Harían cualquier cosa con tal de salvar el hotel... salvo trabajar juntos.
Bienvenidos al hotel Forest Manor, un encantador establecimiento en el que tanto los huéspedes como el personal son como de la familia. Excepto Izzy y Lucas, claro, pues la rivalidad que hay entre ellos es tal que incluso les han prohibido coincidir en el mismo turno.
Tras dos años de penurias, tal vez haya llegado el momento de que el hotel cierre sus puertas para siempre. Pero entonces Izzy devuelve un anillo perdido a su dueño y la recompensa que recibe convence a la dirección de que tal vez hayan encontrado la solución a sus problemas. Quedan cuatro anillos más en la caja de objetos perdidos, y recae sobre Lucas y ella la responsabilidad de salvar sus empleos.
Conforme su amarga enemistad va tornándose en algo diferente (y mucho más complicado), ambos comienzan a preguntarse si podría estar en juego mucho más que el destino de su querido hotel... ¿Podrán salir de diciembre con el corazón intacto?
Cuando la justicia se torna injusta: la cara oculta de las sentencias y los procesos más polémicos de la historia.
«Bajo las togas de los juristas… se escondía la daga de los asesinos.» De este modo lapidario concluía la sentencia pronunciada en 1947 en el juicio incoado en Núremberg contra los principales jueces y magistrados alemanes del Tercer Reich que habían sancionado y aplicado las leyes represivas y discriminatorias del régimen contra los judíos, gitanos, discapacitados físicos y mentales, disidentes y opositores políticos. Junto a este proceso contra las sentencias inicuas del periodo nacionalsocialista, Bajo las togas analiza ampliamente aberraciones judiciales como las ejecuciones públicas, la pena de muerte y la tortura sistemática para obtener confesiones, o injusticias escandalosas —como el célebre proceso Calas, que suscitó la indignación de Voltaire—, y que empañan la historia del Derecho.
La figura del detective privado ha cautivado al público desde el siglo XIX, envuelta en un halo de misterio y riesgo inmortalizado por la literatura y el cine. Sin embargo, detrás del mito y el glamour de Hollywood, se esconde un empleo que exige una formación rigurosa, un profundo conocimiento de la ley y una habilidad excepcional para navegar entre la realidad y la ficción.
Es la mañana de la cosecha que dará inicio a la décima competencia anual Los juegos del hambre. En el Capitolio, Coriolanus Snow de dieciocho años, se prepara para su única oportunidad de alcanzar la gloria como mentor en los Juegos. La antiguamente poderosa casa de Snow ha atravesado tiempos difíciles y su destino depende de la remota posibilidad que Coriolanus pueda superar en gracia, astucia y maniobras a sus compañeros de estudios para ser el mentor del tributo ganador.
Las probabilidades están en su contra. Se le ha asignado la humillante tarea de ser mentor del tributo femenino del Distrito 12, el más bajo de lo bajo. Sus destinos están ahora completamente entrelazados: cada decisión que tome Coriolano podría conducirles al éxito o al fracaso, al triunfo o a la ruina. Dentro de la arena, será una lucha a muerte. Fuera de la arena, Coriolanus siente pena por su tributo condenado al fracaso… y debe balancear su necesidad de seguir las reglas con su deseo de sobrevivir sin importar lo que cueste.
Fruto de la amistad y de un afán poético innovador son las "Baladas líricas" de William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, consideradas además como el "manifiesto del romanticismo inglés". De este modo, "Baladas líricas" resultó ser uno de los libros más trascendentales y revolucionarios de la poesía inglesa. Wordsworth y Coleridge, defensores de lo individual y lo concreto, proponen en sus "Baladas líricas" una innovación radical con respecto a la poesía que se había hecho hasta entonces.
A pesar de sus diferencias, Balaguer y Bosch tenían muchas cosas en común. Amaban la política y el poder por vocación, no por la fama, el dinero y las candilejas. Veían a través de ella, cada uno a su modo, un sendero hacia la redención, el avance social y el progreso de la nación. Al derrocárseles, sus adversarios intentaron sin éxito presentarlos como gobernantes corruptos.
Cuando Balaguer salió al exilio en enero de 1962 llevaba en sus bolsillos apenas unos cuantos miles de dólares. Los compró el día antes por intermedio de Fernando Amiama Tió, cuando este le llevó la noticia de la aprobación del salvoconducto después de una larga espera en la Nunciatura.
Cuando lo enviaron al exilio, a finales de septiembre de 1963, Bosch dejó su último salario como presidente para el pago de algunos de los muebles que había adquirido a crédito en una tienda para la casa alquilada donde vivía.