El libro estará organizado en 13 apartados que hacen referencia a la buena o mala suerte («El gato negro», «La sal derramada», «No cruzar debajo de una escalera», «Levantarse con el pie izquierdo», «Tijeras abiertas» o «El color amarillo»).
En palabras del autor: «La vida está llena de momentos que no podemos controlar, cuando la suerte es nuestro acompañante de viaje. Nos enamoramos, no se elige. Tan solo puedes vivirlo. Es incontrolable».
Bésame, que diré que ha sido mala suerte».
El azul es, actualmente, el color favorito en Occidente, pero no siempre fue así. A lo largo de los siglos, su relevancia social ha ido fluctuando según los distintos gustos y culturas. En la Antigüedad, por ejemplo, fue un tono ignorado (de hecho, textos tan remotos como la Ilíada apenas lo citan). Los romanos lo despreciaban, ya que lo asociaban a las pinturas de guerra con las que los bárbaros se embadurnaban antes de entrar en combate. No fue hasta la Edad Media cuando la Europa cristiana lo adoptó como símbolo de estatus, belleza y elegancia, convirtiéndose en un producto de lujo que obsesionaría a pintores, comerciantes y nobles.
El mundo tiene cajones secretos: eso lo descubrimos poco a poco; y a veces podría ocurrir que nada fuera tan real como nuestros propios sueños. A lo largo de las cinco historias que configuran Con Agatha en Estambul una niña entra en un convento con un baúl y un traje de novia; una joven ejecutiva asiste impotente a las enigmáticas apariciones de una mujer vestida de verde; una feliz esposa se sobrecoge ante el panteón familiar de su marido; alguien pierde súbitamente la memoria una mañana cualquiera en un viejo café; una serie de imprevistos distorsionan la relación de una pareja de turistas en un Estambul envuelto en brumas.
Tiernos y con un aire de diario íntimo, estos poemas son sinceros, vulnerables y apasionados. El lector también profundizará en las diversas facetas de Baez: la niña, la madre, la música, e incluso la fóbica y la soñadora…» Sophie Auster
«Su legado es haber sido un vehículo para la protesta social, un consuelo y un rayo de esperanza para la gente.» Patt Smith
«Joan Baez es una mujer de espíritu firme, con un alma verdaderamente independiente. Nadie podía decirle lo que tenía que hacer, hacía lo que quería. Aprendí muchas cosas de ella. Jamás podría devolverle su amor y entrega.» Bob Dylan
«Un icono estadounidense que echa la vista atrás y recupera su historia.» Vanity Fair
«Poderoso y revelador.» The Boston Globe
Aunque Joan Baez lleva décadas escribiendo poesía, nunca la había compartido públicamente. Poemas sobre su vida y su pasión por el arte se habían acumulado en cuadernos y trozos de papel. Ahora comparte, por primera vez, algunas de las experiencias vitales más importantes que dieron forma a un icono, y ofrece una mirada inédita a los recuerdos y reflexiones de una gran artista.
Mara Torres ha escrito un libro lleno de cariño y delicadeza. Un gran homenaje a su hermana Alicia para tratar de entender las razones que la llevaron al suicidio, y una forma también de seguir demostrándole su amor, más allá del tiempo y la existencia. Este relato en primera persona se cruza con un texto de su hermana que encontraron entre sus pertenencias. Un diario en el que Alicia Torres iba desgranando su vida. El resultado es esclarecedor y emocionante, porque nos sumerge en los sentimientos de alguien que se aferraba a cualquier atisbo de felicidad para superar la existencia. En palabras de la autora: «Este no es un libro sobre mi familia ni sobre el suicidio. Es un libro sobre la mente de mi hermana pequeña y el proceso que la sumerge en la oscuridad total. Es la historia de alguien que deseaba vivir, pero no fue capaz de conseguirlo».
Desde sus comienzos, el sexo ha desempeñado un papel esencial en la vida de la Iglesia Católica. El placer del sexo era disfrutado, sobre todo, por los miembros de más alto rango. Orgías, prostitución, incestos, pederastia, violaciones... el sexo ha sido norma, y no excepción, en el seno de la Iglesia Católica, tanto en Concilios como en ciudades papales, y Karlheinz Deschner nos lo narra con una prosa tan brillante como rotunda.