―Haría falta un policía ―sugirió alguien―. Un detective.
―Tenemos uno ―dijo Foxá.
―Todos siguieron la dirección de su mirada.
―Eso es ridículo ―protesté―. ¿Se han vuelto locos?
―Usted fue Sherlock Holmes.
―Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.
―Que usted encarnó de manera admirable.
―Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.
Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé El perro de Baskerville.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
Un hijo, una madre. Ella, joven todavía, ha enfermado. Intercambiando roles, él la cuida y, a la vez, se despide y la celebra. Todas y cada una de las palabras de este libro resuenan con temblor, intensidad y precisión, delimitando el dolor compartido con respeto amoroso. De hondura lírica y delicada sobriedad: así se revela su escritura. También su silencio.
Andrés Neuman escribió estos poemas en secreto, cuidando de su madre frente a la proximidad de la muerte: la poesía como testimonio y refugio para crear un espacio —una isla de sentido— donde fijar la presencia amada, traduciendo su cuerpo a una música íntima. Aquellos textos permanecieron al fondo de un cajón, garabateados en hojas sueltas y papeles de hospital, sin que su autor se atreviese a releerlos. Quince años más tarde, impulsado por la intuición de que sólo abriendo el manuscrito resultaría posible cerrar el duelo, hoy rescata estos versos que entretejen tristeza y luminosidad.
Perpetuación de la madre mediante la lengua materna, ritual de gratitud, Isla con madre se arroja a nombrar la difícil belleza y la cruda emoción que irradia.
Dorothy Gale está perdida o, al menos, se siente así desde que su hermano Theo murió y con él, el sueño de dedicarse juntos a la música. Justo ahora, cuando es demasiado tarde, Dottie recibe una llamada que debió ser para Theo: su gemelo ha sido elegido para formar parte de WIZARD, la próxima boyband de Emerald Music. Pero Theo ya no está. Y si Dottie ocupara su lugar y si se hiciera pasar por él, ¿no sería otra manera de mantener vivo su recuerdo un poco más?
La idea parece buena hasta que conoce a sus compañeros de grupo, con los que tendrá que convivir a todas horas: Raven, el actor con fama de cabeza hueca y un instinto único para el show business; Leo, la estrella de TikTok que parece estar siempre a la espera de algo terrible, y Val, el chico sin corazón que no piensa en nada más que en llegar a lo más alto, cueste lo que cueste. Juntos planean arrasar el mundo de la música como un huracán, pero...
«NADA ES COMPARABLE AL ASOMBRO DE VIVIR».
A lo largo de mi vida, mis terapeutas han sido Platón, Sócrates, Marco Aurelio, san Agustín y Viktor Frankl, entre otros. También pueden ser los tuyos.
La razón me reveló que la tristeza es un desperdicio y que la inteligencia siempre tiende a la alegría. El pesimismo no es más que una perspectiva parcial y frente a él, el amor cura e invita al optimismo.
Esto es lo que quiero compartir contigo: que el ser humano puede elegir, que no es una marioneta en manos de la fatalidad, que es posible encontrar esperanza, que el dolor psíquico puede superarse y que el optimismo no es signo de ingenuidad, sino un ejercicio de lucidez.
La filosofía es la herramienta que nos ayuda a vivir mejor.
Entre un grupo de niños de un vecindario cualquiera está esparcido el rumor de que una de las ancianas que allí vive es una bruja. Esto es debido a que siempre está a solas en su casita lúgubre y triste, además, nunca ninguno de ellos la ha visto sonreír. Pero Dina no cree en las brujas, así que se obsesiona con esta señora y dedica sus días a observarla, descubriendo que esta solo sonríe en los días nublados y lluviosos.
La obsesión de Dina por conocer a esta señora es tan grande que incluso llega a tener sueños con los hijos de la anciana, en los que estos les envían mensajes a su madre a través de Dina.
Esta historia es un abrazo a todas las madres del mundo.