Cada persona tiene una manera única de afrontar la culpa, los recuerdos y la pérdida.
En el caso de Jericho, fue seguir la vida que hubiese querido su padre para él antes de morir, aunque eso implicara no preguntarse a sí mismo quién era realmente.
Para Hugo, fue aislarse emocionalmente del mundo y volcar su pena y frustración en el alcohol, el sexo y las noches efímeras.
Pero cuando sus caminos se encuentran, lo que al principio parecía una unión distante basada en la necesidad de desahogarse se transforma poco a poco en una relación sin etiquetas, llena de deseos, descubrimientos, y sobre todo, de perdón. Solo les queda una pregunta por responder:
¿Estarían dispuestos a dejar atrás la forma en la que han crecido, si esa fuera la única forma de mantenerse juntos?
Ultramarina narra las peripecias de Dana Hilliot, un joven danés de dieciocho años que, en su intento por escapar de su entorno acomodado y opresor, se enlista como ayudante en el Oedipus Tyrannus, un buque con destino a Bombay y Singapur. Publicada en 1933, la novela marcó el debut literario de Malcolm Lowry, mejor conocido por Bajo el volcán. Sin embargo, en esta obra de juventud se vislumbran ya las obsesiones y los temas que abordará el autor a lo largo de toda su obra literaria.
Helen Vendler, una de las críticas de poesía más autorizadas, analiza cómo cinco grandes poetas modernos estadounidenses, al escribir sus últimas obras, intentan encontrar un estilo que haga justicia tanto a la vida como a la muerte. Al no disponer ya de los consuelos religiosos tradicionales, estos poetas deben inventar nuevas formas de expresar la crisis ante la muerte y la paradójica coexistencia de un cuerpo en decadencia y una conciencia intacta. En La roca, Wallace Stevens escribe narraciones simultáneas de invierno y primavera, en Ariel, Sylvia Plath presenta el melodrama con una fría formalidad y, en Día a día, Robert Lowell resta plenitud. En Geografía III, Elizabeth Bishop queda atrapada y liberada, mientras que James Merrill, en El rocío de la sal, crea una serie de autorretratos mientras muere, representándose a sí mismo con cosas como un árbol de Navidad.
Nunca me mintió. No rompió ninguna promesa, porque nunca me hizo ninguna.
Cuando Tate Collins conoce al piloto Miles Archer, no cree que sea amor a primera vista. Ni siquiera irían tan lejos como para considerarse amigos. Lo único que Tate y Miles tienen en común es una innegable atracción mutua. Una vez que sus deseos salen a la luz, se dan cuenta de que tienen el acuerdo perfecto. Él no quiere amor, ella no tiene tiempo para el amor, así que solo queda el sexo. Su arreglo podría ser sorprendentemente perfecto, siempre que Tate pueda cumplir con las únicas dos reglas que Miles tiene para ella.
Como todos los chicos de su edad, Tally está impaciente por cumplir los 16 años, porque entonces las autoridades la someterán a una operación estética para convertirla en perfecta. Pero, justo antes de su cumpleaños, su mejor amiga, Shay, huye para unirse a la resistencia, un grupo de imperfectos que viven en una ciudad secreta.
Entonces las autoridades le ofrecen a Tally la peor de las disyuntivas: o ir en busca de Shay y devolverla al mundo civilizado o permanecer imperfecta para siempre...