La irresistible crónica de cómo, durante más de 2.500 años, lo dulce ha transformado nuestra geopolítica, salud y medioambiente.
La historia mundial del azúcar y la historia mundial del capitalismo esetán estrechamente vinculadas entre sí. Ulbe Bosma, en este primer relato verdaderamente global de una mercancía tan crucial, nos lleva a los campos de los campesinos indios, las casas de comercio de los mercaderes chinos, los esfuerzos monopolizadores de los industriales de Nueva York y las rebeliones de los trabajadores esclavizados del azúcar en Cuba para trazar cómo algo tan mundano llegó a desempeñar un papel crucial en la creación del mundo que habitamos hoy. Este libro es historia global en su mejor expresión.
A sus treinta y cuatro años, la virtuosa y célebre pianista Elsa M. Anderson se encuentra en la cúspide de su carrera, hasta que, de forma inesperada, abandona el escenario durante una actuación en Viena.
Pero esta historia en realidad empieza algo después, con Elsa en Atenas, en un mercadillo, con una mujer que acaba de comprar un par de caballitos mecánicos bailarines, una mujer extrañamente familiar con la que Elsa podría compartir los mismos deseos, o incluso ser la misma persona. Y sigue con un viaje a la isla de Poros, el primero destino de otros a través de Europa, escapando en realidad de su talento y su pasado como niña prodigio, y acechada siempre por esa mujer esquiva que podría ser ella misma.
A murder victim dumped at the dead end of a lonely country road, face and hands obliterated by a shotgun blast, is not the way sheriff’s detective Nick Fourcade wants to start his week. His only lead takes him to the family of a hometown hero suddenly gone missing. Marc Mercier left his home for a weekend hunting trip and hasn’t been seen since.
Meanwhile, sheriff’s detective Annie Broussard begins her first day back on the job after suffering a brutal attack by taking on the case of B’Lynn Fontenot, a mother desperate to find her grown son, a recovering drug addict. Robbie Fontenot has been missing for eight days, but the local police have no interest in the case, telling B’Lynn that an adult has the right to disappear, and a missing addict is no big surprise. But B’Lynn swears her son was turning his life around. Sympathetic to a mother’s anguish, Annie agrees to help B’Lynn, knowing she’s about to start a turf war with the city police.
Where does craftsmanship end and art begin? What makes something a product, a brand impervious to time and fashions? These are the questions posed while strolling between the past and the present of Baglietto, the Italian shipyard that has been building world-class yachts for 170 years.
Success is not built in an instant. Being good, looking to the future, imposing a style that lasts over time is the gamble every entrepreneur takes. There are not many who succeed, which is why those who reach the age of 170 deserve to be studied, as well as celebrated. Baglietto is now a kind of great international club, access to which serves the right mix of passion for the sea, refined taste for boats that is never over-the-top but rather soberly chic, and, of course, the right spending capacity for objects that cost.
Durante su adolescencia en Omaha, Shiloh solo podía pensar en huir. Al menos tenía a Cary. Cary, que la aguantaba. Cary, que la hacía reír. Cary, que a los dieciséis años parecía un bicho palo y ya conducía el coche hecho polvo de su madre. Él lo tenía todavía peor que Shiloh. Solo su amistad hizo que acabara el instituto, y cuando Shiloh se fue a la universidad, Cary se alistó en la Marina.
Eso fue hace una eternidad. Ahora Shiloh tiene treinta y tres y se siente igual de atrapada. Ha vuelto a vivir en la casa en la que creció. Trabaja en un teatro, pero no sobre el escenario, como había soñado. Y está divorciada y criando sola a sus hijos, exactamente igual que su madre (aunque sin su carrusel interminable de novios).
Cuando Mikey, el único amigo del instituto con el que todavía habla, la invita a su boda, lo último que le apetece es ponerse al día con su antiguo grupo. Pero se compra un vestido, se maquilla un poco y se pone una chaqueta vaquera porque todo en lo que puede pensar es en si Cary estará allí. ¿Querrá hablar con ella? ¿Después de todo lo que pasó?
La respuesta es sí. Y sí. Y sí.