Se lo que has hecho". Este mensaje, encontrado en el bolsillo del pantalón de Alaska Sanders, cuyo cadáver apareció el 3 de abril de 1999 al borde del lago de Mount Pleasant, una pequeña localidad de New Hampshire, es la clave de la nueva y apasionante investigación que, once años despues de poner entre rejas a sus presuntos culpables, vuelve a reunir al escritor Marcus Goldman y al sargento Perry Gahalowood. En esta Ocasión contarán con la inestimable ayuda de una joven agente de policía, Lauren Donovan, empeñada en resolver la trama de secretos que se esconde tras el caso. A medida que vayan descubriendo quien era realmente Alaska.
El castillo de los destinos cruzados, que su autor consideraba uno de sus mejores libros, se publicó originalmente en 1973, tras un elaborado proceso de escritura por medio de métodos combinatorios que le llevó cinco años. Las dos narraciones que lo componen ―El castillo y La taberna― fueron concebidas a partir de un mismo juego formal: las posibles interpretaciones de dos diferentes mazos de tarot, cuyas cartas se reproducen como anotaciones al margen a lo largo del libro. Para la primera de las narraciones, el punto de partida es el tarot Visconti ―con sus delicados miniados que reflejan el refinamiento renacentista―, que genera una serie de historias cortesanas que aluden al Orlando furioso de Ariosto, protagonizadas por personajes de «bella apariencia y vestidos con atildada elegancia». Y para la segunda, el tarot de Marsella, de trazos más toscos, y que requiere personajes más burdos y un lenguaje más popular.
El primer recuerdo de Izan es luchar por salvar su vida. Alguien lo enterró en una fosa del cementerio de Everden, alguien que le daba por muerto. Ahora, y tras perder la memoria, su única familia son la tarotista Camelia Dunkel y la joven Emma Walker, las dos personas que le ayudaron a desenterrarse. En principio, ellas no tienen nada en común, pero ambas han acabado en el cementerio guiadas por la misma pesadilla: una en la que ven la tumba de Walter Malone. Y, ahora, los tres, solo tienen una pregunta en la cabeza: ¿qué les llevó al cementerio de Everden?
En el otoño de 1940 un barco con civiles noruegos y soldados alemanes a bordo naufraga en Bodö, frente a la costa noruega, al impactar contra una mina. La joven Vera Lind y su hijo recién nacido sobreviven pero su esposo, el armador Thor Falck, y cientos de personas, civiles y también soldados alemanes, fallecen.
Setenta y cinco años después, Vera se suicida. En el funeral, Sasha, la nieta encargada de pronunciar las palabras de despedida, es abordada por la antigua editora de su abuela, quien le habla de un desconocido manuscrito titulado El cementerio del mar, que fue confiscado por las fuerzas de seguridad de Noruega en 1970. También le entrega una carta: es la nota de suicidio en la que Vera le pide a su nieta que llegue hasta el fondo de lo que ocurrió en el naufragio. Con la ayuda de un periodista, antiguo colaborador de los servicios secretos noruegos, Sasha está decidida a descubrir la verdad.
Con Augusto acaba la República y se inicia el Imperio. Acaba el mundo antiguo y la civilización romana se hace universal, así comienza el mundo moderno.
Con el Imperio, la ciudadanía acabará dejando de ser un privilegio de una minoría opresora, a un derecho de nacimiento que integrará a todos por igual, y las viejas ciudades-estado como Atenas, Esparta, Cartago, o más tarde Roma, serán sustituidas por el concepto de nación.
El censo de Augusto fue el instrumento que operó esa revolución silenciosa sobre la que pivota indefectiblemente nuestra civilización occidental: la ciudadanía universal, con la nación como garante de los derechos y libertades inherentes a esa ciudadanía.
Y mientras esos gigantescos avances jurídicos y políticos, que cambiaron el mundo para siempre, empezaban a ponerse en marcha en tiempos de Augusto, en uno de los pueblos más alejados e insignificantes del Imperio, en Belén de Judea, nacía la primera persona de la que tenemos constancia histórica que formó parte de ese primer censo de Augusto: Jesús de Nazaret. ¿Casualidad?
¿Por qué los adolescentes se acuestan tan tarde? ¿Es normal que nos lo cuestionen todo? ¿Sabías que están más indefensos que los adultos frente al estrés y tienen más tendencia a la ansiedad o la ira? ¿Por qué en su habitación reina el desorden?
Los adolescentes son diferentes porque también lo es su cerebro: más fuerte y, al mismo tiempo, más vulnerable que en cualquier otra etapa de la vida. Los adolescentes se comportan como adolescentes porque eso es lo que son y lo que tienen que hacer.
La adolescencia es época de cambio, de renovación y de crecimiento para el cerebro. Con el fin de abandonar los comportamientos típicos de la infancia y adquirir conductas propias de los adultos, el cerebro madura, hace nuevas conexiones y elimina otras. Es una época de cierto caos, pero también emocionante, de descubrimiento y renacimiento.
¿Por qué hay determinadas melodías que nos emocionan? ¿Por qué nos conmueven las sinfonías de Beethoven o las canciones de Céline Dion?
Desde las teorías de los antiguos griegos, pasando por los más recientes hallazgos sobre la neuroplasticidad cerebral, este libro expone de forma clara y accesible todo lo que sabemos sobre los maravillosos procesos cerebrales que hacen posible la experiencia musical a todos los niveles, desde escuchar hasta interpretar y crear música.
Rafael Yuste, neurocientífico español, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia e ideador de la iniciativa BRAIN, nos presenta su primera obra de divulgación: El cerebro, el teatro del mundo.
Yuste nos invita a un viaje fascinante a través de la neurociencia moderna para descubrirnos uno de los mayores misterios de la ciencia: cómo ochenta mil millones de neuronas se organizan para crear la mente humana. El autor propone un verdadero cambio de paradigma del estudio del cerebro al entenderlo a partir de las redes neuronales. Su teoría, «El Teatro del Mundo», concibe el cerebro como una máquina de predicción del futuro que utiliza las redes neuronales para generar un modelo del mundo como si fuese un prototipo de realidad virtual.
A través del relato de los principales descubrimientos de científicos como Santiago Ramón y Cajal, Rafael Lorente de Nó, Thomas Graham Brown, Ethel Browne, Rita Levi-Montalcini o Christiane Nüsslein-Volhard, Yuste nos desvela, con un estilo sencillo y entretenido, qué es el sistema nervioso, cómo surgió en la evolución y cómo el cerebro utiliza los sentidos para predecir el futuro y elegir una acción inteligente que nos permita actuar en el mundo. Asimismo, aprenderemos qué es la memoria, qué nos muestran las emociones y cómo el cerebro toma las decisiones.
Lleno de anécdotas personales, El cerebro, el teatro del mundo es un extraordinario recorrido por la historia reciente de la neurociencia que explica que filósofos como Kant o escritores como Calderón de la Barca o Proust se adelantaron a su tiempo y fueron capaces de concebir teorías que en la actualidad se están confirmando. Para Yuste, al comprender los misterios del cerebro nos situamos en los albores de un nuevo renacimiento, un nuevo humanismo que nos permitirá dar un paso histórico que ayude a las futuras generaciones a proyectar un mundo mejor.
En esta historia única Belkis Marte nos cuenta cómo Alía y Hendry descubren, con el asombro más inesperado, bajo el manto de la lluvia fresca, un charco que de repente se transforma en una cara sonriente. Un charco mágico que se mueve traviesamente. Los niños convencen a su madre de que los deje salir a disfrutar de la lluvia. Se alistan, vestidos con sus capas de agua chubasqueros y coloridas botas de lluvia. Saltan. ¡Plas, plas, cataplás! Juegan y chapotean con el charco juguetón. La autora nos sumerge en esta trama emocionante, donde Alía y Hendry quedan fascinados con su nuevo amigo, entre juegos de saltos, salpicaduras de agua, vueltas y acrobacias. Y cuando la magia termina, ¡plof, plof, plof!, las lágrimas se deslizan por sus mejillas, pero guardan el secreto. Sonríen, sabiendo que volverá a llover, y la esperanza de otro encuentro con el charco se convierte en un presagio de felicidad.