Buffalo Fluffalo I heave and I huffalo Leave me alone because I’ve had enuffalo. Buffalo Fluffalo arrives on the scene puffed up with self-importance. Stomping around and raising billows of dust, Buffalo Fluffalo proclaims his superiority to the other creatures—the ram, the prairie dog, and the crow—who just want to be his friend. So Buffalo Fluffalo, who has had enuffalo, heads off to grumble to himself. Suddenly, a rain shower pours down from the clouds and—what’s this? All of his fluffalo is a soggy mess! There Fluffalo stands, a drenched pip-squeak without his disguise. The other animals, who could see through Fluffalo’s bravado from the start, circle around to comfort him. As prairie dog says with a smile in his eyes, You’re great how you are, no matter your size. Readers will find Buffalo Fluffalo’s insecurity endearing and will be moved to reassure him. This humorous and delightful book encourages self-acceptance with a lighthearted touch.
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