Año 2000. En Oslo aparece en plena calle el cadáver degollado de un viejo militante nazi. Harry Hole, que tras cometer un grave error ha sido reasignado a los servicios secretos, percibe los puntos en común entre este crimen y el contenido de un informe de los muchos documentos aburridos que pasan por sus manos a diario: alguien compró un rifle Märklin, un arma extremadamente cara y precisa usada por grupos neonazis.
Harry Hole tratará de averiguar cuál es la relación entre estos dos casos y se percatará de que el origen de todo puede remontarse mucho tiempo atrás, a lo sucedido entre un grupo de soldados noruegos durante el sitio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial. Pero, ¿qué vínculo puede haber entre lo sucedido hace tantos años y ese personaje misterioso apodado «El Príncipe» al que apuntan todas las averiguaciones policiales sobre el tráfico de armas?
Literacy is a critical skill that all children need to learn, but it isn't always taught in ways they can understand and apply, which means many kids need a little extra practice to start reading at their grade level.
Literacy is a critical skill that all children need to learn, but it isn't always taught in ways they can understand and apply, which means many kids need a little extra practice to start reading at their grade level. The good news? There's a perfect solution. Set kids up for reading success with this first collection of decodable stories that introduce early reading skills with the most effective method there is: Phonics!
Literacy is a critical skill that all children need to learn, but it isn't always taught in ways they can understand and apply, which means many kids need a little extra practice to start reading at their grade level. The good news? There's a perfect solution. Continue kids' reading success with this follow-up collection of decodable stories that keep building key reading skills with phonics!
La picada, el secreto invisible de la cocina catalana, es fruto de la imaginación y de la creatividad, un recurso sabio para transformar los platos de cada día en auténticos menús festivos.
Una hoja de laurel, una cabeza de ajos, un par de almendras o un trozo de pan seco son ingredientes que desbordan poesía y que con su franciscana humildad rectifican sabores y abren las puertas a aromas extraordinarios.