Escribir una carta, o recibirla, es indicio de que todavía palpita un deseo consciente de preocuparse por los acontecimientos y de interesarse por las personas que tendrán que sobrevivirlos a nuestro mismo lado de la historia.
Las cartas de Arendt a sus amigos son un intento de definir la amistad entre seres humanos capaces de reconocer y de asumir su parte de responsabilidad en la conformación de la historia.
En este ensayo, Olga Amarís se adentra en la escritura de la Arendt más íntima, aquella que se muestra desde sus distintos prismas, como amante, como amiga, como confesora, como discípula… para comprobar de qué forma su obra filosófica y política resultan inseparables de la vida que las concibió.
De este modo, el género epistolar -entendido como aquel refugio en el que el pensamiento se exilia para poder encontrase con el otro- le permite a Amarís descubrir de qué modo la comunicación con los amigos condiciona y transforma el desarrollo de la obra arendtiana, constituyendo por otro lado, un auténtico ensayo de comprensión de la realidad de su tiempo.
A day where you’re really trying not to get into trouble while your girlfriend is out of town, but then some jerk attacks you at brunch, you get arrested for some teensy-weensy property damage, and you’re sentenced to community service?
Well Harley Quinn has and it’s enough to make a gal start seeing cartoon fishies every which way and such!
«Se acercaba la Navidad. Una mañana de mediados de diciembre,
Hogwarts apareció cubierto por alrededor de un metro de nieve.»
Ha llegado la Navidad a Hogwarts: el campo de quidditch está nevado y el Gran Comedor está decorado con velas, muérdago y abetos de navidad. Harry, Ron y Hermione están a punto de abrir sus regalos al calor de la chimenea de la sala común de Gryffindor.
¿Estás listo para pasar unas navidades mágicas en Hogwarts?
En esos primeros pasos del día, la sentencia de la neurocirujana aparecía siempre como un borrón negro en su cabeza: «Poco a poco, perderás toda la movilidad en el cuerpo».
Joanca recordaba su pasado encerrado en su habitación: su infancia, sus amigos, República Dominicana y su maldita enfermedad que trataba de recortar su existencia.
Huía de su destino como podía, caminado por las calles, intentaba despistarlo. Sabía que no podía parar, si paraba el tiempo lo atraparía y lo dejaría sentado para siempre. Y así nació la idea de subir la montaña, a pesar de su condición, a pesar de todo. Sabía que era verdad, que no podía claudicar sin pelear, rendirse sin más.
Su amigo Joan Vila se encargó de regar su reto con disciplina y estímulo, convirtiéndose en su motivador personal, tirando al carajo todas las predicciones médicas.
En ocasiones, hay amistades inquebrantables como el acero, que no se dejan amedrentar por nada.
¿Cómo es posible que me duela más una ruptura amorosa que la muerte de un familiar? ¿Por qué lloré tanto el final de la vida de mis perros y no el de la vida de mis abuelos? ¿Cómo puede uno romperse después de una mudanza y sobrevivir, sin mayor complicación, a la pérdida de una amistad que parecía para siempre?
El duelo es una de las experiencias más difíciles que experimentamos en la vida, aunque la inercia nos empuja a prestarle poca atención. Sin embargo, hay pérdidas tan dolorosas que nos impiden seguir adelante mientras el mundo sigue girando impasible a nuestro alrededor.
Extraordinaria autobiografía vital e intelectual de uno de los grandes filósofos de nuestro tiempo.
Daniel Dennett, preeminente filósofo y científico cognitivo, dedicó su larga carrera a descifrar los misterios más espinosos y fundamentales de la mente. ¿Tenemos libre albedrío? ¿Qué es la conciencia y cómo surgió? ¿Qué distingue la mente humana de la de los animales? Sus respuestas han marcado profundamente nuestra era de pensamiento filosófico. He estado pensando traza el desarrollo del intelecto del propio Dennett y nos instruye sobre cómo podemos convertirnos cada uno de nosotros en buenos pensadores.
La incesante curiosidad de Dennett le lleva de su infancia en Beirut y las aulas de Harvard, Oxford y Tufts, a «cruceros cognitivos» en veleros, a los campos de Maine, y a grupos de reflexión de todo el mundo. Por el camino, se encuentra y debate con una serie de pensadores legendarios ―Douglas Hofstadter, Marvin Minsky, Gilbert Ryle, Stephen Jay Gould, entre otros― y revela los avances y errores de juicio que dieron forma a sus teorías. Pensar, sostiene Dennett, es difícil y arriesgado. De hecho, todo buen pensamiento filosófico va acompañado de desconcierto y solo cuando nos equivocamos encontramos, muy de vez en cuando, la manera de acertar.