Maisie Jones usa un par de gafas diferentes cada día, ama las novelas policíacas y su trabajo como médica residente en el Hospital Whitestone, el cual no quiere perder. No por su asma y definitivamente no por Grant Masterson: el enfermero que sonríe cada vez que la ve y que logra que se le acelere el pulso. Pero es que Maisie nunca pensó mucho en el amor, hasta ahora. Y cuando decide finalmente permitirse sentirlo, podría ser ya demasiado tarde...
A Esther le molesta todo de Jonathan, su vecino: su gorro hípster, sus opiniones de cine y, sobre todo, sus constantes excusas para hablar con ella.
Pero pronto se da cuenta de que Jonathan es justo lo que necesita... para sanar el corazón roto de su mejor amiga. Como él necesita ayuda para escribir un guion y ella es la nerd perfecta para el trabajo, hacen un trato: él sale con su amiga, y ella lo ayuda con su proyecto.
Mientras pasan más tiempo juntos, el odio se convierte en atracción y, de repente, Jonathan pone patas arriba la organizada vida de Esther.
África es periodista, aunque la ilusión de su vida es ser editora. Gema está especializada en marketing y publicidad y es madre de dos hijos. Belinda es limpiadora en hoteles y hospitales. Ellas no se conocen de nada, hasta que un buen día coinciden en un local llamado Bébete a Tu Ex. A partir de ese momento forjarán una amistad que las ayudará a hacer frente a las distintas decepciones que han sufrido por amor y, ante una botellita de vino, se retarán a vivir la vida uno o varios puntitos más allá de hasta donde se habían atrevido a hacerlo. Eso significará un ¡ADIÓS! a los miedos y vergüenzas, especialmente al qué dirán, y un gran ¡HOLA! a vivir, atreverse, quererse y disfrutar. Porque por muchas veces que hagas caer a una mujer en su camino, ella siempre se levantará, se sacudirá el polvo y se hará más fuerte.
Rebeca es una joven abogada que, tras su último desengaño, tiene claro que no volverá a sufrir más por amor y determina centrarse en sí misma y en su profesión. Una noche, cuando refresa a casa, se encuentra a Pizza, una preciosa perrita abandonada. Aunque en un principio decide no quedársela, cuando ésta clava sus ojos en ella, sabe que de su lado ya no se irá. A partir de ese instante todo en su vida será distinto. Pizza, una cazadora de piel y una niña encantadora harán que el futuro de Rebeca cambie totalmente, sobre todo cuando el sexy y archiconocido piloto Paul Stone se cruza en su camino y le enseña a perder el miedo a amar y a disfrutar de la vida. Pero inevitablemente algo provocará que Rebeca sienta de nuevo muchas dudas.
Gorbensdorf, Baja Silesia, 1913. El joven polaco Miecysław Wojnicz, estudiante de ingeniería, llega al sanatorio local en busca de aire puro y una cura para su tuberculosis. Se aloja en la pensión para caballeros de Wilhelm Opitz, donde coincide con otros enfermos de toda Europa. Por las tardes, entonados por el licor, los huéspedes conversan sobre lo divino y lo humano. ¿Habrá guerra en el continente? ¿Las mujeres nacen inferiores? ¿Existen los demonios? ¿Es preferible la monarquía o la democracia? Al leer un texto cuya autoría se desconoce, ¿puede deducirse si lo ha escrito un hombre o una mujer?
Un libro profundamente celebrador. Un canto a los seres tocados por la gracia, capaces de transfigurar la realidad más sencilla en la más sublime.
En Fernando Plata tenemos a un joven poeta cuyo apellido ya indica cierta voluntad alquímica, pues concibe la poesía como transfiguración del sujeto o el objeto, pero desde la pura vigilancia de la conciencia. Y lo que más le importa es reflejar el encanto de la vida y del mundo, en poemas llenos de fuerza y con una dicción hímnica y de fe en esas criaturas del mundo órfico, los altos a los cuales dirige sus himnos. Dotado de profunda imaginación, escribe una poesía visionaria, sometiendo a sus imágenes a una idea rectora, de tal modo que el sentido preside la expresión. Sus ideas de orden proceden de Wallace Stevens, poeta de la imagen no surrealista, pero sí fantasiosa y plena. A Stevens y a Jorge Guillén los celebra como maestros, y su odisea mística está atravesada por el amor y la necesidad de la música. Como señala su prologuista y mentor, José Luis Rey, «Fernando Plata escribe una honda poesía espiritual y nos la entrega como quien ha seguido de cerca al sol hasta la caída de Faetón, para volver a alzarse en brazos de los altos, los seres mágicos y órficos en los cuales la poesía se ha cumplido en plenitud. Y esa plenitud es garantía de salvación. En este primer libro, un libro de himnos para el siglo XXI, el muchacho vigía de la Costa da Morte, con una poesía situada en el límite entre canto y eternidad, ambiciosa y a la vez humilde, nos regala una verdadera aventura del espíritu».