En Un duelo interminable, José Enrique Ruiz-Domènec describe con magistral precisión y exhaustividad el combate de ideas y la pugna entre corrientes historiográficas que viene produciéndose durante el último siglo y medio, y lo hace respondiendo a la obligación moral e intelectual de rasgar el velo tras el que persisten algunas de las lacras más dañinas de nuestro mundo: la injusticia social, el colonialismo, el antisemitismo y la visión sesgada de la realidad. ¿Qué separa al espíritu crítico de la mentira? El primero es una necesidad social de entender el curso de los acontecimientos. La segunda, un síntoma de la flaqueza humana ante las muecas del poder. La batalla cultural surgida entre ambos es inseparable de una penetrante atención a las peculiaridades de la sociedad de nuestro tiempo, así como de una elección de las maneras de hacer historia en medio de la discordia creada entre el capitalismo y el socialismo.
El reto consiste en evitar los errores cometidos en el pasado. Tras analizar en su contexto intelectual, social y económico las propuestas más relevantes de las escuelas de historia, el prestigioso historiador granadino ha comprendido que las maneras que adoptan sus distinguidos miembros responden fundamentalmente a la precisión y elegancia del estilo, tanto en el fondo como en la forma. El arte de exponer la complejidad de un suceso o de una época supone, en efecto, un fino discernimiento de las diferencias que separan puntos de vista enfrentados. Conviene conocerlo y respetarlo para no caer en el dogmatismo de quien se cree dueño de una verdad inamovible.
Aunque hoy casi nadie lo recuerde, Marcel Proust escribió En busca del tiempo perdido, gracias a una extraordinaria capacidad de percepción que le permitió ver lo que nadie pudo. Sus contemporáneos lo consideraron un «médium despierto» y hablaron de él en términos que hoy lo vinculan a los fenómenos psíquicos. Este hecho demostrado en las páginas de este estudio fue silenciado por la crítica literaria... hasta ahora.
Telepatía, clarividencia y premonición son temas que impregnaron la mirada de una de las más grandes obras de su tiempo. El poder evocador de nombres, lugares y cosas, incluso su proyecto de viajar en la memoria para encontrarse con el origen de todo, se desvela como la aventura de una conciencia expandida. El escritor y las ciencias psíquicas reivindica esa capacidad, la contextualiza y aporta una visión más completa que nunca de la mente de Proust.
Durante los años noventa Michael Ignatieff recorrió las principales zonas de guerra: Serbia, Croacia y Bosnia; Ruanda, Burundi y Angola; y Afganistán. El honor del guerrero es una brillante reflexión, que resuena hasta nuestros días, sobre lo que presenció en lugares donde la guerra étnica se había convertido en un modo de vida.
En una serie de retratos impactantes (y demasiado extrapolables a la actualidad), el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024 describe el surgimiento de los nuevos intervencionistas morales —los cooperantes, reporteros, pacificadores, delegados de la Cruz Roja y diplomáticos—, quienes creen que la miseria de otras personas, por lejos que estén, nos concierne a todos. Nos enfrenta a los nuevos guerreros étnicos —los señores de la guerra, los guerrilleros y los paramilitares—, que han incrementado el carácter salvaje y violento de la guerra posmoderna de una forma sin precedentes. Del encuentro de estos dos grupos, extrae conclusiones sorprendentes y alarmantes acerca de la ambigua ética del compromiso, las limitaciones de la justicia moral en un mundo en guerra y el inevitable enfrentamiento entre los que defienden las lealtades tribales y nacionales y los que hablan el lenguaje universal de los derechos humanos.
Las democracias occidentales modernas están bajo asedio y el auge del autoritarismo es una cuestión que debería preocuparnos a todos. En El ocaso de la democracia, Anne Applebaum (premio Pulitzer y una de las primeras historiadoras que alertó de las peligrosas tendencias antidemocráticas en Occidente) expone de forma clara y concisa las trampas del nacionalismo y de la autocracia. En este extraordinario ensayo explica por qué los sistemas con mensajes simples y radicales son tan atractivos.
Los líderes despóticos no llegan solos al poder; lo hacen aupados por aliados políticos, ejércitos de burócratas y unos medios de comunicación que les allanan el camino y apoyan sus mandatos. Asimismo, los partidos nacionalistas y autoritarios que han ido tomando relevancia en las democracias modernas ofrecen unas perspectivas que benefician exclusivamente a sus partidarios, permitiéndoles alcanzar unas cotas de riqueza y poder inigualables.
Siguiendo los pasos de Julien Benda y Hannah Arendt, Applebaum retrata a los nuevos defensores de las ideas antiliberales y denuncia cómo estas élites autoritarias utilizan las teorías de la conspiración, la polarización política, el terrorífico alcance de las redes sociales e incluso el sentimiento de nostalgia para destruirlo todo y redefinir nuestra idea de nación.
El poder del objeto habla de la relación entre las personas y las cosas en la Baja Edad Media europea. A lo largo de sus páginas se presentan ejemplos diversos de cómo los objetos no solo fueron importantes para quienes los poseyeron y usaron, sino que ejercieron un poder efectivo sobre ellos. En un caso se trata del ajuar litúrgico legado por una mujer al monasterio en el que será sepultada; en otro, de las cajas, cofres y estuches que esconden y muestran lo más preciado de otras dos mujeres; en otros más, de las cadenas que fijan los libros por la geografía interior de varios monasterios, de los objetos que acompañan los rituales funerarios y activan los cinco sentidos, del ataúd vacío y el paño de oro en los que late la presencia de una ausencia, de la custodia en los coros femeninos capaz de transformar el espacio en un lugar de experiencia; o, por último, de los capazos de esparto, atestados de objetos, en los que fueron abandonados niños y niñas de meses o días a las puertas de un hospital. Todos ellos tienen algo en común, pues muestran de qué forma el objeto «mira», y porque mira ejerce poder y es capaz de construir, desde su materialidad, memoria y formas de representación.
Con la llegada de ChatGPT en 2022, la Inteligencia Artificial pasó a ser una realidad tangible y disponible para el público general. Desde entonces comenzó formalmente la carrera para el desarrollo de esta tecnología, con una innovación asombrosa que ha perfeccionado vertiginosamente los modelos de aprendizaje automático. Pero a medida que nos adentramos en la evolución de la IA, surge también el lado oscuro de esta tecnología, que plantea dilemas éticos, de privacidad y de seguridad sin precedentes.
¿Puede la humanidad aprovechar plenamente el potencial ilimitado que ofrece la nueva revolución tecnológica y, al mismo tiempo, sortear con éxito sus consecuencias no deseadas? Omar Hatamleh, el asesor principal de Inteligencia Artificial de la NASA, y uno de los mayores expertos mundiales en esta materia, propone en estas páginas un itinerario para navegar por el mundo radicalmente nuevo que se abre ante nosotros.