«Somos máquinas de contar».
Con un relato que se tiende desde el big bang hasta hoy, La invención de todas las cosas nos muestra que los seres humanos somos aquello que nos contamos. Las ficciones que garantizan la cooperación entre inpiduos y grupos dieron vida a las religiones y los mitos; las que tienen que ver con límites de territorios, razas o culturas han provocado o justificado invasiones, guerras y masacres; hay otras que determinan nuestras relaciones personales o cívicas; la magia y la astrología sin duda son ficciones, pero también lo son la ciencia, la filosofía, el arte, la literatura, la música, el teatro, la televisión, las redes sociales... e incluso la política o el amor. Esta es, en definitiva, una historia sobre cómo a diario construimos y reconstruimos la realidad por medio de la imaginación. Nos pasamos la vida entre ficciones, nos dice Volpi, sin apenas darnos cuenta de que nosotros también lo somos.
En una noche loca de ron, sexo y bachata en Luxemburgo, James Gatto y Gladys Agramonte, su amante dominicana radicada en Roma, planean una escapada a República Dominicana bajo la promesa de vivir allí juntos para siempre. Gatto, un ejecutivo de ventas de una fábrica de cepillos de dientes en Suiza, abandona todo lo conocido y emprende una aventura, emulando a los exploradores literarios que lo precedieron. En el camino, se encontrará con otros seres perdidos en la claridad del sol caribeño que, como él, buscan una vida verdadera, con la tarea añadida de sobrevivir en un país agotador que lo tiene todo.
El trabajo de la doctora Elisabeth Kübler-Ross nos confirma que la muerte es un pasaje hacia otra forma de vida, y nos hace comprender que la experiencia de la muerte es casi idéntica a la del nacimiento, puesto que se trata del inicio de otra existencia, el paso a un nuevo estado de conciencia en el que también se experimenta, se ve y se oye, se comprende y se ríe, y en el que existe la posibilidad de continuar el crecimiento espiritual. Gracias a ella sabemos que una luz brilla al final del camino, y que a medida que nos aproximamos a esa luz blanca, de una claridad absoluta, nos sentimos llenos del amor más grande, indescriptible e incondicional que podamos imaginar.
Estocolmo, finales de agosto de 2011. Petra, una joven astrofísica, ha calculado que la atmósfera colapsará en doce días, concretamente el 7 de septiembre, y el mundo que conocemos llegará a su fin. Más o menos al mismo tiempo, Johan acaba de perder su trabajo como cartero y, para colmo de males, se enfrenta con tristeza al abandono de su hermano Fredrik, que acaba de iniciar una brillante carrera diplomática en Italia. El encuentro entre Petra y Johan será el comienzo de una aventura tan delirante como divertida: partiendo hacia Roma en busca de Fredrik, se topan con Agnes, una viuda de setenta y cinco años que ha hecho fortuna camuflada como joven influencer en las redes sociales. Convencido de la inminente fatalidad anunciada por Petra, este extraño e improvisado trío se embarcará en una autocaravana azul celeste con la esperanza de hacer del planeta un lugar más justo... en menos de dos semanas. Así, entre cócteles con Barack Obama, extrañas colaboraciones con dictadores africanos y conflictos diplomáticos de todo tipo, mientras la mayor amenaza de la historia se cierne sobre la Tierra, los tres amigos acabarán trastornando por completo no sólo sus vidas, sino la de cualquiera que se cruce con ellos.
Combinando realidad y ficción en una fabulosa sátira, La pitonisa y el idiota es una historia que nos hace reír y emociona. Con ella, Jonas Jonasson regresa a la veta más cáustica de El abuelo que saltó por la ventana y se largó y nos seduce con una narración original que combina el sentido lúdico de la aventura y una mirada dulce y ácida al mundo actual.
Esta obra estudia la obra de Enrique Dussel, en la cual se integran experiencia, cultura y circunstancias alrededor de un núcleo problemático: sujeto y alteridad. Sobre este eje descansan las coordenadas de nuestra incursión, encaminada hacia una comprensión holística del entramado filosófico de su pensamiento.
En una serie de posts en un foro de internet, Parker, un joven psiquiatra, relata su paso por un sanatorio mental y su experiencia con un paciente muy particular. Un hombre de entre treinta y cuarenta años que ingresó siendo solo un niño y que se ha convertido en el paciente más antiguo y peligroso del centro, sin diagnóstico conocido. Todos los que han tratado con él o han intentado curarlo han enloquecido o se han suicidado. Los responsables del centro han acabado por confinarlo y solo permiten que el personal del hospital se le acerque cuando es estrictamente necesario, convencidos de que su reinserción podría ser catastrófica. Parker se hace cargo del caso, pero muy pronto las cosas empiezan a escapar a su control y se verá obligado a poner en entredicho todo aquello en lo que creía.
La responsabilidad social de las empresas puede parecer un gasto innecesario hasta que se comprueba lo que cuesta ser irresponsable. En La sociedad que no quería ser anónima comprobaremos cómo, en la era de la información, la gestión responsable y la ética empresarial son asuntos que representan una gran apuesta estratégica.
A través de un personaje ficticio, Amaro Cifuentes, director de Responsabilidad Social de una compañía cualquiera, se desentrañan las claves de esta función empresarial gracias a una mezcla sutil entre la realidad y la ficción, el día a día y el esperpento, la gestión ordenada y la ocurrencia caótica. Y es que el desafío en la responsabilidad social para cualquier compañía moderna tiene un nombre: anticipación. Sus beneficios tardan en llegar, pero son claros, como podrá asegurar cualquier directivo que haya tenido que gestionar una crisis.
¡Vuelve a disfrutar con la serie más adictiva en una cuidada edición especial!
En el Pandemonium, la discoteca de moda de Nueva York, Clary sigue a un atractivo chico de pelo azul hasta que presencia su muerte a manos de tres jóvenes cubiertos de extraños tatuajes. Desde esa noche, su destino se une al de esos tres cazadores de sombras, guerreros dedicados a liberar a la tierra de demonios y, sobre todo, al de Jace, un chico con aspecto de ángel y tendencia a actuar como un idiota…