Marqués de Sade pronto cobró fama de libertino, término muy usado en esos tiempos sedientos de libertad para designar a quien hacía un mal uso de ella, esto es, a quien se entregaba a sus deseos más extravagantes y singulares principalmente en el terreno de la sensualidad y de la sexualidad. Esta edición de las Obras Maestras de Marqués de sade consta de cuatro volúmenes. Este segundo volumen contiene las siguientes obras: Filosofía en el tocador y Historia de Aline y Valcour.
Marqués de Sade pronto cobró fama de libertino, término muy usado en esos tiempos sedientos de libertad para designar a quien hacía un mal uso de ella, esto es, a quien se entregaba a sus deseos más extravagantes y singulares principalmente en el terreno de la sensualidad y de la sexualidad. Esta edición de las Obras Maestras de Marqués de sade consta de cuatro volúmenes. Este tercer volumen contiene las siguientes obras: Las 120 jornadas de Sodoma y Cuentos, historietas y fábulas.
Marqués de Sade pronto cobró fama de libertino, término muy usado en esos tiempos sedientos de libertad para designar a quien hacía un mal uso de ella, esto es, a quien se entregaba a sus deseos más extravagantes y singulares principalmente en el terreno de la sensualidad y de la sexualidad. Esta edición de las Obras Maestras de Marqués de sade consta de cuatro volúmenes. Este cuarto volumen contiene las siguientes obras: Los crímenes del amor y Diálogo entre un sacerdote y un moribundo.
Un juego de simetrías, de búsquedas que se solapan y de secretos de familia que son -al mismo tiempo- los de todo un país.
Trece años atrás, Patricio Pron decidió contar por fin una historia que había intentado olvidar por todos los medios: la de cómo la enfermedad de su padre lo obligó a regresar a su ciudad natal –un osario, en su expresión– y de qué manera ese retorno lo confrontó no sólo con un lugar que en nada se asemejaba al que había dejado, sino también con el pasado trágico de su país y de su familia. ¿Por qué había querido desterrarlo de su memoria? ¿De qué huía? ¿No era precisamente esa huida la que lo había convertido en escritor?
A partir de conversaciones en los pasillos del hospital, de fotografías familiares y de la investigación de un asesinato realizada por su padre; de filmes, artículos de prensa, sueños y recuerdos involuntarios de una intensidad devastadora, Pron reunió las piezas de un puzle en el que sus padres y él ocupaban los extremos de una historia de agitación política, violencia estatal, desapariciones y deudas. De ellas surgió un relato sobre la memoria, la verdad, la compasión y la justicia que resuena poderosamente en tiempos como los nuestros, de negación y olvido.
Durante su adolescencia en Omaha, Shiloh solo podía pensar en huir. Al menos tenía a Cary. Cary, que la aguantaba. Cary, que la hacía reír. Cary, que a los dieciséis años parecía un bicho palo y ya conducía el coche hecho polvo de su madre. Él lo tenía todavía peor que Shiloh. Solo su amistad hizo que acabara el instituto, y cuando Shiloh se fue a la universidad, Cary se alistó en la Marina.
Eso fue hace una eternidad. Ahora Shiloh tiene treinta y tres y se siente igual de atrapada. Ha vuelto a vivir en la casa en la que creció. Trabaja en un teatro, pero no sobre el escenario, como había soñado. Y está divorciada y criando sola a sus hijos, exactamente igual que su madre (aunque sin su carrusel interminable de novios).
Cuando Mikey, el único amigo del instituto con el que todavía habla, la invita a su boda, lo último que le apetece es ponerse al día con su antiguo grupo. Pero se compra un vestido, se maquilla un poco y se pone una chaqueta vaquera porque todo en lo que puede pensar es en si Cary estará allí. ¿Querrá hablar con ella? ¿Después de todo lo que pasó?
La respuesta es sí. Y sí. Y sí.
Esta estrella del fútbol necesitará los movimientos correctos para superar las defensas de una preciosa pelirroja que se cruza en su camino…
Emerson: Tengo demasiado en juego en este trabajo como para llegar tarde en mi primer día pareciendo la ganadora de un concurso de camisetas mojadas, todo gracias al arrogante quarterback que conduce como si fuera dueño de la carretera. Hunter Browning cree que, como es famoso, puede arreglarlo todo con una sonrisa... Es demasiado perfecto y un peligro para si mismo. O para mí...
Hunter: Pisar el charco de agua en ese momento fue mi mejor jugada desde que gané el Super Bowl. No es mi forma preferida de mojar a una chica, pero haré una excepción para Emerson. Tiene una lengua afilada y mucho caráctery sé exactamente cuál será mi próxima jugada: contratarla como mi agente inmobiliaria personal, salvar su trabajo y ver si puedo sacarla del mercado.