Hoy asistimos en todo el mundo a una notable y sostenida ola de líderes populistas que, como los líderes fascistas del pasado, obtienen gran parte de su poder al cuestionar la realidad, respaldar mitos, promover la ira y la paranoia y difundir mentiras. La retórica oficial de estos líderes y movimientos políticos, que, pese a moverse dentro del juego democrático desprecian la democracia, descienden consciente o inconscientemente del Mussolini que por primera vez intuyó los mecanismos de la seducción política en la sociedad de masas. Tras años entregado a un combate cuerpo a cuerpo, histórico y literario, con los protagonistas del fascismo del siglo pasado, Scurati se eleva por encima de esa materia candente y en estas páginas identifica con precisión quirúrgica sus leyes y sus trampas. Un texto fundamental para abordar la inquieta época que vivimos.
Siguiendo la estela de Stefan Zweig, Marianne y Pedro Barceló ofrecen aquí un recorrido por la historia del mundo clásico a través de una galería de temas, figuras y personajes mitológicos, literarios e históricos que se extienden en un arco cronológico desde la Grecia arcaica hasta la Edad Media bizantina. Desfilan por sus páginas personajes como Nerón, Heliogábalo o Diocleciano, mujeres apasionantes como Mesalina, Agripina o la reina Zenobia y figuras literarias como las que pululan por el "Satiricón" de Petronio o por los escritos de Séneca. Una constelación de historias individuales que iluminan el universo fascinante de la cultura clásica. Prólogo de David Hernández de la Fuente
En menos de un año y medio, las cinco hermanas Lisbon, adolescentes de entre trece y diecisiete años, se suicidaron.
Los jovencitos del barrio habían estado siempre fascinados por esas inalcanzables jóvenes en flor, atraídos por esa casa de densa feminidad enclaustrada –la madre era una católica ferviente y moralista que no dejaba que sus hijas salieran con chicos; el padre, profesor de matemáticas dócil y benévolo, aceptaba las muy estrictas normas de su mujer–, y las primeras muertes no hicieron sino ahondar el misterio y el espesor del deseo. Los Lisbon se encerraron cada vez más en sí mismos y en el interior de la casa, y los jóvenes los espiaban desde las ventanas del vecindario, trataban de comunicarse con las hermanas pidiéndoles canciones por teléfono, contribuían al intrincado tejido de rumores, a la creación de mitologías. Veinte años después, esos mismos adolescentes, ya en la frontera de la mediana edad, intentan desentrañar el enigma de aquellas lolitas muertas que siguen fascinándolos.
Justo después de terminar La llamada, uno de los mejores libros de no ficción de los últimos tiempos, Leila Guerriero se dirigió hacia la Costa Brava tras los pasos de Truman Capote, quien escribió allí gran parte de su célebre A sangre fría.
El resultado es La dificultad del fantasma, obra de agudeza, estructura, estilo y ritmo soberbios que mezcla investigación sobre el terreno, reportaje sobre la manipulación de la memoria, diario de escritura y reflexión sobre el ejercicio de un género literario que, justamente con A sangre fría, Capote pretendió fundar. Género que Leila Guerriero ha llevado a un nivel extraordinario de rigor y excelencia.
¡Ven a celebrar la mejor fiesta del mundo!
Mientras siguen el rastro de su padre, los siete hermanos Barbarroja han llegado a la famosísima Isla Libertad.
¿Cómo? ¿Que no conoces Isla Libertad? ¡Si es donde se celebra el Festival del Rey Pirata!
Tiene músicos en cada esquina, puestos con comidas alucinantes de los siete mares, desfiles de gigantes y cabezudos, acrobacias de fuego, duelos de esgrima, ¡e incluso búsquedas del tesoro!
Ah, ¿y sabes qué tiene también?
Una maldición.
Una maldición muy misteriosa que pondrá en problemas a nuestra familia de piratas.
El primer recuerdo de Izan es luchar por salvar su vida. Alguien lo enterró en una fosa del cementerio de Everden, alguien que le daba por muerto. Ahora, y tras perder la memoria, su única familia son la tarotista Camelia Dunkel y la joven Emma Walker, las dos personas que le ayudaron a desenterrarse. En principio, ellas no tienen nada en común, pero ambas han acabado en el cementerio guiadas por la misma pesadilla: una en la que ven la tumba de Walter Malone. Y, ahora, los tres, solo tienen una pregunta en la cabeza: ¿qué les llevó al cementerio de Everden?