¿Sabes qué es peor que sentir que todos los hombres te desean, pero ninguno te quiere de verdad? Ser una romántica empedernida. De esas que idealizan cada mirada furtiva, cada gesto mínimo, cada historia que podría empezar con un roce accidental en el metro.
Creí que mudarme a Nueva York —aunque fuera siguiendo los sueños frustrados de mis padres— me ayudaría a dejar atrás mis sentimientos más estúpidos. Pero estaba muy equivocada. Solo bastaron unos días para que mi corazón hiciera triples tirabuzones cada vez que veía a mi vecino, Nixon Kölher.
Es un hombre imponente, consagrado a la ley, rígido hasta la médula… y que no rompe sus propias normas por nadie. Ni siquiera por amor.
¿Nuestro primer encuentro? Catastrófico.
¿Lo peor? Que, tras una noche de copas con mis amigas, acabé en su cama.
¿Y lo más desconcertante? Que no parezca recordar que soy la vecina a la que ni se dignó mirar en dos ocasiones.
Una noche de diciembre, un cadáver yace en el suelo de la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos. La investigación policial no llegará nunca a término y el paso del tiempo hará que muchos olviden lo sucedido. Años más tarde, el escritor Joël Dicker llega a ese mismo hotel para recuperarse de una ruptura sentimental. No se imagina que terminará investigando el viejo crimen, y no lo hará solo: Scarlett, la bella huésped y aspirante a novelista de la habitación contigua, lo acompañará en la búsqueda mientras intenta aprender también las claves para escribir un buen libro.
¿Qué sucedió aquella noche en el Palace de Verbier? Es la gran pregunta de este thriller diabólico, construido con la precisión de un reloj suizo. Joël Dicker nos lleva finalmente a su país natal para narrarnos una investigación policial en la que se mezclan un triángulo amoroso, juegos de poder, traiciones y envidias en una Suiza no tan tranquila, donde la verdad es muy distinta a todo lo que hayamos imaginado.
Cuando alguien ataca a la anciana adivina que ha acampado en los terrenos de Buckshaw, Flavia recurrirá a sus dotes de investigación para descubrir al asaltante. Pero todo se complica cuando otra muerte sacude la tranquilidad del pequeño pueblo de Flavia, en el que, a pesar de la insoportable convivencia con sus dos extremadamente molestas hermanas mayores, ella sigue demostrando que no necesita una bola de cristal para descubrir al asesino.
El enigma de Dios es un libro repleto de sinceridad y erudición que explora una gran duda existencial, así como también el sufrimiento que acompaña a la muerte y la búsqueda de sentido en un mundo lleno de incertidumbre. A través de un doble recorrido tanto personal como filosófico -en el que conoceremos las opiniones sobre la existencia de Dios de pensadores como Platón, Wittgenstein o Kierkegaard, entre muchos otros; este libro es una verdadera historia de la filosofía-, el autor pone a prueba nuestras ideas preconcebidas y nos estimula para pensar con libertad sobre el sentido de la vida y la relación inherente de esta con Dios.
Juhee Mun nunca se imaginó que las cartas escritas a mano pudieran tener cabida en un mundo digital marcado por la prisa y la inmediatez. Pero cuando decoró su oficina de Seúl con notas manuscritas, su iniciativa gustó tanto que decidió transformar aquel espacio en una tienda de cartas, a la que llamó Geulwoll, que en coreano significa «carta».
Fundada en 2019, su éxito fue inmediato, y enseguida se dio a conocer como un lugar apacible donde la gente podía escribir y enviar cartas, comprar papeles y bolígrafos preciosos o participar en una actividad de amigos por correspondencia muy especial. Testigo privilegiado de ese momento mágico en que alguien pone la pluma sobre el papel, Juhee Mun ha querido compartir esa alegría en un libro inspirador, que nos anima a reconectar en un mundo acelerado, a hacer una pausa para prestar atención a nuestro interior y a las personas más cercanas.
Dividido en dieciocho capítulos breves y bellamente ilustrados, desde «El mejor momento para escribir una carta» hasta «Consejos para escribir una carta» o «Papel y sobre», El encantador arte coreano de escribir cartas ofrece consejos claros y accesibles, entrelazados con historias personales y la sabiduría de grandes autores de cartas, que invitan a acercarnos de verdad a quienes más queremos.