Empezó como una serie de cartas de Twain a un viejo amigo en las que recordaba sus bromas de la infancia, sus días escolares y sus travesuras de pillastres. En su prefacio, advertía que Tom Sawyer estaba extraído de la vida real, combinando las personalidades de tres chicos que conoció bien. Es su libro más vendido y se le considera un clásico popular para todas las edades. Twain escribiría irónicamente a su editor: «No es un libro para niños. Sólo lo leerán los adultos, porque para ellos es para quien se ha escrito».
¿Por qué construimos castillos en la arena? En este libro fascinante, a medio camino entre la ficción y el ensayo, el crítico de arte y escritor Jean-Yves Jouannais nos invita a indagar en el significado originario de ese inveterado juego de infancia a orillas del agua. Nuestras lúdicas construcciones costeras pertenecen a la estirpe de las fortalezas, pero su precariedad frente a los embates del mar, que las aboca a sucumbir poco después de alzarse, nos revela una dimensión de la guerra y su relato épico que a menudo pasa inadvertida: desde la Ilíada, la catástrofe anida en el interior de esas edificaciones que aspiran a evitar la derrota. Construir barreras de arena frente al mar es ritualizar el destino insoslayable del ser humano, en cuyo cuerpo coexisten el glorioso combatiente y el funesto combatido.
El amor destruye tanto como la guerra.
Después de enfrentarse a quienes buscaban silenciar su voz y a las intrigas de Mishnock, Emily termina como prisionera de quien creía que era el amor de su vida. Ahora, lejos de su familia y atrapada en un territorio desconocido, se ha convertido en la clave de los acuerdos de paz entre los dos reinos enemigos y su corazón empieza a debatirse entre dos mundos irreconciliables.
En medio de la opulencia de la corte y las sombras de la traición, y mientras el destino de los reinos pende de un hilo, Emily se arriesgará a vivir un romance que la obligará a desafiar sus convicciones. ¿Será posible para ella entregarse a la pasión con el hombre al que le han enseñado a odiar sin poner en riesgo su libertad y sus ideales?
En la segunda parte de El perfume del rey, que se ha convertido en un éxito de ventas en toda América Latina, nos sumergimos aún más en un universo donde el amor y la lealtad se enfrentan en un escenario de peligros políticos y sentimientos prohibidos.
La primera y aclamada colección de cuentos de Margaret Atwood, un libro de factura exquisita que retrata personajes y ambientes con incomparable agudeza.
Publicada en 1985, Chicas bailarinas es la aclamada primera colección de relatos de Margaret Atwood. Sus catorce piezas combinan numerosas técnicas y perspectivas para capturar los movimientos imprevisibles de personajes inmersos en la vida cotidiana contemporánea, pero no por ello menos fascinantes. Quien se acerque a este volumen descubrirá no solo los destinos de amas de casa, estudiantes, periodistas, granjeros, ornitólogos, exesposas y amantes adolescentes, sino también que cada voz tiene su tono, y que el talento de la autora se niega a las soluciones fáciles: nada es manido en Atwood, pero todo es tan probable que casi parece real.
Con brillantes destellos de fantasía, humor y momentos de violencia inesperada, los cuentos revelan las complejidades de las relaciones humanas y suscitan el terror y la risa, la compasión y el reconocimiento, al tiempo que recalcan el lugar de preeminencia que ocupa la escritora en la literatura contemporánea.
Érase una vez… No, no, no…Fue una tarde de un sábado cualquiera… No; eso tampoco. Al final, lo que quiero decir, es que si tomáramos cualquier día para hablar de las aventuras de los chicos del barrio de Camino Chiquito; sin temor a equivocarnos elegiríamos cualquiera y no necesariamente este sábado. Resulta que a los ojos del pueblo el único requisito necesario para que los chicos hicieran temblar la tierra era que se reunieran…Y ya que sería lo mismo iniciar por cualquier día, iniciaremos por el sábado de las guayabas:
Como de costumbre, los chicos del barrio buscaban la manera de reunirse antes de salir a cualquiera de sus intrépidas tardes de aventuras. Aquel día se congregaron en el cuarto de los regueros de la casa de Abelardo, a planear el acceso al patio de uno de los vecinos con la idea de «Marotear algunas guayabitas». Según los planes, el proceso fue etiquetado en la categoría de «la ida por la vuelta»… Pero quedó claro que las cosas no salieron tal lo esperado y la cadena de eventos que ocurrió debido a aquella decisión cambió el futuro del pueblo de Caracuya; pasando por algunas situaciones apremiantes, hasta aterrizar en la ayuda más improbable que cualquiera de los compueblanos pudo haber imaginado. No obstante la naturaleza de los hechos ocurridos en el espacio de tiempo de una breve tarde, se puede deducir que el desenlace de los acontecimientos continuó por largo rato…
Como ustedes recordarán en la primera entrega El Cuarto De Los Regueros”, los jóvenes de la barriada de Camino Chiquito se metieron en un berejerete de magnitud descomunal, y todo por el atrevimiento de salir ese sábado maldito en la tarde a marotear unas pocas guayabas al patio de la solktaria casa del señor Frank, el mecánico del pueblo. El problema desencadenado por aquella decisión impulsó al señor Sebastián Cirilo a imerceder por los chicos de Camino Chiquito, como intento por evitar que sobre ellos recayera el peso de la Ley. Cirilo creó una historia alterna dándole un tono distinto a los hechos y con ello trató de engañar a todo el vivo que se cruzó en su camino; incluidos a los chicos. Lo que nadie sospechó fue que dicha acción derivaría en el apresamiento de Cirilo, lo cual desencadenaría la siguiente ola de sucesos, y, las cosas que ya estaban peores, empeoraron aún más, Pero... ¿qué puede ser peor que algo que ya está peor?... Resulta tentador desvelar lo que pasó; y aunque no lo revelaré sí les diré que los chicos de todos modos fueron atrapados, no sin antes dejar una huella en su Comunidad que jamás será borrada.