Cúspide, desde la perspectiva de la plenitud de la edad, de la poesía amorosa nerudiana, estos Cien sonetos de amor sorprenden ante todo por el contraste entre la palpitación de la palabra y la imagen y la deliberada elección de una desnudez que rehúye los prestigios sonoros o constructivos del soneto clásico.
«Con mucha humildad ―escribe Neruda―, hice estos sonetos de madera, les di el sonido de esta opaca y pura substancia», que contrapone a las «rimas que sonaron como platería, cristal o cañonazo» de los poetas que anteriormente abordaron el soneto. Del mismo modo, es evitado el principio del mantenimiento de un patrón métrico y rítmico invariable, y, más aún, la estructura silogística y simétrica en la exposición de lo contenido en cuartetos y tercetos
Publicado por primera vez en 1924, Veinte poemas de amor y una canción desesperada es quizá el libro de Neruda que obtuvo una mayor popularidad y a la vez significó la plena consolidación del prestigio literario de su autor en el área hispánica. Mientras las vanguardias se extendían en el mundo artístico, Neruda se refugiaba en los crepúsculos para pasar de un modernismo en transformación a un neorromanticismo profundamente original.
Intocables en su definitiva rotundidad de pieza maestra, estos Veinte poemas de amor y una canción desesperada constituyen sin duda una de las mayores cimas de la poesía amorosa en lengua castellana.
1930. Josefina Carabias conoció a Azaña cuando ella era una joven de veintidós años que ni siquiera pensaba en dedicarse al periodismo. Él tenía cincuenta y comenzaba a labrarse una carrera política que le llevaría desde el Ateneo de Madrid hasta ser una figura fundamental en la Segunda República. Durante la siguiente década, ambos compartirán muchos momentos en un clima de efervescencia política y social, hasta la muerte de Azaña en Francia, en 1940.
Huyendo de lo que se espera de una biografía, Carabias nos dejó un libro que es mucho más que una semblanza personalísima de un hombre de ideas que tropezó con la amarga realidad de España. Azaña es también una crónica vívida del Madrid de una época irrepetible, el de las tertulias en cafés, la universidad, el Ateneo y el voto femenino, por el que se pasean personajes como Unamuno y Valle-Inclán. Y es, sobre todo, un ejercicio literario vibrante a la altura de autores contemporáneos como Manuel Chaves Nogales.
Carabias no sólo fue una pionera del periodismo en nuestro país, sino una mujer con una vida apasionante y testigo privilegiada de algunos de los momentos más relevantes del siglo xx. Como afirma Elvira Lindo en el prólogo, «este libro tiene que llegar a las manos de quienes sueñan con ser periodistas, de quienes ya lo son, de las mujeres que anhelan un ejemplo de coraje, de los que no lo leyeron en su momento, de los que no lo han incluido en su listado de crónicas fundamentales de la República».
Estofado, Lobo y Tortilla están dando un paseo cuando escuchan a lo lejos una preciosa canción. Suena tan bien, que siguen la melodía hasta llegar a un claro repleto de árboles con forma de animales. Pero ¿quién será el talentoso cantante? El resultado los sorprenderá, porque no todo es lo que parece...
Junto con los lobos, el cocodrilo, la patita, el tigre y el armadillo, los niños pequeños disfrutarán esta divertida aventura, en el fantástico formato de los libros de cartón.
Un retrato fidedigno y fascinante de la vida victoriana.
Este volumen incluye tres novelas de uno de los mayores exponentes de la narrativa victoriana: Elizabeth Gaskell.
La que da título al libro y la más popular de la autora, Cranford, centra su atención en la vida de un pueblo ingles habitado en su mayoría por mujeres de clase alta. Se entrelazan en ella de forma magistral diversas historias de las gentes del hermetico pueblo de Cranford, a las que la autora se acerca con mirada comprensiva no exenta de humor.
La novela que abre el libro, Las confesiones de Mr. Harrisson, gira en torno a los devaneos de un medico rural, el pobre Harrisson, que se convierte en el punto de mira de todas las madres de muchachas casaderas.
Criada en el seno de una familia humilde en el barrio obrero de Vesterbro, en Copenhague, durante el difícil periodo de entreguerras, Tove Ditlevsen tuvo que lidiar durante años con la tensión entre su vocación como escritora y sus roles como hija, esposa y madre, así como con el abuso de alcohol y medicamentos. Todo ello la llevó a escribir sobre la experiencia y la identidad femeninas de una manera adelantada a su tiempo. Se suicidó en 1976, dejando atrás una vida apasionante y una de las obras más importantes y singulares de la literatura europea del siglo XX .
Trilogía de Copenhague reúne por primera vez en castellano, en un solo volumen, Infancia, Juventud y Dependencia, las tres novelas biográficas fundamentales de Ditlevsen. Un tríptico valiente y honesto; un ejercicio pionero de la escritura confesional que explora temas como la familia, el sexo, la maternidad, la adicción y las dificultades para ser artista y mujer.