In this unprecedented new book, writer Zoë Lescaze and artist Walton Ford present the astonishing history of paleoart from 1830 to 1990. These are not cave paintings produced thousands of years ago, but modern visions of prehistory: stunning paintings, prints, drawings, sculptures, mosaics, and murals that mingle scientific fact with unbridled fantasy. The collection provides an in-depth look at this neglected niche of art history and shows how the artists charged with imagining extinct creatures often projected their own aesthetic whims onto prehistory, rendering the primordial past with dashes of Romanticism, Impressionism, Japonisme, Fauvism, and Art Nouveau, among other influences.
Durante años, un reducido número de catedráticos y profesores de Oxford, así como algunos de sus amigos, se reunían en un pub cada martes por la tarde para tomar unas cervezas, debatir sobre cuestiones como la mitología, la religión o la literatura, y leerse mutuamente las obras que estaban escribiendo. Este grupo, que incluía a intelectuales de la talla de Lewis, J.R.R. Tolkien y Charles Williams, era conocido por el nombre de Los Inklings y tuvo una gran influencia en el mundo literario de la época.
Humphrey Carpenter, quien escribió la aclamada biografía de J.R.R. Tolkien, se basa en cartas y diarios inéditos, a los que tuvo acceso especial, para narrar esta apasionante historia.
In the 1980, fashion wanted to make a statement and found in legendary British fashion photographer David Bailey its perfect chronicler. After Bailey shaped the style of the Swinging Sixties, fashion in the eighties posed a new challenge: brighter colours, higher glamour, statuesque models, extreme makeup, spandex, lycra, jumpsuits, power dressing, big hair, and as Grace Coddington puts it in her introduction, “jackets with padded shoulders over the shortest mini-skirts and dangerously high-heeled shoes.”
Dicen que el mejor amigo del hombre es el perro, pero seguro que los primeros que lo domesticaron ya comían vegetales, utilizaban sus fibras para vestirse o quemaban madera para calentarse; desde el principio hemos sabido sacar provecho a las plantas y encontrar sus múltiples aplicaciones. En un viaje por el cuerpo humano, conoceremos las fascinantes historias que hay detrás, descubriremos plantas que ayudan al corazón, que nos calman el dolor, que regulan el ciclo menstrual o algunas que incluso se usan para sintetizar medicamentos contra el cáncer. Un recorrido apasionante en el que, con el rigor científico y la cercanía de Rosa Porcel, @bioamara, veremos cómo la humanidad ha ido aprendiendo para qué sirven, y lo más importante, para lo que no sirven, hasta llegar a la actualidad, donde gracias a la ciencia hemos logrado avances extraordinarios.
Leyendo este libro entenderás por qué, y desde hace mucho tiempo, el mejor amigo del hombre siempre ha sido la planta.
Vivimos en una era de crisis múltiples, que avanzan a diferentes ritmos e intensidades y definen nuestro presente. La crisis climática se acelera, mientras que la crisis social crece con el rechazo a la gentrificación y el auge de movimientos populistas. La crisis energética alterna momentos críticos con periodos de calma, y la de materias primas afecta las cadenas de suministro; a todas ellas ahora sumamos la crisis del agua potable.
Esta situación nos conduce a un choque inevitable con los límites de un planeta finito y la incapacidad de los poderes políticos y económicos para entender que seguir creciendo de forma perpetua es inviable. Pero, paradójicamente, cuando las empresas manufactureras priorizan la supervivencia al crecimiento, está claro que algo tampoco va bien.
Europa, particularmente vulnerable por su envejecimiento, la escasez de recursos y una industria superada por potencias como China y Rusia, enfrenta una rápida desindustrialización.
Es urgente encontrar soluciones sostenibles que aprovechen el verdadero potencial del continente. El futuro de Europa plantea el necesario debate sobre el modelo industrial y el futuro que nos espera en este contexto de crisis global.
Early astronomers, drawn to Mars's fiery glow in the night sky, named the planet after their god of war. In the centuries since, Mars has captivated humankind as a source of endless speculation and a beacon of hope for its potential habitability. Through six decades of NASA’s pioneering research missions, the mysteries of the red planet have been gradually uncovered, revealing a world not so unlike our own that likely once supported life.