Sonya recibe la noticia de que su difunto padre tenía un hermano gemelo poco después de romper su compromiso matrimonial y perder su trabajo, así que, cuando descubre que su tío desconocido le ha dejado en herencia una mansión victoriana en la costa de Maine, decide instalarse en ella para descubrir por qué los niños fueron separados al nacer y la razón por la que todo se mantuvo en secreto.
La joven no tarda en darse cuenta de que en la casa ocurren cosas muy extrañas. Trey, el abogado amigo de la familia que la ayuda a instalarse, le confirma que el lugar está embrujado y le habla de Astrid, «la primera novia perdida», cuyo retrato decora el despacho de su tío. Sonya también ha heredado una maldición centenaria y un enigma que debe resolver para romperla.
La poesía de Josanny Moní revela una conciencia juvenil respondiendo, más que interrogando, en el umbral de muchos siglos. Y puede ser de este modo porque el poeta, mujer u hombre, está provisto de cierta atemporalidad, de cierta capacidad de perforar muros, convenciones. Los versos de Josanny se redondean donde amor y dolor se funden, o confunden, y los sentidos se prolongan como raíces, se explayan como nubes de tormenta o de amparo, exuberante como bosques en los que todo germina una y otra vez. Me encantan esas imágenes rotundas de nostalgia que se anticipa, de canto rebelado, en varios de tus poemas. Estallan como rocas translúcidas en la oscuridad oceánica.
En la cumbre de su fama como pianista, Z. se dirige en tren a Florencia invitado por el gobierno italiano para dar un concierto. Poco antes de cruzar la frontera se siente indispuesto y, tras su actuación, debe ser ingresado en un hospital florentino aquejado de una rara enfermedad vírica.
Allí, mientras se debate entre la vida y la muerte, tendrá lugar un diálogo intenso y decisivo con el médico que lo atiende, una indagación sin concesiones sobre el precario equilibrio entre el poder curativo de la ciencia y el espíritu de lucha del paciente.
Mónica entrena perros para la Policía Nacional, aunque siempre ha querido ser detective, y debe lidiar con una madre que llama permanentemente su atención. A raíz de la extraña muerte del paseador de perros del barrio, se encargará de investigar qué sucedió recuperando el contacto con su grupo de amigas de la infancia, ya que sospecha que sus madres ocultan algo. Se hacían llamar «las malas hijas» porque no consiguen sentirse lo suficientemente buenas: una actúa como madre de su propia madre; otra se sintió abandonada por su progenitora; otra nunca ha escuchado que esté orgullosa de ella...
Ricardo III fue un rey cruel que asesinó a sus sobrinos en la Torre de Londres para asegurarse el trono de Inglaterra… o eso nos han hecho creer.Postrado en una cama de hospital y soberanamente aburrido, elinspector Alan Grant de Scotland Yard se obsesiona con un retrato delmonarca que, a sus ojos de fisonomista, no cuadra con su reputación de monstruo. Ayudado por un joven investigador del Museo Británico,intentará descubrir quién fue en realidad Ricardo III y qué hay decierto en la historia de los príncipes de la Torre.La hija del tiempo fue declarada por la Asociación de Escritores deNovela Negra del Reino Unido la mejor novela de misterio de todos lostiempos. En ella, Josephine Tey analiza cómo se construye la historiaa partir de hechos, pero también de testimonios sin pruebas fidedignas que los respalden. Una obra soberbia y original que, en la época delas fake news, cobra una nueva vigencia.