Cuando Andrew Offutt murió, su hijo Chris heredó un escritorio, un rifle y ochocientos kilos de porno. Andrew fue considerado el rey de la pornografía escrita del siglo xx, con una carrera literaria que comenzó como un medio para pagar la ortodoncia de su hijo y que pronto cobró vida hasta alcanzar su punto álgido durante la década de los setenta, cuando la popularidad comercial de la novela erótica llegó a su apogeo. Con su esposa ejerciendo como mecanógrafa, Andrew escribió desde su casa en las colinas de Kentucky, encerrado en una oficina en la que nadie osaba entrar, más de cuatrocientas novelas. Pero, cuanto más escribía, más crecía su ambición y más difícil era para sus hijos formar parte de su mundo. En el verano de 2013, Chris regresó a su ciudad natal para ayudar a su madre, ya viuda, a salir de la casa de su infancia. Cuando comenzó a leer los manuscritos y las cartas de su padre, por fin tuvo la oportunidad de conocer a aquel hombre difícil, voluble y, a veces, cruel al que había amado y temido a partes iguales, y se dio cuenta de que en ausencia de su padre podría dar sentido a su vida y a su legado.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada es un libro doloroso y pastoril que contiene mis más atormentadas pasiones adolescentes, mezcladas con la naturaleza arrolladora del sur de mi patria. Es un libro de amor porque a pesar de su aguda melancolía está presente en él el goce de la existencia.» Con estas palabras definía Pablo Neruda este volumen que el lector tiene en sus manos, aparecido en abril de 1924, cuando el poeta apenas tenía diecinueve años de edad.
Se iniciaba así el milagro de un texto escrito por un estudiante provinciano, bohemio, pobre y poco afortunado en el amor. Con el tiempo, el joven se convirtió en un poeta universalmente consagrado, y este libro, en uno de los poemarios más leídos, publicados y traducidos en el mundo.
Tool, mitad hombre y mitad bestia diseñada para el combate, demuestra ser capaz de mucho más de lo que sus creadores habían soñado nunca. Erigido en líder de un grupo de niños soldado y perseguido implacablemente por alguien decidido a destruirlo, Tool guarda celosamente su secreto más preocupante: ha encontrado la manera de resistir sus impulsos implantados genéticamente de sumisión y lealtad hacia sus amos. Ahora ha llegado el momento de empezar una guerra contra quienes lo crearon como esclavo.
De uno de los maestros indiscutibles de la ciencia ficción contemporánea llega un relato fascinante que explora las intrincadas relaciones que conectan al cazador y la presa, al amo y al esclavo, al humano y al monstruo.
Georgia
Tras perderlo todo en un doloroso divorcio, decide regresar al lugar donde creció, la casa de su bisabuela Scarlett Stanton, una famosa escritora que murió dejando una novela inconclusa. Noah Harrison, es el atractivo y arrogante autor de bestsellers que la editorial designó para terminar el manuscrito. Aunque a ella no le entusiasma la idea, ahora él y Georgia están obligados a trabajar juntos para encontrar el mejor final de la obra.
Noah
Está en la cúspide de su carrera: es guapo, ambicioso y tiene numerosos contratos para libros y películas. Siempre admiró a Scarlett y, cuando surge la oportunidad de concluir lo que él piensa podría ser el libro del siglo, no lo duda ni un segundo. Sin embargo, lidiar con Georgia, la hermosa, testaruda y cínica bisnieta de su novelista favorita, le complicará las cosas más de lo que pensaba.
En su recorrido por las distintas regiones, retrata los lugares y sus víctimas, los territorios y sus héroes y batallas, paisajes de un país que no solemos visitar: heridas, cicatrices, desiertos, esclavos, guerras, un mundo que se vuelve más poético conforme los ojos del poeta revisitan el espacio que el ciudadano ya no ve. En este sutil trayecto que abarca grandes nombres, el autor se detiene a analizar los mass shootings, en poemas que evocan los magnicidios del siglo pasado, y el hiriente tema de la esclavitud, trazando así una dolorosa huella en la historia de la poesía norteamericana.
Alguien debía de haber calumniado a Elfriede Jelinek porque el fisco alemán se presentó un buen día en su casa. Escarbaron en sus papeles, indagaron en su vida repartida entre Múnich y Viena, buscaron pruebas con las que llevarla a juicio y condenarla. La investigación quedó en nada. De la experiencia sufrida surgió, en cambio, este coro de voces espectrales, música huracanada que arrastra todo a su paso, revuelve los papeles y trastoca pasado y presente. Jelinek exhuma la historia de sus parientes perseguidos por el nazismo y levanta acta de acusación contra las hipocresías múltiples del poder, los esquiadores felices, los futbolistas que regatean impuestos y las muchedumbres dichosas que toman el sol en la playa y olvidan las vidas ahogadas en las aguas en las que se bañan.