Con la regla de los tres minutos podrás vender cualquier idea en cualquier situación.
El umbral de atención del ser humano se ha reducido a tan sólo 8.2 segundos, lo que dificulta presentar una idea y convencer a tus oyentes. Afortunadamente, hay un lapso contra el que sí puedes luchar: en 3 minutos una persona decide si una idea le interesa o no. Olvídate de las diapositivas coloridas y de las técnicas lingüísticas de venta, para atraer a los públicos de hoy hay que ofrecer información rápida, clara y concisa. Este libro hará que tus ideas sean recordadas y resulten atractivas para aquellos a quienes deseas convencer.
Brant Pinvidic mediante un método simple de storytelling en 3 minutos, es capaz de convencer a cualquiera y aquí nos comparte su sistema para ganar más diciendo menos.
Después de haber pasado por sus respectivos infiernos, Sophie y Logan se conocen en un grupo de apoyo. La química entre ellos es inmediata: sienten que pueden contárselo todo e incluso compartir el peso de su dolor con el otro. Sophie le confiesa cómo su madre cayó en la adicción, abandonándola, y Logan comparte la historia de la muerte de su mejor amigo. Juntos irán desenredando los traumas que los atrapan, comprendiéndose mutuamente y volviendo a confiar en el mundo y en sí mismos. Una novela sobre dos almas que se encuentran, quizá, porque estaban destinadas a hacerlo.
Atraco a mano armada, difamación, asesinato, conspiración, sustracción de obras de arte, composición de poemas elegiacos a la muerte de Hitler. De Verlaine a Burroughs, de Norman Mailer a Hans Fallada, de Giacomo Casanova a Curzio Malaparte, muchos han sido los literatos que, a lo largo de la historia, han purgado sus ofensas y delitos en la cárcel. Y han sobrevivido para contarlo. Chester Himes o Jean Genet se pasaron buena parte de su vida en el fondo de un calabozo infecto. Otros, como el Marqués de Sade o Heinrich von Kleist, iniciaron sus carreras literarias tras los barrotes de una prisión. Incluso se han dado casos, como los de Louise Michel o Goliarda Sapienza, de escritoras que experimentaron una irónica sensación de emancipación y libertad tras entrar en presidio.